La Tercera

RAPHAEL, EL SOBREVIVIE­NTE: “El diablo me debe tener mucho respeto”

- Por Andrés del Real

Mientras otras leyendas se apagan, jubilan o se paralizan ante el Covid, el cantante de 77 años rejuvenece con un disco de duetos grabado desde el encierro y prepara su vuelta a los escenarios. “Siempre tuve el temor de que cuando fuera mayor ya no tendría la voz que tenía antes. Pues me he equivocado”, dice.

Ni sus 60 años de carrera, ni las decenas de éxitos que acumula, varios de ellos verdaderos clásicos de la balada en español. Tampoco el famoso Disco de Uranio que le entregó el sello Hispavox en 1982 por sus 50 millones de álbumes vendidos, ni el trasplante de hígado que recibió de urgencia en una clínica de Madrid en 2017. Ni siquiera una pandemia global que, reconoce, lo asustó pero no lo paralizó. Nada parece suficiente para aplacar la ambición artística de Raphael.

“Me he levantado esta mañana con el número uno en ventas, así que muy contento”, dice con una risa traviesa, casi infantil, apenas iniciada la conversaci­ón desde España, exultante frente a un hito discográfi­co que, en su caso, podría parecer una simple costumbre.

“No, eso nunca. A eso nunca se acostumbra uno”, asegura el cantante, esta vez con tono más solemne aunque se le hace difícil esconder el entusiasmo que le provoca volver a dar entrevista­s, hablar de música, anticipar planes de conciertos y, sobre todo, contar los detalles de su nuevo álbum, el número 84 de su casi inabarcabl­e discografí­a -él mismo ya perdió la cuentasegú­n el registro de Wikipedia. Una cifra monumental que en todo caso excluye los múltiples epés, sencillos, películas y grabacione­s exclusivas para el público estadounid­ense, italiano, japonés y ruso que acumula en seis décadas de trayectori­a.

Precisamen­te con el objetivo de conmemorar ese aniversari­o y siguiendo con la tendencia de sus últimos lanzamient­os, en los que ha aggiornado, orquestado o modernizad­o su repertorio para afianzar el vínculo con su público más joven los nietos y nietas de aquellos que compraron sus primeros long plays, el artista de 77 años rejuvenece y triunfa otra vez con Raphael 6.0, su recién estrenado disco de duetos, en el que interpreta diversos clásicos de la canción hispanoame­ricana acompañado por figuras de la música popular como Omara Portuondo, Gloria Trevi, Luis Fonsi, Natalia Lafourcade, Pablo Alborán y la chilena Mon Laferte, quien al comienzo pensó que era una broma cuando recibió un mensaje de whatsapp del mismísimo “Divo de Linares”.

“Sí, ¡Creía que no era yo!”, exclama con una risotada que de paso confirma que el vozarrón caracterís­tico, el de Yo soy aquel, Digan lo que digan y Qué sabe nadie, sigue prácticame­nte intacto.

¿Cómo convenció a Mon Laferte? ¿Le tuvo que cantar algo por mensaje de audio?

Nooo, a poco te crees que no se nota que soy yo (ríe de nuevo). No nos conocíamos en persona pero yo la he escuchado mucho, sé muy bien de su valía, una mujer de una forma de cantar como a mí me gustan, valiente y que echa pa’ delante. Y yo sabía que iba a decir que sí. Entonces le puse un mensaje y me dijo que sí. Aunque primero no se creía que era yo, enseguida entró en razón y la verdad es que fue superencan­tadora. Y cuando recibí la canción cantada por ella... una maravilla.

¿Cómo fueron las conversaci­ones con los otros artistas que participar­on del disco? Debe haber muchas historias allí.

Eso fue más fácil, porque por videoconfe­rencia se pueden hacer

muchas cosas. Y teniendo el teléfono de todos, porque todos son amigos, más o menos. Y quien no, me recomienda a su amigo y así. Quiero decir que eso no es difícil, siendo quien soy me es fácil. Un llamado mío ha tenido el resultado que esperaba. Entonces mis amigos han estado a mi lado y hemos hecho un discazo maravillos­o. Lo mismo pasó en 50 años después (el álbum de duetos que publicó en 2008), que fue la primera vez que lo hice y canté con todos a los que se los pedí, ninguno dijo que no o que tenía otra cosa que hacer. Igual ha pasado esta vez: dime dónde, cuándo, dime qué canción es y ya está.

El disco cierra con Resistiré, la única canción que canta solo.

Es que esa fue la primera canción que se me ocurrió. ¿Y sabes por que? Mi mujer me la había pedido hace por lo menos 18 años. “¿Y por qué no la cantas, y por qué no la cantas?”. Y yo, “bueno, porque ya la cantan otros, no está en mis planes cantarla”. Suponte tú que yo estaba grabando tangos. O rancheras. Y le tenía que explicar que no le pegaba a mi disco esa canción. “Bueno, prométeme que cuando encuentres un hueco en un próximo disco la vas a grabar”. Se lo prometí y un día en mayo le dije que iba a grabar un nuevo disco y que la primera canción iba a ser Resistiré. ¡Imagínate! Le encantó. Y fue a petición popular (ríe).

Además de ser un clásico, Resistiré ha vuelto a sonar mucho este año, se volvió un himno del pueblo español frente a la pandemia. ¿Es también es un himno personal?

Y sí, ten en cuenta que soy una persona trasplanta­da. Que sé que tengo muchos motivos para decir que voy a resistir. Podría haber sido escrita para mí en cualquier momento, porque como yo no tengo complejo ninguno, cuando escucho una canción que me gusta voy y la grabo, sea de quien sea, la cante quien la cante.

Y como dice la canción en su letra, ¿cree que llegado el momento el diablo le va a pasar factura?

¿A mí, por qué? ¿Qué le hecho yo al diablo? Yo creo que el diablo me debe tener mucho respeto a mí.

Erguido frente a todo

Más allá de la anécdota matrimonia­l, la elección del gran éxito del Dúo Dinámico no parece un simple capricho de Raphael. A poco más de un año de la muerte de su gran amigo Camilo Sesto -a quien reversiona en el disco- y en los descuentos de un 2020 que se ha ensañado con sus compatriot­as y colegas (Pau

Donés, de Jarabe de Palo, y el influyente Luis Eduardo Aute, entre los fallecidos más ilustres), el cantante de Escándalo remata su nuevo álbum declarando que resistirá “erguido frente a todo” y sin jamás rendirse, en una versión que parte solo con piano para luego electrific­arse y cerrar con épica. En días en que José Luis Perales prepara su retiro de los escenarios y Julio Iglesias confiesa estar escondido y con “pánico” al coronaviru­s, “El Niño de Linares”, tal vez la última leyenda de la edad de oro de la balada española en plena actividad, no sólo se da el lujo de volver a grabar y sacarle lustre a sus prodigiosa­s cuerdas vocales, sino que además prepara su vuelta a los escenarios, incluyendo dos shows pendientes en Chile que reprogramó para mayo del próximo año: el 28 en Gran Arena Monticello y el 29 en Movistar Arena.

“Para mí eso es el premio de la lotería, porque yo siempre he soñado con llegar hasta muy tarde, hasta muy mayor cantando, pero siempre tuve el temor de que cuando fuera muy mayor ya no tendría la voz que tenía antes. Pues me he equivocado bastante. Mi voz sigue allí !Intacta! Solo he ganado experienci­a y experienci­a, para poder cantar mejor que antes. Porque la voz está ahí, igual, sin embargo la experienci­a es mucha más.

Tiene un concierto agendado en el WiZink Center de Madrid para el próximo sábado 19...

¡Dos! Recién hemos levantado otro porque el primero está todo vendido y hemos puesto otra fecha el día 20.

Hay algo de rebeldía o al menos de osadía ahí, ¿no? Con esto de volver a los conciertos presencial­es pese a todo.

No es osadía, es la voluntad de querer que esto se ponga en pie de nuevo, que todos podamos andar y podamos salir, con precaucion­es.

Que todos podamos disfrutar de un buen concierto. Porque no todos van a ser botellones (fiestas nocturnas). Porque la gente entre ir a conciertos, o al cine a al teatro, no habido nunca un contagiado. Yo hablo con la verdad, eh. El concierto que voy a hacer en el WiZink representa el deseo de que tanto yo como los demás artistas echemos a andar de nuevo. Y también los empresario­s, que han aguantado carros y carretas todo este tiempo. Es hora de que se acuerde uno de ellos.

La pandemia y el confinamie­nto lo encontraro­n en plena gira por Latinoamér­ica. Para alguien acostumbra­do hace décadas a los viajes y escenarios, ¿ha sido muy extraño pasar casi un año encerrado?

Bueno, encerrado donde estoy encerrado es agradable. Porque pasé la mitad del tiempo en Ibiza, en mi casa de allá con la familia, entonces no me quejo de eso. Me quejo de la inactivida­d. Y sobre todo del peligro que existía para la gente. Afortunada­mente estamos oyendo muy a menudo la palabra vacuna, eso quiere decir que todo se está moviendo y que si Dios quiere en algunos meses vamos a estar libres para poder hacer cada uno lo que quiera hacer con su vida.

¿Esto es lo más extraño que ha visto pasar en el mundo hasta ahora?

Yo los primeros dos meses y medio no sabía qué hacer. Me la pasaba todo el día en videoconfe­rencias con mis hijos y con los amigos. Estábamos mi mujer y yo solos hablando con todo el mundo por videoconfe­rencia y viendo la televisión, las cosas que pasaban. Hasta que a los tres meses más o menos me dije “hasta aquí hemos llegado”. Y me puse a hacer mi disco Raphael 6.0, que es uno de los mejores de mi carrera.

A estas alturas y con todas las tragedias del último tiempo, ¿se siente un sobrevivie­nte? Ni Diego Maradona se salvó este año.

Lamentable­mente en estas cosas nadie puede hacer nada. Estamos sujetos a lo que nos viene y así hay que tomarlo. Es una pena, tanto en el caso de Camilo (Sesto) como en el de Diego Armando. Pero bueno, la vida es así. Yo en un momento tengo que pensar en mi familia y mis hijos y seguir para adelante porque es lo que me gusta hacer. Y al público es lo que le gusta que yo haga. Piensa tú que están las vacunas cerca, que vamos a salir de esta y que voy a estar dentro de muy poco en Santiago, voy a tener el gustazo de ver otra vez frente mío a la gente chilena, que tanto me quiere hace tantos años.

“Con Mon Laferte no nos conocíamos en persona pero la he escuchado mucho, sé muy bien de su valía. Yo sabía que iba a decir que sí”.

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