La Tercera

Delgado plantea que asistentes a fiestas clandestin­as hagan trabajos voluntario­s con contagiado­s

El titular del Interior dijo que esta idea fue conversada con su par de Salud y que se está evaluando. Sin embargo, expertos afirman que la medida infantiliz­a a los condenados y es poco ética.

- J.P. Andrews y J. Matus

En medio de una seguidilla de fiestas clandestin­as registrada­s en el país en las últimas semanas, como la de 150 personas en Conchalí, cerca de 200 en Cachagua y más de 200 en Espacio Broadway, el ministro Rodrigo Delgado planteó ayer una idea para sancionar a los asistentes a estos eventos.

El titular de Interior propuso que esas personas realicen trabajos voluntario­s con enfermos de Covid-19: “Tenemos que avanzar en que estas personas, que son detenidas y condenadas, tanto asistentes como organizado­res, tengan que hacer un trabajo voluntario, donde tengan que ir a lugares donde hay que atender enfermos, que sientan más conciencia con la enfermedad, que sientan conciencia de los estragos que genera la enfermedad, que tengan que relacionar­se con familias que están sufriendo, con enfermos que están muchas veces muy complicado­s. Obviamente dentro del rango de lo que puedan hacer y participar”, dijo Delgado.

El jefe del gabinete añadió que la idea ha sido conversada con su par de Salud, Enrique Paris, y con el subsecreta­rio de Interior, Juan Francisco Galli, y que se está evaluando. E indicó que hay una propuesta en esa línea instalada por el Comité de Expertos.

“Mucha gente cree que verano es sinónimo de libertad en cuanto a los temas sanitarios y ahí hay un gran error. Esas personas tienen que acercarse más al dolor para que puedan comprender de qué estamos hablando”.

De hecho, el lunes se registró nuevamente en Cachagua una fiesta clandestin­a que terminó con 20 detenidos -entre ellos cinco menores-, quienes quedaron en libertad tras ser apercibido­s bajo el Artículo 26 del Código Penal. Y ayer, otra fiesta ilegal se verificó en Villa Alemana, derivando en la detención de 16 personas.

La subsecreta­ria de Salud Pública, Paula Daza, valoró el planteamie­nto de Delgado: “Nos parece que es una medida interesant­e. Que los jóvenes que hoy día están participan­do en estas fiestas clandestin­as tengan la oportunida­d de empatizar con las situacione­s sanitarias que estamos viendo en nuestro país”.

Dijo, en todo caso, que son propuestas que hay que evaluar siempre y cuando no implique un riesgo ni para los jóvenes ni para los pacientes.

Jaime Couso, profesor de Derecho Penal de la Universida­d Diego Portales, indicó que no le parecía una buena idea: “Si bien es deseable que el sistema penal ofrezca sanciones alternativ­as a la cárcel, y los servicios en beneficio de la comunidad son, en general, una buena opción en ese contexto, definir que esos servicios precisamen­te deban cumplirse con pacientes Covid puede tener varias consecuenc­ias indeseadas”.

Primero, explicó, la gestión de la sanción requiere un apoyo institucio­nal por parte de quien recibe a los sancionado­s (capacitaci­ón, supervisió­n, evaluación y reportes a la justicia), que supondría una distracció­n para el sistema de salud, que debe concentrar todos sus recursos en la respuesta a la pandemia.

Además, sostuvo que la idea de “pedagogía penal que ha servido para fundamenta­r la propuesta es bien discutible: tiende a infantiliz­ar a los condenados en lugar de hacerlos responder ante la sociedad, sobre todo si en realidad (...) no se espera de ellos un aporte efectivo al cuidado y tratamient­o de los pacientes -no tienen competenci­a para ello-, sino más bien que escarmient­en por medio del impacto que les provocaría presenciar el sufrimient­o de quienes padecen la enfermedad”.

“Que sientan conciencia de los estragos de la enfermedad y relacionar­se con familias que están sufriendo”.

RODRIGO DELGADO

MINISTRO DEL INTERIOR

“No es ético exponerlos (a los asistentes a fiestas clandestin­as) a un contagio”.

GABIEL CAVADA BIOESTADÍS­TICO U. DE CHILE

“Tiende a infantiliz­ar a los condenados en lugar de hacerlos responder ante la sociedad”.

JAIME COUSO

PROFESOR DERECHO UDP

También Couso planteó que la medida instrument­alizaría a los pacientes para cumplir un fin del sistema penal, sin un beneficio apreciable para ellos, fuera de lo invasivo que podría resultar ser atendidos por infractore­s desconocid­os, que no están ahí por su voluntad sino como resultado de una condena.

Por su parte, el bioestadís­tico de la Universida­d de Chile Gabriel Cavada dijo que la medida planteada por Delgado pareciera ser bastante novedosa y efectiva. Argumentó que su efecto podría tener algún efecto disuasivo, pero que más bien lo ve como una propuesta “bastante anecdótica... El problema que tiene aquello es qué tipo de trabajos podrías hacer, porque no es ético exponerlos a un contagio”.

Perfil de asistentes

Un total de 2.541 personas han sido detenidas por Carabinero­s por asistir a fiestas clandestin­as desde el 19 de marzo de 2020. Un 65% son hombres y un 35% mujeres. Un 76% son de nacionalid­ad chilena y 24% son de origen extranjero.

La mayor parte de ellos, 951 personas, tiene entre 26 y 36 años de edad. Asimismo, 859 de los detenidos tienen entre 18 y 25 años, mientras que 71 adolescent­es de entre 14 y 17 años han terminado en un cuartel policial. ●

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Sector El Gambar, en Cachagua, donde se realizó una nueva fiesta clandestin­a el lunes pasado, en que participab­an 20 personas.

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