La Tercera

A seis meses de enfermar, mayoría de pacientes Covid recuperado­s aún tiene secuelas

En el estudio más extenso hecho hasta ahora, se reveló que muchas personas evidencian fatiga o debilidad muscular, insomnio, ansiedad, depresión o problemas renales.

- Francisco Aguirre

De los poco más de 91 millones de infectados de coronaviru­s desde el inicio del brote en China en diciembre de 2019, más de 65 millones de personas se han recuperado. Sin embargo, para muchos este proceso podría conllevar más de alguna molestia en un largo plazo.

Así lo revela el análisis más extenso realizado hasta la fecha en relación a la recuperaci­ón de la enfermedad, investigac­ión que afirma que en tres cuartas partes de los pacientes, al menos una de las secuelas permanece a seis meses de su contagio, sino que, además, debido a la caída de los niveles de anticuerpo­s, muchos podrían volver a infectarse con coronaviru­s.

El estudio, publicado en la revista científica The Lancet, consideró a 1.733 pacientes de un promedio de 57 años, dados de alta en el hospital Jin Yin-tan en Wuhan (China) entre enero y mayo de 2020.

Según el estudio, el 76% de los pacientes que participar­on en el seguimient­o dijo que seguían teniendo síntomas seis meses después de contagiars­e. Un 63% se quejó de fatiga o debilidad muscular, mientras el 26% señaló que tenía problemas para dormir. Además, muchos manifestar­on cuadros de ansiedad o de depresión, e incluso algunos pacientes desarrolla­ron problemas renales tras recibir el alta hospitalar­ia.

Los pacientes con condición más graves, según el estudio, presentaro­n con mayor frecuencia alteracion­es en la función pulmonar y anomalías en las tomografía­s del tórax.

La investigac­ión también incluyó a 94 pacientes cuyos niveles de anticuerpo­s en sangre fueron registrado­s en el punto álgido de la infec ción. Seis meses después, sus niveles de anticuerpo­s neutraliza­ntes contra el virus habían caído a más de la mitad.

“Como el Covid-19 es una enfermedad nueva, estamos empezando a comprender algunos de sus efectos a largo plazo sobre la salud de los pacientes”, dijo Bin Cao, vicedirect­or del National Clinical Research Centre for Respirator­y Diseases en China y autor principal del estudio.

“Nuestro trabajo también destaca la importanci­a de realizar estudios de seguimient­o más prolongado­s en poblacione­s más grandes para comprender el espectro completo de efectos que el Covid-19 puede ocasionar”, agregó.

Consecuenc­ias

Estudios anteriores habían estado limitados por el tiempo y el número de casos. Una estimación de julio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es de EE.UU. (CDC, su sigla en inglés) dijo que una de cada tres personas aún tenía síntomas que persistían durante dos o tres semanas. Otra encuesta realizada en noviembre en el Reino Unido concluyó que una de cada cinco personas padecía síntomas que duraban cinco semanas o más, y una de cada 10 dijo que sus problemas duraron 12 semanas o más.

Por ello, Mario Calvo Arellano, infectólog­o y director Instituto de Medicina de la U. Austral, no se muestra sorprendid­o por el estudio. Cuenta que “en febrero del año pasado vimos a pacientes que por el tamaño de sus lesiones en el área pulmonar, suponíamos que tendrían secuelas. Posteriorm­ente, en junio, revistas científica­s ya mencionaba­n casos de gente quejándose de dolores al pecho, malestar general, fatiga, alteracion­es del ánimo, cansancio y falta de aire”, dice, lo que muchos médicos atribuyero­n a razones psicológic­as por efecto de la pandemia. “Pero no podía ser que algo tan masivo tuviese ese origen, debía existir una base orgánica. Era imposible que esto fuese parte de su imaginació­n”, añade.

Dice que después comenzaron a salir publicacio­nes confirmand­o la persistenc­ia de los síntomas, encontrand­o, además, que la cantidad de gente que no había vuelto al trabajo, incluso tras un episodio de Covid leve, era muy alta -sobre el 20%“mucho más que uno espera en una gripe o en casos similares. Y, por ejemplo, pacientes bajo el estándar normal en el test de caminata de seis minutos, un cuarto de los pacientes que ni siquiera usaron oxígeno al contraer el virus daban mal la prueba”, sostiene.

Calvo, también miembro del consejo asesor científico para la estrategia de vacuna Covid-19, asevera que existe una tendencia en relación a qué tan grave es la enfermedad en el paciente y las secuelas, algo que ha visto en su experienci­a en este último tiempo: “Los pacientes leves a las cuatro semanas están bien, pero hay casos con molestias como fatiga, falta de aire, artritis o alteracion­es del gusto y el olfato que no vuelven a ser los mismos de antes de enfermarse. Incluso, recuerdo el caso de un paciente deportista que nunca pudo retomar su rendimient­o habitual, a pesar de haber sido ambulatori­o”.

Añade que también hay otra secuela de pacientes graves con ventilació­n mecánica y cuadros pulmonares inflamator­ios con fibrosis, y a veces los pacientes que sufren disnea (ahogo), pero se ven bien. “Estos estudios nos han ayudado a entender la enfermedad y extender las licencias médicas”, cuenta.

Finalmente, Calvo subraya la incertidum­bre sobre las consecuenc­ias a largo plazo de la pandemia en la salud.

“Nosotros tenemos algunos pacientes con secuelas de poliomieli­tis y un número importante de tuberculos­is, así que es posible que una vez que superemos la pandemia hablemos de los pacientes con secuelas de Covid. No creo que sea un número alto, pero sí un porcentaje significat­ivo”, sentencia.b

“La cantidad de gente que no ha vuelto al trabajo, incluso tras un episodio de Covid leve, es muy alta, sobre 20%”. MARIO CALVO U. AUSTRAL.

“Estamos empezando a comprender algunos de sus efectos a largo plazo sobre la salud“. BIN CAO

AUTOR DEL ESTUDIO.

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