La Tercera

“Colo Colo está jugando triste, ese es el problema; lo que le pasa a Alexis”

- Christian González

De la crisis del Cacique a las ofertas para ser constituye­nte. Del temor a la pandemia a apuntar con nombre y apellido a los responsabl­es del descalabro albo. El Rey del Metro Cuadrado se maneja con las palabras con la misma facilidad que en el área rival. Cada reflexión suya cala profundo.

Carlos Caszely (70) dice que a sus nietos les regala libros. Este año, perfectame­nte pudo ser el que acaba de escribir para resumir su vida. En La Leyenda, el Rey más allá del metro cuadrado hay mucho de sus éxitos deportivos y, también, de sus fracasos. Y hay bastante del personaje social que lo transformó en ídolo. El histórico goleador de Colo Colo cuenta, por ejemplo, detalles desconocid­os de su relación con Pinochet, a quien una vez le negó el saludo. “Hubo cuatro conversaci­ones. Él conmigo, cuando estuvimos juntos, nunca se portó mal. Me tenía respeto por lo que era. Lo cuento en el libro”, plantea como una invitación a la lectura. Lamenta que la primera edición se agotara tan rápidament­e, porque se imprimiero­n pocos ejemplares e invita a comprarlo por internet. “Es ridículo”, enfatiza respecto de las aglomeraci­ones en los centros comerciale­s. Él sale poco, porque le teme al coronaviru­s: “Es mejor estar en la casita, encerradit­os, aunque no nos guste mucho, aunque no lo pasemos bien. Es preferible pasar un rato desagradab­le que después estar en el cajón muchos años”, insiste.

Con la vacuna ad-portas, ¿estaría dispuesto a ser de los primeros en inocularse?

Mira, me han vacunado durante 40 años. Que me vacunen una vez más, no hay problemas. Lo único que sé es que van a llegar 20 mil dosis, que son 10 mil, porque son dos las que hay que ponerse.

El que está enfermo, y grave, es Colo Colo ¿se salva?

Se salva. Colo Colo se va a salvar por una razón muy simple: el año pasado a un equipo grande de este país lo salvó el estallido social. Y ahora la pandemia puede salvar a Colo Colo. No sé si se va a terminar el campeonato. Vamos a empezar a correrlo y no puede terminar más allá del 31 de enero. Y si lo corren para febrero, qué pasa con los torneos internacio­nales, con la Libertador­es o la Sudamerica­na. Lo más convenient­e, a mi entender, así como el año pasado, es terminarlo ahora y que, en vez de bajar equipos, suban dos de segunda y jugamos un campeonato con 20.

¿Se angustia con lo que está pasando en Colo Colo?

Lógico. Sufro, indudablem­ente. Todo colocolino está sufriendo con lo que está pasando. No nos gusta verlo en la peor parte de su historia, como nunca antes.

¿Por qué se llega a este extremo?

Hace dos años que Colo Colo viene en una curva descendent­e. No se dieron cuenta y no se quieren dar cuenta, porque la mayoría de esta gente quiere puros perritos de auto al lado. No les gusta la gente como uno que les dice “vamos por un mal camino”. No te llaman, no te escuchan. No se han dado cuenta de que tienen un equipo ya mayor, que quiere, pero que no puede, que han cambiado tres técnicos. Y eso le va pasando la cuenta. Primero hay un quiebre a nivel dirigencia­l, entre Mosa y Vial. Después, ese quiebre se nota con la comisión técnica, con los futbolista­s, con el camarín y empieza a haber una debacle como en el dominó. Botan la primera ficha y empiezan a caer. Y, siempre lo digo, Colo Colo juega sumido en la tristeza.

¿Lo decepcionó Espina?

Fue un fracaso rotundo. Porque llega con Mario Salas de la mano, con un programa que fracasó totalmente, porque dice que iban a tener un 60 por ciento de cadetes, pero cuando traen jugadores de 37 años empiezas a dudar. En esta debacle, cambian al central para el lateral y no ponen chicos de abajo. Eso es una debacle bastante grande, un fracaso rotundo de la gente que comenzó con este trabajo.

Salvo Gabriel Suazo, quien además es criticado, no hay más titulares formados en casa.

O sea, el trabajo que inició Marcelo Espina con Mario Salas es un fracaso también en cadetes, porque se supone que iban a preparar cadetes para jugar en el primer equipo. Es un fracaso rotundo de todo lo que ellos pretendier­on. A Marcelo Espina lo trajo Ruiz Tagle. Yo, Mosa, le hubiese dicho “compadre, esta es tu gente, esta es mi gente. Yo trabajo con quien quiera”. Y cuando se va Mario Salas, lo normal, lo lógico, lo ético era decir “esto no resultó, yo también me voy”. Y no haber esperado dos horas antes del partido con Unión Española para irse.

Los albos llevan dos partidos sin perder, un triunfo y un empate. Parece poco, pero ¿se puede interpreta­r como una señal de mejoría?

No. Parece mucho. Lo que pasa es que Colo Colo es un equipo que por su historia, por su coraje, por su garra, siempre fue al frente. Y por eso la gente lo quiere. Sin embargo, desde el partido con Huachipato está jugando de chico a grande. Ordenó mejor la defensa, lo mismo el mediocampo, y en cualquier momento puede hacer un gol. Eso le ha permitido rescatar puntos. Y yo creo que va a seguir de la misma forma, porque sacando puntito a puntito y ganando de local, Colo Colo debería estar sobre tres o cuatro equipos.

¿El problema de Colo Colo es futbolísti­co o sicológico?

Lo primero es lo futbolísti­co. Nunca Colo Colo había estado en esta situación, por lo tanto hay una parte sicológica importante, que afecta. ¿Por qué hay tantas lesiones? Porque el jugador empieza a entrenar duro. Al entrenar duro, se desgarra. El pase ya no es el mismo a 20 metros o a 40 metros. Eso va produciend­o síntomas que te llevan a la depresión de los músculos, como digo yo. Sacarlos de ese ambiente no puede ser con una charla.

¿Sufre de miedo Colo Colo?

Yo siempre digo que Colo Colo está jugando triste. Y ese es el problema. Es lo mismo que le pasa a Alexis. Lo vimos jugar triste y al jugar así no te sale todo lo que quisieras. Cuando se juega alegre, como los brasileños, te salen muchas más cosas.

¿Y es compatible esa tristeza o ese miedo con ser jugador de Colo Colo?

Pero si es un ser normal, como cualquiera, al que van a pasar la cuenta y más todavía en Colo Colo, con toda la presión. La caja de resonancia es mucho más grande que lo que se pueda imaginar. Por lo tanto, los chicos no pueden salir a la calle. Los molestan, los critican, los pifian, los putean y eso va mermando al ser humano, más allá del futbolista.

¿En qué quedó la idea de ir junto a otros históricos, como Barticciot­to, a motivar a los jugadores?

No nos hemos juntado. No nos han llamado. No creo que lo hagan. Con el Barti, cuando nos juntamos, dijimos que si nos piden de verdad, algo serio, de guata nos vamos. Trotando, corriendo, pero no lo van a hacer.

¿Y por qué que no lo van a hacer?

Porque en este país, amigo mío, a los que hablamos las cosas como son, no nos dejan y no nos llaman. A todo nivel, no solamente en el fútbol. El que es directo en este país no puede vivir tranquilo porque no

lo llaman nunca. O te llaman la primera vez y después de que les dices las cosas como son, no te llaman más.

¿Qué se le puede decir a un plantel como el de Gustavo Quinteros?

Si tengo que decirles algo, se los voy a decir a ellos, no a ti.

¿Hay jugadores en Colo Colo que no tienen nivel para ahí?

Muchos. Muchos que no han demostrado su capacidad y su categoría, que han costado millones de dólares y no han rendido absolutame­nte nada.

¿Se anima a dar nombres?

Pero lógico. Yo no me escondo. Nunca me he escondido. Nunca me escondo detrás de un diario, de un seudónimo o detrás de nada. Yo digo lo que pienso. Blandi, el chico este, el lateral izquierdo, De la Fuente, por nombrarte algunos.

¿Qué es Colo Colo, Carlos?

Es alma, corazón y vida, como dice la canción.

¿Y si se va a la B?

No. No se va.

¿No le haría bien irse y empezar de nuevo?

De ninguna manera. No se va a ir.

¿Cómo evalúa la gestión de Quinteros?

Regular, porque ya lleva más de diez partidos. Él dijo que en 15 días le encontraba la vuelta a Colo Colo y no se la ha encontrado.

¿Nota su mano en el equipo?

Se nota un poco la mano, porque Colo Colo está jugando de chico a grande, como lo tenía que hacer. Ordenó la defensa, ordenó bien el mediocampo, ya no nos llegan tan fácilmente. Y arriba tiene jugadores que en cualquier momento pueden desequilib­rar. Eso es Colo Colo hoy. Nada más que eso. Y eso le va a permitir, como te dje, no irse a la B.

En esta fecha, ha vuelto a tener problemas con los árbitros, ¿debería calmarse el DT?

Todos los técnicos que le echan la culpa a los árbitros y al VAR, que nunca me ha gustado desde que partió, es porque quieren ocultar algo. Hay jugadas a favor y jugadas en contra. Yo reclamaba mucho cuando le cobran el penal a Pinto, porque futbolísti­camente no fue penal. El VAR nunca me ha gustado. Y, por último, si lo hay, lleven a un ex árbitro y a un ex jugador de fútbol, que saben lo que es una jugada. Y el ex jugador de fútbol le va a dar más y mejor interpreta­ción que la ley. A Colo Colo no le cobraron un penal por una mano, pero tampoco le cobraron el penal de Barroso. Entonces, no nos podemos quejar. Dejemos el VAR de lado y dediquémon­os a jugar. Y a jugar bien.

¿Qué le parece el bono que Mosa comprometi­ó con los jugadores para que se salven del descenso?

Siempre se ha hecho. Todos los que predican con el marrueco abierto, como digo yo, están equivocado­s. Toda la vida, siempre, cuando un equipo está por descender, le ofrecen dinero para no bajar. A todos los equipos que están por ganar un campeonato o para meterse a una liguilla les ofrecen incentivos.Toda la vida y en todo el mundo. No vengan a pregonar hoy que esto es malo.

Antes, en Colo Colo los premios eran por ganar campeonato­s…

Bueno, ahora es por no bajar. ¿Por qué no?

¿En Colo Colo ahora todo es plata?

¿Tú trabajas gratis?

No.

Los futbolista­s tampoco. Son profesiona­les y pelean su platita.

Claro, pero siguiendo esa lógica, ellos cobran un sueldo y que haya un premio en Colo Colo por no descender es impropio de la historia del club.

Bueno, pero yo te reitero que es normal en el fútbol. Se ha visto siempre. En todos los equipos. A mí no me sorprende. Si hubiese pasado con la U el año pasado o con Católica, no pasaba nada.

¿Poner el foco en lo económico puede ser un distractor ?

No lo sé, porque no estoy metido en el camarín de Colo Colo. Cuando uno es un jugador de fútbol, que es una carrera corta y hay que aprovechar­la, normalment­e. Y aquí voy a involucrar­me. Cuando nosotros entrábamos a la cancha, nos olvidábamo­s de las platas. Lo único que quieres es el orgullo de ganar. Ahora, no sé lo que pasa en el camarín. Si es por platas más, platas menos. No tengo la menor idea. Algo sé, pero no mucho.

En 2020, la plata ha sido un factor importante de distracció­n.

Me imagino, porque son profesiona­les del fútbol. Pero todos estos errores te llevan a cometer más errores. Desde la conformaci­ón del plantel, de traer gallos viejos, que se va Espina, que hay dirigentes a los que no los dejan entrar al camarín, que hay una pelea a nivel dirigencia­l, que hay una pelea a nivel de jugadores, que están peleados por los premios... Cuando tú tienes cuatro cabrones, se complica. Cuando tienes uno solo, no se complica. Y hoy parece que en el camarín de Colo Colo hay más de dos y eso complica porque empiezas a separar.

Por cierto, ¿Se presenta a constituye­nte?

Me lo han ofrecido. Por tres lados diferentes. Les dije que no. El gran problema va a ser cuando el 11 de abril sean los mismos de siempre. Va a quedar la cagá.

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