“La experiencia cinematográfica no corre riesgo con el streaming”
La cineasta chilena dirige dos capítulos de la serie Lupin, el primer fenómeno del año para Netflix. Aquí, habla de saltar del cine de autor a la televisión y de la crisis de las salas en la pandemia.
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El arranque de 2020 y 2021 saludó a Marcela Said con el estreno de sus dos primeras series, Narcos: México y Lupin, ambas para Netflix. Y entre el lanzamiento de las dos producciones, la pandemia, que ha dado un golpe directo al mentón a las salas de cine, donde habitaron siempre sus trabajos. Desde sus documentales I love Pinochet (2001) y
El mocito (2010) hasta su más reciente película, Los Perros (2017).
“Francia tiene la mayor oferta de cine del mundo, yo puedo ver lo que quiera. Hasta que llegó el Covid”, dice Said desde la noche de París, donde reside desde hace años. “El streaming a veces para el mundo del cine es como un diablo, pero para muchos es algo súper importante porque está permitiendo que nos llegue contenido de todas partes del mundo”, apunta.
Lupin está hablada en francés, es cocreada por un británico (George Kay), protagonizada por una estrella del cine local como Omar Sy y dirigida por un parisino con carrera en Hollywood (Louis Leterrier) y por la cineasta de El verano de los peces voladores, chileno-francesa que nunca había podido rodar en ese país, pese a estrenar películas en Cannes y ganarse un nombre en el circuito de autor con títulos como Los Perros.
Fue esta última la cinta que derivó en que el showrunner Eric Newman la contactara para realizar dos capítulos del segundo ciclo de
Narcos: México y que posteriormente (porque la compañía Gaumont produce ambas) apareciera la opción de hacer Lupin, la historia de un hombre que busca vengar a su padre cometiendo delitos de guante blanco. La serie que ha marcado el primer fenómeno del año para Netflix y le ha dado a Said la mayor vitrina de su carrera.
¿Cómo cree que Lupin, que incluso ha sido comparada con La casa de papel, se conecta con sus intereses y reflexiones?
Me gustó mucho el capítulo cuatro, porque esta periodista de izquierda habla de una mujer que dice, ‘a esta edad, a mí ni me miran y por eso soy invisible’. El concepto de ser invisible igual que Lupin, ‘soy un afroamericano que hago el aseo, entonces a mí ni me miran, por eso puedo hacer lo que quiero’. Lo otro que me gusta de la serie es el talento. George Kay es alguien brillante, que toma sus temas de la literatura y adapta eso a la Francia contemporánea. París filmada por los franceses no es lo mismo que París filmada por los americanos. Me gustaba poder elegir mis locaciones. Todavía tiene esa pasta real que tienen a lo mejor mis documentales. Cuando yo hago mis cosas las impregno de dónde yo vengo, de los diálogos, de hablar con los actores, vestirlos como yo los veo. Cuando tienes la libertad para hacer eso, siento que no estoy traicionando de dónde vengo.
Cuando estaba promocionando Los perros hablaba de un cambio en su carrera. ¿Cree que este giro se agudiza con su salto a las series?
Yo creo que siempre soy la misma, los temas que me interesan son siempre los mismos. Eso no es problema. Sería ideal poder hacer ambas cosas. Creo que las series me aportan un montón de experiencia nueva, hay cosas que aprendo y puedo utilizar en mi propio trabajo. Haneke, uno de mis directores favoritos, hizo mucha, mucha televisión antes de hacer cine, y la televisión le dio mucha libertad. Mis dos experiencias han sido con mucha libertad. Si es así, yo no tengo ningún problema en combinar ambas cosas. Hay gente que sueña con Hollywood, yo no sueño con Hollywood. Yo siempre lo digo muy abiertamente cuando me preguntan, ‘Marcela, ¿te gustaría ganar un Oscar?’. No, la verdad es que mi sueño secreto es ganar la Palma de Oro en Cannes, el cine de autor. Pero ojo, que hay mucha gente que hoy en día está trabajando también en streaming que viene del mismo mundo y que también le gusta eso.
¿Tiene algún grado de preocupación respecto al debilitamiento de las salas y el fortalecimiento de las plataformas de streaming?
No. Creo que es como haber tenido miedo de que el libro desaparezca porque llegó el libro digital. Yo leo en el digital y sigo comprándome libros. Tú cuando sales, uno va al cine, es otra la experiencia. Creo que la experiencia cinematográfica no corre riesgo con el streaming. Al contrario, está probado yo creo que hay películas que incluso se dieron en Netflix y luego se proyectaron en salas y la gente fue a verlas, como
Historia de un matrimonio o Roma. No estoy preocupada. Al contrario, creo que puede ser algo que se potencie. Y Netflix puede también ayudarnos para eso.