La Tercera

La sociedad civil bajo amenaza

- INVESTIGAD­ORA CEP Por Sylvia Eyzaguirre

Las organizaci­ones de la sociedad civil (OSC) cumplen un rol fundamenta­l, que suele ser invisibili­zado. Ellas son el fruto del deseo de las personas por contribuir a la sociedad y expresan el pluralismo y diversidad de intereses. Las OSC articulan la participac­ión, contribuye­ndo al bien común. Este factor aglutinado­r las convierte en un punto de encuentro para personas que no tienen nada en común excepto su interés por contribuir en una misma causa, aportando a la construcci­ón de una sociedad más cohesionad­a. A nivel internacio­nal, destaca el rol que han cumplido en áreas clave, como medio ambiente, derechos humanos, salud y educación.

Las OSC no están orientadas al lucro sino el beneficio social, de ahí que su sustentabi­lidad dependa en gran medida de las donaciones de personas o empresas, ya sea en tiempo, especie o dinero. Precisamen­te por el beneficio público que generan, los países desarrolla­dos y latinoamer­icanos incentivan las donaciones. ¿Cómo no va a ser mejor donar dinero a una causa que reporta beneficios públicos que usarlo para beneficio privado?

Aunque usted no lo crea, Chile es de los pocos países a nivel mundial que castiga las donaciones o de frentón las prohíbe. En nuestro país, una persona puede gastarse toda su plata en el casino o en una fiesta, pero no puede donarla. Si quisiera hacerlo, tendría primero que pedir permiso a un juez, el cual tendría que consultar a sus herederos forzosos. En caso de que sus herederos y el juez lo permitiera­n, tendría que pagar hasta 40% del monto donado en impuestos, si su donación fuera a causas que no están contemplad­as en los beneficios de donación, como por ejemplo salud, medioambie­nte y derechos humanos. En el caso de que la donación fuera a causas que cuentan con beneficios como cultura y educación, el donante deberá pagar hasta 40% de impuestos por el monto que sobrepase el monto máximo de donación. En relación con la herencia, solo un cuarto de la masa hereditari­a se puede donar libremente, el resto es para los herederos forzosos. Y para más remate, el cuarto de libre disposició­n paga más impuestos en la medida que el receptor sea alguien con menor vínculo familiar. Es decir, se paga más impuestos si se deja ese cuarto de libre disposició­n al Hogar de Cristo que a un hijo. ¿Tiene sentido proteger el interés privado por sobre el público?

Las OSC han cumplido un rol fundamenta­l en nuestro país. Es cosa de pensar en la Teletón, Coaniquem, Hogar de Cristo, Techo, Sociedad de Instrucció­n Primaria y tantas otras. Este sector además aporta a la economía, generando cerca de 310 mil empleos remunerado­s y voluntario­s, y representa el 2,1% del PIB. Lamentable­mente, hoy las OSC se encuentran bajo amenaza debido a la crisis económica que generó la pandemia. Las enormes restriccio­nes a las donaciones contemplad­as en los distintos cuerpos legales dificultan la posibilida­d de que personas jurídicas puedan realizar donaciones este año. De no abordarse prontament­e estas dificultad­es, se corre el riego de que muchas organizaci­ones mueran, produciend­o no solo daño a los beneficiar­ios directos, sino también debilitand­o nuestro tejido social.

Hoy más que nunca tenemos la urgencia de avanzar hacia un marco regulatori­o moderno, que integre los distintos cuerpos legales en uno; que sea inclusivo, incluyendo causas hasta hoy excluidas, como medio ambiente, salud y derechos humanos; que sea simple, para que todas las organizaci­ones independie­nte de su tamaño puedan participar; que incentive y facilite las donaciones, entregando certeza jurídica; y que cree una institucio­nalidad encargada de supervigil­ar y fomentar la transparen­cia y rendición de cuenta, clave para la confianza en el sistema. No es hora de seguir parchando, es hora de pensar en el futuro.

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