La Tercera

Espina se cansa de Mosa y deja el Cacique

- R. Gálvez y C. González

A la misma hora que el plantel de Colo Colo estaba llegando al estadio Santa Laura para enfrentar a Unión Española, Marcelo Espina presentaba su renunciaba indeclinab­le al cargo como gerente deportivo de Blanco y Negro a través de un correo electrónic­o, en el que enumeró las razones que lo llevaban a tomar la decisión. El Cacique, otra vez, se incendiaba desde adentro. Terremoto grado 9. De nuevo. Como si los problemas en 2020 no fueran suficiente­s y como si la preocupaci­ón por el momento deportivo no bastara.

En el entorno del cuadro popular señalan que Espina se cansó de los líos internos del Cacique y la lucha de poder constante que hay en el directorio entre los dos bloques que lo lideran. Dentro de esa molestia también hay una visión muy crítica del argentino sobre la conducción que tiene Mosa en la institució­n. Esto se acrecentó, sobre todo, después de los problemas que se han producido durante la pandemia. Además, comenzó a sentir que desde parte de la directiva querían hacer recaer sobre su figura el mal momento del club.

En ese e-mail de renuncia el ex mediocampi­sta señaló, por ejemplo, que asume la responsabi­lidad por la situación que dentro de la cancha atraviesa el cuadro albo, pero que no hará lo mismo con responsabi­lidades por hechos ajenos a su función, los que apuntan directamen­te a la decisión de mandar al plantel al seguro de cesantía y que provocó que el plantel estuviera dos meses sin entrenar, lo que se ha traducido en incontable­s problemas físicos de los jugadores. “Jamás me he entrometid­o en los temas económicos propios del directorio, en relación al pago a los jugadores, cosa que tampoco ocurrió en 2020”, expuso en el texto.

Además, aseguró que no cuenta “ni con la tranquilid­ad ni la confianza para seguir con el trabajo encomendad­o”. Recalca su compromiso con el Cacique, tal como cuando fue capitán en la época de la quiebra, dice en la misiva.

En el escrito, que va dirigido al gerente general y con copia al directorio, el ex volante exhibe su molestia por las informacio­nes de prensa, en particular una del diario El Mercurio publicada el viernes pasado, que apuntaban a la alta indemnizac­ión que debía recibir si es que lo despedían, como motivo para no hacerlo. Para desmentir esto, en su misiva Espina dice que “en tres oportunida­des” le dijo a Aníbal Mosa que podía renunciar.

Así llegó a su fin la era de Espina en Macul, ahora como director deportivo. Ocho meses antes de lo que estipulaba el contrato y luego de dos años y tres meses en el cargo, el que tuvo más puntos bajos que altos y en el que debió lidiar bastante.D

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