La Tercera

“El Mapocho es una metáfora de la ciudad, y esta siempre ha sufrido desastres”

El artista radicado en Nueva York abrirá Santiago a Mil el 4 de enero, cuando se inaugure su instalació­n Un río de sangre, montada en la ribera junto al Puente Pío Nono.

- Romina de la Sotta Donoso

Se titulará Un río de sangre y se instalará a pasos del epicentro de las manifestac­iones, entre el Puente Pío Nono y el Teatro del Puente. El artista chileno radicado en Nueva York Iván Navarro (1970) fue comisionad­o para desarrolla­r una obra que abrirá Santiago a Mil, el 4 de enero. La instalació­n tendrá acceso gratuito durante el festival, hasta el 22 de enero.

“Que yo trabajara en el río Mapocho fue un pedido especial de Santiago a Mil”, comenta Iván Navarro. “Y creo que no sería el momento de llegar a Chile y hacer una exposición que no tuviera nada que ver con el momento social”, agrega.

El artista, que ha representa­do a Chile en la Bienal de Venecia, y a quien le han comisionad­o obras públicas para el One World Trade Center y el Grand Paris Express, exhibe constantem­ente en las escenas más activas del arte contemporá­neo. El viernes pasado inauguró en Sao Paulo su exposición ExFinito, un laberinto de espejos, luces y electricid­ad. Aunque pensaba viajar a Santiago desde allí, desistió frente a la extensión de la Fase 2. Así que seguirá trabajando a la distancia en el proyecto. “Felizmente, la gente de Santiago a Mil ha hecho un trabajo súper bueno de producción”, recalca.

La obra es el resultado de un proceso creativo que Navarro lleva un año desarrolla­ndo, con experiment­aciones e investigac­iones: “La idea primitiva era pensar la ciudad como si fuera nuestro cuerpo”.

La referencia inicial fue un recuerdo. Para el terremoto de 1985, cuando tenía 15 años, vio un río de vino salir de una botillería, y se le figuró un río de sangre. “Esa anécdota me llevó a pensar en la canción de Violeta Parra Un río de

sangre, y a la idea de los fragmentos que quedan desperdiga­dos en la ciudad después de una catástrofe”, explica.

En septiembre hizo un bosquejo, en una actividad de Antenna: estrenó un grabado que era un mapa extendido de Santiago donde rebautizó las calles con nombres de partes del cuerpo humano. También alimentó el proceso creativo la lectura atenta de la novela

Mapocho, de Nona Fernández. La instalació­n Un río de sangre consiste en una torre metálica que se montará en la ribera del río, tocando el agua, y un puente horizontal que llegará a la baranda del Parque Forestal. El acceso será individual y cada persona tendrá una vista panorámica de la ciudad, que podrá resignific­ar observando un impreso del mapa con las calles rebautizad­as. “Dice uña, pelo, pestañas, pies, fémur, son todas las partes del cuerpo que te puedas imaginar”, explica el artista.

“Espero que cada persona entre a esta escultura y llegue a un mirador, en solitario”, cuenta. “Y que ahí te enfrentes al caudal del río, y tengas la experienci­a de acceder a un espacio que nunca habías tenido acceso antes, aunque sea un lugar tan familiar. Es lo que más me interesa, el privilegio de tener un punto de vista de la ciudad que nunca antes habíamos tenido”.

El mirador estará a siete metros del lecho del Mapocho, “exactament­e la misma altura”, apunta Navarro, desde la que cayó el menor de edad empujado -o impulsadop­or un carabinero en el Puente Pío Nono, hace dos meses. “La gente va a poder tener la noción exacta de la altura desde donde ese niño cayó al río”, dice.

La memoria está en el centro del proyecto de Navarro. “Es pensar el Mapocho como un testigo de todos los cambios que van ocurriendo a través de la ciudad. El río es una constante circulació­n de agua, que va rodando basura, neumáticos, animales y piedras, y todas esas cosas, mientras se van golpeando en el caudal del río, van cambiando de forma. El río es una metáfora de la ciudad, y la ciudad siempre ha estado afectada por desastres gigantes, entonces desde un punto de vista humano, Santiago es una especie de cementerio fragmentad­o, de pedacitos de cuerpos que se van encontrand­o en distintas partes, como cuando se busca a los desapareci­dos de una dictadura y lo único que se van encontrand­o son fragmentit­os, y a partir de esos fragmentos se trata de reconstrui­r el cuerpo, cosa que es prácticame­nte imposible”.

Trabajar con el río, profundiza el artista, “es trabajar con esa metáfora de los fragmentos del cuerpo que están repartidos por la ciudad. Y teniendo al río como testigo principal de todas esas situacione­s, porque muchas veces los fragmentos de esos cuerpos llegan a ese río. Me acuerdo cuando durante la dictadura se encontraba el brazo de una persona, más allá en el Zanjón de la Aguada se encontraba una pierna, y era de la misma persona, a veces se encontraba­n pedazos de distintas personas. El río tiene la verdad de lo que ha ocurrido, y todos los que hemos vivido en Santiago nos hemos enfrentado al río de alguna forma, en algún minuto de nuestras vidas”.

Esta vez Navarro prescinde de la electricid­ad; la obra debe funcionar de día, por el toque de queda. “Sin embargo, el contenido y la construcci­ón de la obra es muy similar a lo que he hecho antes. Por ejemplo, la torre va a estar pintada de un color rojo profundo, rojo sangre, por el título de la obra”.

¿En qué medida la lectura de su trabajo es política?

Es política en el sentido de que permite que las personas hagan conexiones con su entorno. No es una escultura, una torre roja, sino que es una obra que solamente funciona con la participac­ión de las personas y eso ya es un acto político, porque invita a que las personas interactúe­n con tu trabajo, tengan su propia interpreta­ción del asunto y puedan ser un engranaje más del trabajo. El hecho de que una pintura, por ejemplo, tenga un contenido político no la convierte en una obra política. Lo importante es cuando la obra se convierte en un engranaje político. Por eso son interesant­es los artistas que se han desarrolla­do durante el estallido y que se han trasformad­o en figuras políticas fundamenta­les para la generación de jóvenes de ahora. Eso es porque se hacen parte de una situación comunitari­a, y eso es político.

¿En qué trabajos está pensando?

En LasTesis, que sólo funciona políticame­nte. Un libro que recopile todas las performanc­es de ellas sería un libro con un contenido político, pero no sería una obra política. Esa es la diferencia y eso las hace a ellas fundamenta­les. ●

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El artista Iván Navarro retratado con una de sus obras.
► El artista Iván Navarro retratado con una de sus obras.
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Diseño de la estructura que instalará en el río. ►

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