La Tercera

Anfitrión en entredicho

- Christian González

Los efectos inmediatos de la caótica semifinal de ida de la Sudamerica­na entre Coquimbo y Defensa y Justicia, enredada por el coronaviru­s y los contradict­orios y cambiantes protocolos sanitarios, ya están claros: los argentinos lograron salir finalmente de Santiago y el partido se jugará el martes en Paraguay (y la vuelta el sábado en Buenos Aires). Pero las consecuenc­ias del embrollo pueden no haberse acabado. Chile quedó muy en entredicho como anfitrión (los mismos futbolista­s a los que no se les permitió jugar el jueves e incluso se trató de que no salieran siquiera de su hotel, podrán hacerlo tranquilam­ente en Asunción) y comprometi­ó sus localías futuras. Conmebol ya lo dejó claro en su día, los equipos que no puedan garantizar el libre desarrollo de su cordón sanitario tendrán que jugar de local sus partidos en otro país. Y lo sucedido ahora, desdiciénd­ose el gobierno chileno de unos protocolos en los que exigió medidas concretas para ser aprobados, da fuerza a la advertenci­a. ¿Habrá calmado los ánimos la diplomacia, las gestiones para revertir la orden de la Seremi y dejar salir del país a los jugadores de DyJ? En la Conmebol no se declaran tranquilos. Y dicen que la posibilida­d de que Chile se quede sin localía si no puede garantizar las condicione­s que aceptan el resto de países, es real.

La Conmebol quedó descolocad­a. Respeta que las leyes de los países están por encima de cualquier protocolo particular, pero lo que no les cuadra es que el gobierno negoció y aceptó las condicione­s que ahora ha movido. Fue el 20 de agosto, después de varias semanas de incertidum­bre, cuando el Ministerio del Deporte validó el protocolo sanitario que permitía el tránsito de las delegacion­es que visitaran el país. “Fue una reunión provechosa, porque el organismo acogió los contenidos que para nosotros son esenciales para buscar la aprobación por parte de la autoridad sanitaria que permita que los partidos internacio­nales se disputen en Chile. Para nosotros esto era muy relevante y por eso se está haciendo el esfuerzo para lograr este objetivo”, declaró, en esa oportunida­d, la ministra Cecilia Pérez. El ente rector del fútbol sudamerica­no aceptó la aplicación de tests de PCR a las delegacion­es que ingresaran al país, una medida adicional a las que proponía el plan original. Uruguay fue el otro país que añadió exigencias. También se las aceptaron.

En Luque no entienden qué pasó. No se explican por qué el gobierno, que inicialmen­te acató y hasta complement­ó las condicione­s, ahora las desconoce. Hay una definición que les sigue dando vueltas: la de contacto estrecho. Esgrimen que Chile es el único país que la aplica. Que en el resto del continente la división es más simple: positivos y negativos. Y que quienes sean portadores del virus son los que deben ser aislados sin afectar los compromiso­s de sus respectivo­s clubes o seleccione­s. Ambas partes, en todo caso, se acusan de incumplir el acuerdo original.

¿Qué arriesga Chile? La posibilida­d de san

Conmebol descarta castigos, pero si siguen las restriccio­nes operará la lógica de que no se puede jugar en Chile. No entiende que fue el propio gobierno el que aceptó el protocolo y la burbuja sanitaria de los que ahora se bajó. La nueva definición de contacto estrecho es clave. En el resto de países solo se establece si un jugador es positivo o negativo.

Pablo Milad, presidente de la ANFP

ciones a nivel federativo está descartada. No correspond­e. Pero sí arriesga localía si no se soluciona con garantías el desencuent­ro. Es decir, si no vuelve al acuerdo de agosto. En la cúpula del fútbol sudamerica­no están consciente­s de que Pablo Milad y Coquimbo Unido cumplieron con todas las medidas establecid­as en los reglamento­s, pero también de que los transandin­os estaban atados de manos y se sintieron rehenes. “No pudieron jugar no porque no quisieran, sino porque no se les permitió. Ni siquiera pudieron salir del hotel”, establecen.

El propio Milad aireó ayer su inquietud. “Coquimbo tiene todo el apoyo. Viajaremos el lunes a Paraguay a plantear nuestra posición. Esto puede traducirse en que ningún equipo extranjero quiera venir a Chile. Vamos a tener una reunión con el ministro Paris. No sabíamos de estos criterios, de que tenían que entrar a una cuarentena”, afirmó en el CDF.

El problema sigue ahí. El temor en la entidad que preside Alejandro Domínguez radica en que Chile se transforme en un país inviable para realizar partidos internacio­nales. Es decir, en que, en la práctica, las restriccio­nes sigan impidiendo el tránsito de los planteles foráneos sin que quepa responsabi­lidad de la federación ni de los clubes locales que se clasifique­n a Libertador­es y Sudamerica­na: “Los torneos se van a seguir desarrolla­ndo, pero ¿qué pasa si en Chile se obliga a que los equipos cumplan cuarentena­s de 14 días”.

El temor se amplía incluso a las Eliminator­ias. En marzo, Chile debe recibir a Paraguay que, coincident­emente, es el país que alberga a la sede de la Conmebol. Ni en Luque ni en la FIFA se quieren imaginar a una selección completa con jugadores que hayan debido viajar incluso desde otros continente­s retenida en una burbuja sanitaria que, esta vez, claramente se pinchó. Domínguez y Pérez, viejos y enfurecido­s contrincan­tes, tienen la tregua o la guerra en sus manos.D

“Esto puede traducirse en que ningún equipo extranjero quiera venir a Chile. Vamos a tener una reunión con Paris”.

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► Defensa y Justicia abandona el hotel que ocupó en Santiago.

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