Todas las caras de Pedro Pascal
Los años dorados de la estrella chilena en Hollywood
Los últimos años del chileno muestran un ascenso imparable: además de su talento y carisma, maduró profesionalmente en un período mucho más adulto, fue fichado por una de las agencias más influyentes de Hollywood y tejió vínculos estrechos en la industria. Sigue contactado con Chile y hasta le han ofrecido ser rostro de una marca de ropa. Aquí, quienes han trabajado con él desmenuzan su éxito.
De todas las citas y eventos virtuales que han proliferado durante la pandemia, los encuentros vía Zoom del elenco de Mujer Maravilla 1984 fueron una de las instancias que más se repitieron. ¿La razón? La persistencia del estudio Warner Bros. por tratar de mantener la superproducción en su calendario 2020, pese a que no pudo estrenarse en su fecha original, en junio. Pero el ejercicio permanente de la dinámica no anula la calidez entre sus participantes, como si la buena química del set se hubiera mantenido intacta en la frialdad de una videollamada.
En medio de uno de los últimos de esos encuentros –al que accedió La
Tercera a inicios de diciembre–, Pedro Pascal (45) habla de su experiencia “emocionante y aterradora” encarnando a Maxwell Lord, el villano de la historia ambientada en los años 80.
Más tarde pregunta qué tipo de lenguaje está permitido en la actividad, al revivir su reacción cuando el productor Charles Roven (El caballero de la noche) lo llamó en 2018 para comentarle la posibilidad de que se uniera al blockbuster: “¿Me estás jodiendo? ¿De qué oportunidad estás hablando?”.
Aunque ningún actor preferiría estar detrás de su computador a asistir a una avant premiere convencional, Pascal siempre soñó con estar del modo que fuera compartiendo a la par con nombres del calibre de sus compañeros de reparto: Gal Gadot, la misma Mujer Maravilla, seguida por la directora Patty Jenkins, la dupla que le dio vida a la exitosa película de 2017. También con Chris Pine y Kristen Wiig, dos actores de la primera línea de la industria.
Es el tipo de experiencias a las que el intérprete nacido en Santiago en 1975 se ha habituado en el último par de años en Hollywood, desde que la serie Game of Thrones catapultó su carrera a un punto en que ha convertido casi en una rutina compartir protagonismo con estrellas como Matt Damon, Denzel Washington y Ben Affleck. El último pináculo de su trayectoria es el número uno que alcanzó entre el 20 y el 27 de diciembre pasado, como el actor más buscado del portal de cine y series en IMDb. El rótulo de “actor más popular del mundo” que se ganó mientras estrenaba tres producciones casi en simultáneo: el final del segundo ciclo de la serie The Mandalorian, la secuela de Mujer Maravilla y la película familiar Superheroicos, en Netflix.
La última colaboración con grandes nombres de Pascal es junto a Nicolas Cage, quien se interpreta a sí mismo en The unbearable weight of massive talent, una comedia de acción que filmaron en Budapest y Croacia a fines de 2020. En la historia, el chileno encarna a un fan que le ofrece un millonario pago a Cage para que asista a su cumpleaños, pero se revela que todo es un engaño y el actor de Contracara debe recurrir a sus personajes para salir indemne.
Una trama hilarante en la que Paco León, conocido en Chile por la serie La casa de las flores (Netflix), terminó encarnando a uno de los personajes principales, después de que el chileno lo recomendara a la producción.
“Aquí hacíamos de primos y fue muy fácil crear esa familiaridad. Nunca olvidaré cómo me ayudó con el inglés y lo generoso que fue como compañero”, señala, evocando dos momentos en las filmaciones: “Recuerdo las risas improvisando con una secuencia donde le obligaba a comer cereales Froot Loops. O una vez que me cambiaron una línea de texto repentinamente, y yo que lo había memorizado casi fonéticamente, entré en pánico y él rápidamente consiguió un papel y un bolígrafo, y raudo me tranquilizó, escribiéndome el nuevo texto. Para él, un detalle sin importancia; para mí , algo que no olvidaré nunca”.
León conoció a su compañero antes de un estreno en Madrid hace un tiempo y esa experiencia, más lo que sabía de su trabajo en España, bastó para que Pascal sugiriera su fichaje. “Uno de los muchos talentos de Pedro es como director de casting. No ha sido la primera vez que recomienda a un actor o actriz y que el director y la producción se lo agradecen”, dice el español.
Años antes de esa anécdota, de las portadas en Variety o de Mujer Maravilla, el chileno también llegó gracias a una recomendación a actuar en su primer largometraje. La directora Julia Solomonoff buscaba actores que hablaran un muy buen inglés para el elenco de su ópera prima, Hermanas (2005), la historia de dos mujeres separadas por la dictadura argentina que en los 80 se reencuentran en Texas.
En una época en que todavía ocupaba su apellido paterno, José Pedro Balmaceda Pascal apareció en su radar a través del productor Fernando Gastón, cuñado del actor (pareja de su hermana Javiera Balmaceda, quien
hoy trabaja en Amazon Studios como jefa de series originales en español para Latinoamérica). “Hablaba perfectísimo inglés, era alguien con una cara muy especial, muy fotogénico, con una especie de misterio. Tuvimos una conversación en que recuerdo que, para convencerme, no habló ni una palabra de español, hizo todo en inglés con acento texano”, apunta Solomonoff.
Si bien el rol era pequeño, la argentina buscaba que el papel resultara memorable, dado que era el único personaje con el que la protagonista se conectaba de modo especial. El resultado la convenció totalmente. “Sentí que tiene un sentido del humor que no es tan común en los actores gringos. Pedro tiene lo mejor de los dos mundos: una disciplina y un entrenamiento muy fuerte y, al mismo tiempo, una inteligencia y una sensibilidad más latinas”.
Solomonoff buscó volver a colaborar con él en su película Nadie nos mira (2017), la historia de un actor latino que se radica en Nueva York, pero el intento no prosperó. Eso sí, agrega que después vio a Pascal en un montaje de El rey Lear en Broadway hace un par de años. “El éxito de Pedro me alegra profundamente y de alguna manera también me enorgullece como una hermana que reconoció algo en él al principio, que floreció, creció y es mucho mayor que lo que quizás imaginamos. Eso estaba en su mirada, en su presencia”.
La intensidad de Pascal
Cuando el impacto de su actuación en el cuarto ciclo de Game of Thrones aún hacía vibrar a los fanáticos –así como la brutalidad de la muerte de su personaje, Oberyn Martell– , Pedro Pascal firmó un contrato con WME, una de las principales agencias de representación de Estados Unidos.
Una de las funciones de la compañía es acercarle ofertas laborales, pero, en simple, es lo más parecido a un pasaje a las grandes ligas de Hollywood. Fue un minuto clave en su ascenso. Algunas de las figuras que trabajan con la empresa son Gal Gadot, Christopher Nolan y Oscar Isaac, uno de sus mejores amigos (Sarah Paulson es otra de sus más cercanas en el circuito).
Con el protagonista de Inside Llewyn Davis, a quien lo une una amistad desde 2005, compartió su celebración de Año Nuevo, como se viralizó en la web. Ambos se vinculan desde experiencias similares: siendo de origen latino (guatemalteco en el caso de Isaac), lograron saltar a las grandes vitrinas luego de incursionar mayoritariamente en el teatro.
Pero la historia de Pascal también incluye haber optado por permanecer en Estados Unidos. En 1976, su familia se fue al exilio luego de que su padre, José, médico y en ese entonces de 27 años, empezara a ser buscado por la Dina (al clan también pertenecía el ex MIR Andrés Pascal Allende). Vivieron en Dinamarca y San Antonio. Pero en 1995, casi todos retornaron al país; el actor persistió en seguir su carrera en el extranjero. Primero estudió en California, en el Orange County High School of the Arts, y luego ingresó a actuación en la Tisch School of the Arts de Nueva York. Y quizás ese largo camino también hizo que su madurez profesional la consiguiera en torno a los 40 años.
El director William J Saunders lo conoció en un momento en que el chileno seguía probando suerte, luego de pequeños papeles en Buffy la cazavampiros, NYPD Blue y La ley y el orden. “Tenía tanto control de su intensidad. Podía ser juguetón, maníaco, misterioso, amenazante o benigno, pero esa intensidad siempre estaba ahí, haciendo que una mirada casual fuera potente”, señala el realizador, que lo dirigió en la película Sweet little lies (2011).
Pese al giro de su carrera, Pascal no se ha mudado de casa en Venice Beach, California, y sigue en contacto con su clan chileno, incluidos 34 primos hermanos y su padre. En 2019, una marca de ropa masculina lo contactó para ficharlo como rostro, pero él declinó porque estaba haciendo El rey Lear en Broadway. La compañía finalmente optó por otro actor nacional.
“Lo que lo diferencia del resto es su humildad y lo bien que trata a todo el mundo en el set, independiente del departamento en el que trabajen”, indica Dacio Caballero, su doble de riesgo en Mujer Maravilla 1984. “En un mundo en el que trabajamos pretendiendo ser otras personas es agradable encontrar a alguien tan auténtico”, añade. Paco León, que nunca había trabajado en Hollywood hasta antes de compartir con Pascal, concede que sus logros semejan un faro, “para todos los actores, no sólo para los hispanohablantes que desean abrirse paso en Hollywood”.