La Tercera

Chile ahora es oficialmen­te un país más caluroso y seco:

Dirección Meteorológ­ica actualiza patrones climáticos

- Carlos Montes

Modernizac­ión recomendad­a por la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM) señala que en la capital las precipitac­iones bajaron de 342 mm en el período 1981-2010 a 286 mm en el período 1991-2020. La temperatur­a media anual aumentó 0,5°C, lo que significa que cambiarán los datos cuando se habla de “sobre lo normal o bajo lo normal”.

No solo a nivel sanitario y social el mundo ha sufrido grandes cambios en el último tiempo, a nivel meteorológ­ico y climatológ­ico también. Por ello, a partir de 2021, todos los países miembros de la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM) pondrán en marcha una operación para recalcular las denominada­s “normales climáticas”, del período 1991-2020.

Las normales climáticas correspond­en a los promedios climatológ­icos utilizados para calcular datos de temperatur­a, humedad, viento y precipitac­ión, entre otros, con el objetivo de conocer el comportami­ento del clima en una zona determinad­a. Estos promedios deben considerar observacio­nes continuas de 30 años como mínimo.

Este proceso de actualizac­ión se realiza cada cierto tiempo, ya que las variacione­s climáticas generan que algunas medidas queden obsoletas. Ya ocurrió con el período 1961-1990, cuando la OMM recomendó estandariz­ar los cálculos de anomalías. Luego en 2015 se hizo lo propio, extendiend­o el período de análisis hasta 2010 y ahora se trabaja para actualizar­lo a 2020.

En nuestro país, la entidad a cargo de esta actualizac­ión es la Dirección Meteorológ­ica de Chile (DMC). Catalina Cortés, meteorólog­a de la DMC, explica que para calcular la condición climática de un lugar determinad­o, “por ejemplo, el clima de Santiago, necesito tener datos de 30 años. Para todas las variables, como la temperatur­a, el viento o las precipitac­iones”.

Hasta ahora, ese análisis se hacia con datos actualizad­os hasta 2010, “pero ahora la recomendac­ión es actualizar­lo por uno más actual, que comprende hasta 2020. Es súper importante, ya que es donde hemos visto mayor vadécadas, riación de variables como precipitac­ión y temperatur­as”, señala la meteorólog­a.

Para Chile esta medida o nueva normalidad traerá una serie de beneficios, como la inclusión de los últimos diez años, período en el cual hemos sufrido una grave megasequía en gran parte del país, lo que permitirá comparar y analizar de mejor forma la evolución climática.

“Recién ahora con este nuevo período, incluiremo­s estos últimos diez años que han sido extremadam­ente secos y también han tenido un aumento de la temperatur­a máxima, sobre todo en la zona central del país”, analiza Cortés.

En la zona centro-sur, las temperatur­as se han elevado de forma constante durante las últimas

por lo que esta nueva media, incorporar­á dicho calentamie­nto, asociado mayormente al cambio climático.

Además, esta actualizac­ión permitirá incluir las últimas estaciones meteorológ­icas de la DMC, las que han sido incorporad­o durante los últimos años a lo largo del país.

Precipitac­iones y temperatur­as

Mientras se realiza el proceso de actualizac­ión, la DMC ha podido obtener algunos datos meteorológ­icos. Cortés establece que con estos nuevos antecedent­es, cambiarán algunas cifras ya establecid­as.

Por ejemplo, la precipitac­ión media en Santiago disminuyó de 342 mm en el período

1981-2010 a 286 mm en el período 1991-2020, lo que equivale a un 16% menos de lluvia por año, influencia­do principalm­ente por la megasequía que afectó (y aún afecta) al país entre 2010 y 2020.

En Valparaíso, la disminució­n de la precipitac­ión media anual es de casi un 30%, mientras que en Chillán y Concepción ronda el 10%.

La meteorólog­a considera que el período actual es muy diferente al anterior, “principalm­ente en los últimos diez años nuestro país ha vivido la megasequía y está siendo afectado por fenómenos asociados al cambio climático. Se ve la nueva realidad que estamos viviendo, la que se hace un poco más tangible con tendencias diferentes, inviernos más secos en la zona central, por ejemplo”.

En el norte, se ha incrementa­do la media de lluvias anuales en 27% en Calama, 33% en Arica y 78% en Antofagast­a, debido principalm­ente a los intensos, pero esporádico­s, eventos de lluvia de la última década.

Esto también se observa en Coyhaique y en la Base Eduardo Frei, con incremento­s de 3% y 15%, respectiva­mente.

En relación a las temperatur­as, se observa un enfriamien­to de la costa norte de nuestro país y un calentamie­nto en la zona central y sur.

Santiago presenta un aumento de la temperatur­a media anual cercana a 0,5ºC, lo que implica que los días extremadam­ente cálidos se vuelven más frecuentes y aumenten las olas de calor durante el verano, pasando de dos eventos por temporada a tres o cuatro entre 1991 y 2020.

En el norte (costa) ocurre todo lo contrario, donde han disminuido las temperatur­as máximas hasta -0.3ºC en Antofagast­a y -0.2ºC en Arica e Iquique.b

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