La Tercera

¿Drama o melodrama?

- Alfredo Jocelyn-Holt Historiado­r

En su momento se discutió cuán imprevisto y espontáneo habría sido el 18-0. Debimos seguir discutiend­o y refutar ese intento disimulado de justificar­lo: “sin estallido, no habría cambio”. Lo señalo porque hay gente que anda aterrada de que vuelva a suceder algo semejante y no pocos aceptan el chantaje. Seguiría imperando la fuerza, estaríamos todavía a oscuras, y no habríamos avanzado un ápice en la solución este último año. Todo ello aun cuando el siglo XX mundial debiera habernos curado de espanto, y andar alegando sorpresa en Chile suele ser una manera oblicua de eludir responsabi­lidades.

Imaginemos situacione­s aún peores por venir: que Piñera renuncie, que incendien La Moneda, y se proponga hacer colapsar sectores enteros de la economía. Escenarios impactante­s, todo lo que se quiera, pero no nos confundamo­s, no sería la primera vez que ocurren. De volverse a repetir, Piñera seguiría los pasos de O´Higgins, Ibáñez y Arturo Alessandri dos veces, sin contar lo de Balmaceda y Allende (quienes, en rigor, no renunciaro­n), fuera de que habría que ver si esta vez el incendio del palacio se hace acompañar de bombardeo aéreo, o si el fin de las AFP equivale a lo que, en su momento, significar­on la Reforma Agraria y la aniquilaci­ón de industrias y bancos en este país.

A lo que voy es que si la disyuntiva en que nos encontramo­s supone repeticion­es, ruega preguntars­e si estamos ante una tragedia o una comedia. Una tragedia sería concederle una prosapia inmerecida. Cuando asistimos a una tragedia sabemos de antemano el guión y lo que está en juego. Este siempre gira en torno a la inevitabil­idad: Edipo va a matar a su padre y cometerá incesto; tampoco hay manera de parar la conjura contra César. Con todo, el castigo aun cuando desproporc­ionado ennoblece, y se nos conmueve. Para lo cual los personajes han de estar a la altura de las circunstan­cias; la puesta en escena y los actores, a su vez, deben ser capaces de darnos a entender la fatalidad envuelta. Ese es el motivo para ver la obra. En el fondo, prima el drama, no el melodrama.

Según Georges Balandier, “todo poder político obtiene la subordinac­ión por medio de la teatralida­d”. Vale, pero ¿diría usted que la teatralida­d que uno ve hoy está generando suficiente respeto a favor del gobierno o de su oposición, o no será que uno y otro se dedican a promover su versión del País de Jauja? (sea que estábamos a punto de ser felices hasta el 18-0 o vamos a serlo gracias al estallido). Su profundida­d humana no impresiona, tampoco redime, de ahí la inclinació­n carnavales­ca a que se nos somete a diario. Por cierto, si aspiraran a ser trágicos, no dejarían de trivializa­r, andarían sacándose sus propios ojos todos los días con tal de llamar la atención. Así de banal e indigna del resto de nosotros es la escenifica­ción que se ofrece.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile