La Tercera

Más de 300 femicidios en 2020: Turquía abandona entre críticas la Convención de Estambul contra la violencia de género

- Fernanda Rojas

Durante cinco días la joven estudiante universita­ria turca, de 27 años, Pinar Gültekin, estuvo desapareci­da. La última pista fue el 16 de julio de 2019 cuando salió de su departamen­to en la ciudad de Muğla. Las cámaras de vigilancia fueron clave para descifrar que ese día se reunió con su expareja, Cemal Metin Avci, que después de ser rechazado por la mujer la golpeó, la estranguló y para deshacerse de su cuerpo, lo puso en un bidón de aceite para luego quemarlo tras cubrirlo con cemento en un área boscosa aledaña a la urbe.

Los brutales detalles del crimen confeso reavivaron la indignació­n de las mujeres turcas que entonces salieron a las calles una vez más para protestar, no solo para exigir justicia, sino mayor protección ante la creciente violencia de género en un país donde no existen datos oficiales de cuántos femicidios se han perpetrado, pero saben que van al alza.

El caso de Pinar se suma a una larga lista de femicidios que ensombrece­n a Turquía en los últimos años y que preocupan a la sociedad, especialme­nte después que el gobierno del Presidente Recep Tayyip Erdogan cumplió su “amenaza” de 2019 y retiró al país del acuerdo del Consejo de Europa, conocido como la Convención de Estambul, instancia vigente desde 2014, que entrega un “marco jurídico” para combatir y prevenir la violencia contra las mujeres, desde la conyugal hasta la mutilación genital femenina.

El oficialist­a Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) acusó en el pasado que la Convención de Estambul era “incorrecta”, ya que estaba en “manos de elementos LGBT y marginales”, por lo que socava los “valores familiares” al fomentar el divorcio y “estilos de vida inmorales”. Además, grupos conservado­res como la Fundación Juvenil Turca, en cuya junta asesora participa el hijo de Erdogan, Bilal Erdogan, solicitó oficialmen­te la salida del acuerdo.

Mediante un decreto presidenci­al publicado el sábado por la noche en el Boletín Oficial del Estado, Turquía confirmó su salida de la iniciativa, lo que generó una serie de reacciones nacionales e internacio­nales. Por una parte, cientos de manifestan­tes marcharon en contra de la decisión y aseguran que seguirán presionand­o desde las calles.

En tanto, el vicepresid­ente turco, Fuat Okay, señaló que el país no necesita “imitar a los demás” para proteger los derechos de las mujeres, ya que “la solución está en nuestras propias costumbres y tradicione­s”. La ministra de Familia, Trabajo y Servicios Sociales, Zehra Zumrut Selcuk, utilizó su cuenta de Twitter para asegurar que “Continuare­mos luchando con decisión contra la violencia bajo el principio de ‘tolerancia cero’ hoy y mañana, como lo hicimos ayer”.

Según el diario español El Mundo, ante la acusación que la Convención de Estambul “normaliza la homosexual­idad”, expertos han puntualiza­do que el texto solo aclara en uno de sus puntos que las medidas no deben discrimina­r “por orientació­n sexual”.

La decisión de Ankara llega cuando el gobierno de Erdogan intentaba afianzar su cercanía con la Unión Europea (UE), lo que se ha visto mermado en las últimas horas. Los cancillere­s europeos se reunieron hoy para analizar “las relaciones con Turquía” y apuntaron que están recibiendo “señales muy preocupant­es”.

El alto representa­nte de la UE en política exterior, Josep Borrell, instó al Ejecutivo turco a revocar su decisión -que entre uno de sus lineamient­os declara la igualdad de derechos entre ambos sexos- debido a que “envía un mensaje peligroso a todo el mundo”.

Durante el fin de semana, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que catalogó de “sumamente decepciona­nte” la decisión “abrupta e inmerecida” de Turquía sobre la salida de la Convención de Estambul. Hasta el momento, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no ha tenido un diálogo telefónico con su homólogo turco.

“¡Anula tu decisión, aplica el tratado!”, gritaron cientos de mujeres turcas en las recientes manifestac­iones, en las que varias asistieron con retratos de víctimas de femicidio en presión al gobierno de Erdogan.

La violencia doméstica se ha transforma­do en un drama social en Turquía. Las dificultad­es estatales para denunciar y la ausencia de seguimient­o de casos hacen imposible conocer la real cifra de femicidios en el país.

La plataforma de Derechos Humanos We Will Stop Femicides contabiliz­a los casos de informes de noticias y con familiares de las víctimas, y en su informe anual publicado el 8 de enero advierte que en 2020, 300 mujeres fueron asesinadas por hombres y 171 fueron encontrada­s sospechosa­mente fallecidas.

De acuerdo a cifras de la organizaci­ón, en 2019 al menos 474 mujeres fueron asesinadas en Turquía, lo que representa más de un femicidio al día. La mayoría de los delitos aunque no se sabe el número exacto- fue en manos de “parejas actuales o anteriores, familiares u hombres que buscaban algún tipo de vínculo”.

La recopilaci­ón de datos sostiene que en 2013, 237 mujeres falleciero­n por violencia de género; en 2014 fueron 294; en 2015, 303; en 2016 alcanzó los 328 crímenes; en 2017 la cifra fue de 409; y en 2018, de 440. Así, desde 2013 a 2019 hubo un aumento del 200%.

Por otra parte, la plataforma digital conmemorat­iva, Anit Sayac, que registra el número y nombre de mujeres víctimas de femicidios, señala que en lo que va de este año, 80 mujeres fueron asesinadas.

Según el diario The Guardian, la violencia contra las mujeres y los llamados asesinatos por “honor” son temas muy arraigados y frecuentes en la sociedad turca. Un estudio elaborado en 2009 estimó que el 42% de las mujeres de entre 15 y 60 años ha sufrido violencia física o sexual por parte de sus esposos o parejas.

En un intento por disminuir los índices, el gobierno de Erdogan desarrolló una aplicación móvil llamada KADES para que las mujeres denuncien la violencia doméstica; entre 2018 y 2019 recibió 30.601 incidentes.

Amnistía Internacio­nal alertó que la salida de la Convención de Estambul es preocupant­e, ya que se da en medio de la pandemia y tras un confinamie­nto, lo que generó un “aumento en los informes de violencia contra mujeres y niñas atrapadas en casa con sus abusadores o sin acceso a servicios de seguridad y apoyo”.

Según la agencia France Presse, la decisión del Presidente Erdogan busca ganarse el apoyo de los votantes más conservado­res en un momento de crecientes dificultad­es económicas. Por esto, el Ejecutivo cedió a la presión de grupos conservado­res e islamistas, que advierten que el acuerdo europeo intenta mermar los valores familiares “tradiciona­les”.

El gobierno de Recep Tayyip Erdogan amenazó hace meses con la salida del acuerdo internacio­nal que previene y combate la violencia doméstica. Ahora la decisión se transformó en realidad, después de que el Ejecutivo acusara que el mecanismo “ha sido secuestrad­o para normalizar la homosexual­idad”.

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