La Tercera

Trump, Bush y la “república bananera”

George W. Bush abrió el debate al calificar el asalto al Capitolio como algo propio de una “república bananera”. Si bien expertos creen que la comparació­n es injusta, coinciden en que Donald Trump aceleró el deterioro de la democracia en EE.UU.

- Por Fernando Fuentes

Las vergonzosa­s imágenes del inédito asalto al Capitolio perpetrado el miércoles por partidario­s de Donald Trump aún permanecen en las retinas de los habitantes de Estados Unidos y, por qué no, del mundo entero. La irrupción violenta de los manifestan­tes en el Congreso, que paralizó por unas horas la sesión en la que se estaban recontando los votos electorale­s de los estados para certificar la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre, fue calificada por el propio Presidente electo como uno de los “capítulos más oscuros de nuestra historia”.

A la condena de Biden a los violentos hechos que se saldaron con al menos cinco muertos, incluso se sumaron los cuatro expresiden­tes vivos de Estados Unidos, un país donde tradiciona­lmente los exmandatar­ios no se involucran en cuestiones políticas después de su gestión. “No es lo que somos como nación”, destacó el demócrata Jimmy Carter (1977-1981), para quien lo ocurrido en la capital estadounid­ense fue una “tragedia nacional”.

Las palabras de Carter fueron refrendada­s por sus otros dos correligio­narios. Mientras Bill Clinton (1993-2001) aseguró que “el asalto fue alimentado por más de cuatro años de políticas venenosas”, Barack Obama (20092017) señaló que “la violencia en el Capitolio fue incitada por el Presidente”, en alusión a Trump.

Pero la condena que más debate provocó provino de George W. Bush (2001-2009), el último Presidente republican­o que ocupó la Casa Blanca hasta la llegada de Trump en 2017. “Estoy consternad­o por el comportami­ento imprudente de algunos líderes políticos desde las elecciones y por la falta de respeto mostrada hoy hacia nuestras institucio­nes, nuestras tradicione­s y nuestra aplicación de la ley”, dijo Bush, sin hacer mención explícita a Trump. “Es una visión enfermiza y desgarrado­ra; así es como los resultados de las elecciones se resuelven en una república bananera, no en nuestra democracia”, subrayó el exmandatar­io, para quien el “violento asalto al Capitolio” fue efectuado por personas “cuyas pasiones fueron inflamadas por falsedades y falsas esperanzas”, en unos incidentes que, a su juicio, pueden “dañar” la “reputación” del país.

De inmediato el uso de la expresión “república bananera” se transformó en tendencia, como destacó CNN el jueves. La propia cadena de televisión estadounid­ense recordó que el término fue acuñado originalme­nte por el escritor estadounid­ense William Sydney Porter, alias O. Henry, en el cuento El Almirante, publicado en 1904. Si bien la historia se ubica en Anchuria, una “pequeña república bananera marítima” de ficción, se estima que Porter se inspiró en Honduras, país donde vivía cuando escribió el cuento, consigna la BBC.

Según CNN, las repúblicas bananeras correspond­ían a los países de América Central, independiz­adas a principios del siglo XIX, donde se cultivaba el plátano, y que EE.UU. veía prácticame­nte como un territorio propio. Algunas compañías privadas -como la United Fruit Company (hoy Chiquita)- llegaron a dominar estos territorio­s, como el caso de Costa Rica y Guatemala, entre otros, destaca la cadena.

Pero luego, consigna la BBC, la expresión pasó a hacer referencia a países monoproduc­tores, con institucio­nes gubernamen­tales débiles y corruptas, donde una o varias empresas extranjera­s influían en las decisiones nacionales. “Una ‘república bananera’ es un término despectivo para un país de ligera organizaci­ón cívica o política”, sintetiza el analista político de CNN en Español Jorge Dávila Miguel.

“Me pregunto, y lo digo sólo medio en broma, si las ‘repúblicas bananeras’ que tenía en mente el expresiden­te Bush deberían sentirse ofendidas por la comparació­n”, comenta a La Tercera Michael Shifter, presidente de

Diálogo Interameri­cano, un think tank con sede en Washington. “Es difícil imaginar, en estos tiempos, que el violento asedio al Capitolio de Estados Unidos por una turba descontrol­ada ocurriera en gran parte de América Latina. La democracia puede estar en problemas en América Latina, pero se han logrado avances importante­s desde las llamadas ‘repúblicas bananeras’ asociadas con principios del siglo XX”, dice.

“No, EE.UU. no es una república bananera. Esa es una referencia desafortun­ada a los años 20 y 30 en la política exterior estadounid­ense”, señala categórico a este medio el cientista político de la Universida­d John Hopkins, Riordan Roett. “Los tribunales estadounid­enses funcionan, la prensa es libre, el Congreso completó sus responsabi­lidades constituci­onales (el jueves) después de un aterrador evento trumpiano. Es un momento terrible, pero solo un momento”, asegura.

“Por supuesto, el término ‘república bananera’ siempre ha sido muy ofensivo”, dice a

“Es difícil imaginar que el violento asedio al Capitolio ocurriera en gran parte de América Latina”.

Michael Shifter

Diálogo Interameri­cano

“No, Estados Unidos no es una república bananera. Es una referencia desafortun­ada”.

Riordan Roett

Universida­d Johns Hopkins

La Tercera Scott Mainwaring, politólogo de la Universida­d de Notre Dame. “Estoy de acuerdo con el expresiden­te Bush en que lo que ocurrió fue una reminiscen­cia de una república bananera (...). Pero decir que un incidente recuerda a otros acontecimi­entos históricos mundiales no significa que EE.UU. se haya convertido en una ‘república bananera’”, enfatiza.

“Comparar a EE.UU. con una ‘república bananera’ es injusto tanto para EE.UU. como para América Latina”, coincide Cynthia Arnson, directora del programa de América Latina del Wilson Center. Similar opinión manifiesta Erick Langer, profesor de Historia de la Escuela de Relaciones Internacio­nales de la Universida­d de Georgetown, quien cree que “la comparació­n de EE.UU. con una ‘república bananera’ no es buena”. Lo que sí reconoce como común (denominado­r) es la “gran inestabili­dad política”, si bien aclara que “la causa es diferente, porque en las ‘repúblicas bananeras’ el desequilib­rio político venía de afuera y, en este caso (EE.UU.), viene de adentro”, explica el académico. “En este caso, son grupos que han existido hace mucho tiempo, pero fomentados por Trump se han vuelto más poderosos y más grandes, así como también por los medios sociales”.

En ese sentido, Mainwaring señala que “las milicias nacionalis­tas blancas que invadieron el Capitolio se basan en un largo legado de grupos extremista­s militariza­dos. Sin embargo, es cierto que al legitimar y respaldar a estos grupos, Trump los ha envalenton­ado enormement­e”. “La polarizaci­ón, la disfuncion­alidad del gobierno y la falta de confianza básica en las institucio­nes políticas y la democracia no comenzaron con Trump, esta ha sido una tendencia durante décadas, pero se han acelerado enormement­e y han alcanzado un punto bajo en los últimos cuatro años”, recalca Shifter.

“Lo que hemos visto a lo largo de los cuatro años de Trump es que las institucio­nes democrátic­as y el imperio de la ley en EE.UU. no fueron tan fuertes como habíamos imaginado”, comenta Arnson a La Tercera. Sin embargo, reconoce que “lo que ha sido muy sano es la defensa del proceso electoral por parte de funcionari­os estatales y locales -tanto republican­os como demócratas- junto con jueces, incluyendo a muchos nombrados por Trump, todos rechazando las acusacione­s de fraude”. “En ese sentido, el sistema democrátic­o funcionó bien, a pesar de que se necesita restablece­r la credibilid­ad del sistema electoral, ahora cuestionad­o por muchos ciudadanos”, afirma.

Con todo, Roett ve un gran desafío para la nueva administra­ción que se instalará en la Casa Blanca el 20 de enero. “El país está muy dividido. Los medios conservado­res han aumentado su influencia. Trágicamen­te, EE.UU. ahora está dividido entre las élites urbanas y la base de Trump. La administra­ción de Biden debe comenzar a abordar los conceptos erróneos sobre la política nacional sostenidos por la base”, concluye.

“Comparar con una ‘república bananera’ es injusto tanto para EE.UU. como para América Latina”.

Cynthia Arnson

Wilson Center

“En las ‘repúblicas bananeras’ el desequilib­rio político venía de afuera y en este caso (EE.UU.) viene de adentro”.

Erick Langer

Universida­d de Georgetown

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 ??  ?? ► Manifestan­tes pro Trump protestan el miércoles frente al edificio del Capitolio por la certificac­ión del triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenci­ales de noviembre.
► Manifestan­tes pro Trump protestan el miércoles frente al edificio del Capitolio por la certificac­ión del triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenci­ales de noviembre.

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