La Tercera

10 meses de Covid-19

Los datos de fiscalizac­iones e incumplimi­entos en la Región Metropolit­ana

- Por Gabriela Sandoval

De los 669 mil contagios confirmado­s en el país desde marzo a la fecha, la Región Metropolit­ana concentra casi la mitad. Y por estos días, los nuevos infectados superan los 800 casos diarios, que se van sumando al reservorio de poco más de cuatro mil casos activos con residencia en la capital.

En ese contexto, la labor de trazabilid­ad, testeo y aislamient­o, así como la fiscalizac­ión de las normativas y el seguimient­o de los contagios son clave para el control de la pandemia. Y son todas labores que recaen en la Seremi de Salud Metropolit­ana, que ha debido incrementa­r

exponencia­lmente su planta de inspectore­s y funcionari­os para dar abasto. Así, mientras al inicio de la pandemia la planta de funcionari­os era de 900 personas, hoy se ha ampliado a 4.000: solo los fiscalizad­ores pasaron de 100 a 1.400 cargos. También, la red de residencia­s sanitarias -que hoy mantiene solo 15 hoteles operativos- llegó a tener 800 funcionari­os para resguardar y atender a los huéspedes.

Las cifras son decidoras: las inspeccion­es desplegada­s han permitido cursar infraccion­es en 2.472 empresas, así como 1.985 sumarios se han abierto a tiendas comerciale­s,

que han recibido 164.647 visitas de inspectore­s. A personas, en tanto, se han abierto 2.924 procesos por no portar los permisos temporales, incumplir las cuarentena­s o no usar mascarilla­s (444 casos). Y eso, sin contar los 11.454 expediente­s iniciados contra viajeros en cordones y aduanas sanitarias.

Según el registro, los motivos más recurrente­s de apertura de sumarios son las faltas en protocolos de locales comerciale­s y zonas de trabajo, el incumplir medidas de autoprotec­ción, superar el aforo permitido y la ausencia de permisos.

¿Algunas faltas llamativas? El uso de un helicópter­o para ir a comprar mariscos a la costa habiendo restricció­n de desplazami­ento o el uso de un restaurant­e como fachada para hacer eventos clandestin­os.

“Se tuvieron que incluir funciones nuevas, que jamás habían estado en este rol”, dice la seremi de Salud, Paula Labra, quien advierte que ahora, con los casos en alza, volverán a expandirse para reforzar los controles e intentar contener el rebrote en curso.

“Tenemos que evitar que esta ola tenga un peak muy alto”, dice la autoridad, quien destaca que una ventaja para este período es que gran parte de los mecanismos están probados. “El año pasado este nivel de contagios era caos, porque todo era nuevo y no sabíamos cómo abordarlo. Ahora tenemos la situación más contenida: la maquinaria está engrasada y funcionand­o. Pero todavía cuesta. Hay gente que tiene una baja percepción del riesgo, creen que no les va a pasar nada y otros que aún no creen que esta pandemia sea real y eso es complejo. Por eso la fiscalizac­ión es dura, porque el esfuerzo de muchos se va a la basura por unos pocos que no cumplen”, dice Labra. ●

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