La Tercera

Colo Colo respira en medio de otro incendio

Dos horas antes del duelo, Marcelo Espina renunció a la gerencia y desató otra crisis en la interna del club. Pese a un horrible segundo tiempo, el Cacique venció a Unión Española.

- Roberto Gálvez

Colo Colo toma aire. Un respiro necesario. Un desahogo en medio de una crisis sin precedente­s. Y lo hace ante Unión Española, un rival de peso, uno de los de verdad, pero que viene a la baja hace algunas fechas. Y todo en medio de otro incendio institucio­nal, con la renuncia de Marcelo Espina (ver pag. 56), su gerente deportivo el mismo día del partido.

El elenco de Macul entró al estadio Santa Laura sabiendo que apenas dos horas antes de jugar el excapitán del Cacique había abandonado la institució­n. Como si los problemas no fueran pocos, los jugadores saltaban a la cancha a sabiendas de otro terremoto en el club. Y así todo cuesta más. Cuando las zancadilla­s vienen desde adentro, la historia se hace mucho más dificultos­a. Ha sido el sino del equipo a lo largo del año. Cuando no es una cosa, es otra. Cuando cuesta imaginar qué más puede ocurrir, alguien se las ingenia para seguir sorprendie­ndo.

A pesar de aquello, Colo Colo, en el césped, hizo oídos sordos a los problemas dirigencia­les en el primer tiempo. Se sacudió también de la baja de Insaurrald­e por un contacto estrecho de coronaviru­s, algo que le hizo bien finalmente. A decir verdad, no jugó mal y Javier Parraguez, uno que está peleado con el gol y de los más resistidos por los hinchas, se sacó toda la rabia al anotar el 1-0 a los 10 minutos tras un gran centro de Gabriel Costa, el mejor de los colocolino­s. Encima, todo se puso favorable para los blancos a los 22’, cuando Luis Pavez Muñoz se fue expulsado por doble amarilla.

El cuadro popular dominó esa etapa y se fue merecidame­nte al descanso en ventaja. Sin brillar, claro, pero en ventaja al fin y al cabo. Y eso, para un 2020 nefasto, es mucho decir. Los rojos, al frente, se quejaban permanente­mente del arbitraje de Gilabert y no encontraba­n los caminos, mismos que extraviaro­n hace ya varias fechas y que le han hecho ceder terreno en la lucha que llevan adelante con la UC y La Calera por el campeonato chileno. La Unión que deslumbrab­a hasta hace poco, ya no lo hace. Ronald Fuentes necesita hacer algo de forma urgente.

Sin embargo, todo lo bueno que Colo Colo hizo en el primer tiempo, lo hizo mal en el segundo. Quinteros lo ha dicho: al primer golpe el equipo se viene abajo. Ayer volvió a decir que sus jugadores se bloquean, que definen mal, que entregan mal. Los albos juegan con nervios, mirando siempre el descenso de reojo. El ejemplo más claro es que ayer, aún estando con un hombre de más, permitiero­n el empate parcial de Unión a los 47’ (anotó la joya Palacios) tras un grosero error de Falcón. Fueron 20 minutos de terror para la visita, que no sabía qué hacer. Volvió a ser el Colo Colo que convive con el descenso.

Eso hasta que vino el horror del cuadro de Independen­cia. Una suma de errores que terminaron en el 1-2 definitivo: córner para Colo Colo, mal despeje de Caballero, mala salida de Sánchez y autogol de Cummings luego de que la pelota le pegara, sin siquiera darse cuenta, en la cabeza. Al Cacique, en todo caso, le daba lo mismo. Porque así como está, cualquier ayuda, cualquier empujoncit­o, por mínimo que sea, vale oro. Y en este caso, tres puntos que le dan algo de oxígeno.

Así ganó Colo Colo. Sacó una dura tarea adelante en el Santa Laura. Ahora viene el clásico con la UC en San Carlos de Apoquindo, el peor desafío que le podría tocar. O el mejor, para ratificar lo hecho ante Unión y que los fantasmas de la B son solo eso.

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► Javier Parraguez celebra la apertura de la cuenta ayer en el estadio Santa Laura.

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