MOVER EL PAÍS HACIA UN NUEVO TRATO
SEÑOR DIRECTOR
Parece estar consumándose la fragmentación de la oposición. De un lado el polo izquierdista, formado por el Partido Comunista y una parte significativa del Frente Amplio y, de otro lado, la antigua Concertación que ha gobernado 24 de los últimos 30 años. Se proponen competir separados en listas a la Convención Constituyente como a las próximas elecciones presidenciales. Se suma el hecho que al proceso constituyente también concurren numerosas listas o personas independientes de la oposición al actual gobierno.
El país mira con estupor el divisionismo de las fuerzas opositoras, conscientes que ello le da inmejorables oportunidades de sobrerrepresentación a la derecha en la Constituyente y le pavimenta el camino a un gobierno de Joaquín Lavín.
En las profundidades de la desavenencia opositora está la vieja dicotomía entre igualdad y libertad. Quienes privilegian la igualdad terminan generalmente por clausurar la libertad, condenando, además, a sus pueblos a la pobreza; quienes privilegian la libertad terminan generalmente subordinándose a los dictados del dinero y resignan de igual modo a las mayorías populares a la precariedad y el abuso. Hace falta una centroizquierda que dance al unísono con la libertad y la igualdad, radicalmente democrática y comprometidamente transformadora, que se constituya en una fuerza mayoritaria que una a la oposición para unir a Chile, que no vacile en la defensa de las libertades ni tampoco en impulsar los cambios socioeconómicos insoslayables para el bien común de la nación. Ese es el desafío principal del nuevo trato.
José Sanfuentes