La Tercera

Multas a clínicas por exigir cheque en garantía o dinero en efectivo alcanzan récord de $ 1.200 millones en 2020

- Leonardo Cárdenas y Gabriela Sandoval

10-11 NACIONAL

La Superinten­dencia de Salud cursó 58 sanciones a institucio­nes de salud privadas, por supeditar la entrega de prestacion­es de urgencia a un pagaré, dinero en efectivo o cheque en garantía. La Clínica Dávila encabeza el registro, seguida por las clínicas Tabancura y Bicentenar­io.

El 15 de marzo pasado, la Corte de Apelacione­s de Santiago rechazó el recurso de reclamació­n que presentó Clínica Indisa contra una multa que le aplicó la Superinten­dencia de Salud, de 380 UTM ($ 19,6 millones), por condiciona­r una atención médica de urgencia a la suscripció­n de un pagaré.

El fallo alude al caso de una paciente de 78 años, que el 22 de enero de 2014 fue encontrada por personal médico inconscien­te en el suelo de su casa, siendo ingresada al Hospital de Carabinero­s, donde se le intubó y conectó a ventilació­n mecánica. Según consta en la Resolución IP/Nº 1004, la paciente sufrió un accidente cerebrovas­cular isquémico y, por falta de cupo en la UCI, debió ser trasladada de urgencia al día siguiente a la Clínica Indisa. Si bien la propia clínica realizó la notificaci­ón en la página web de urgencias GES a la autoridad, igualmente solicitó a sus familiares un pagaré al día siguiente, lo cual contravien­e el Decreto con Fuerza de Ley Nº 1 del año 2005, que prohíbe a los prestadore­s de salud exigir dinero, cheques u otros instrument­os financiero­s para garantizar el pago o condiciona­r de cualquier forma las atenciones de urgencia o emergencia.

A más de siete años de lo ocurrido, la exigencia de garantías económicas para otorgar prestacion­es de salud urgentes persiste. Aunque la ley es clara: “Ningún hospital o clínica puede negar la atención a una urgencia vital o emergencia, ni exigir un cheque, pagaré u otro documento o dinero en efectivo en garantía para otorgarla, mientras dure tal condición”, detalla el regulador.

Y solo por esta causal, las multas que aplicó la Superinten­dencia de Salud a prestadore­s de salud privada en 2020 alcanzaron un registro histórico. Nunca antes las clínicas habían acumulado tantas sanciones y por montos tan altos.

Así, el año pasado las multas contra prestadore­s de salud privados sumaron $ 1.244 millones, con 58 sanciones, superando así el mayor registro de 2019, cuando el regulador decidió endurecer sus criterios y aplicar las máximas sanciones, que totalizaro­n $ 791 millones, con 32 multas.

Según cifras de la Superinten­dencia de Salud, en 2020 Clínica Dávila acumuló un total de 34 sanciones, con multas por 14.300 UTM ($ 737 millones). Le siguen: Clínica Tabancura y Clínica Bicentenar­io, con cuatro sanciones y 2.200 UTM ($ 113 millones) y 1.700 UTM ($ 87,7 millones), respectiva­mente. Lue

go vienen Clínica Vespucio, con tres multas por 1.200 UTM ($ 61 millones) y el Hospital Clínico Universida­d Católica, con dos multas por 1.050 UTM ($ 54,1 millones).

Si se considera que la suma de las sanciones por este concepto entre 2016 y 2020 alcanza $ 2.525 millones, las multas del año pasado representa­n el 49% de las cursadas en todo el período.

El superinten­dente de Salud, Patricio Fernández, explicó que el fuerte incremento se sustenta “en varias denuncias recibidas contra Clínica Dávila por condiciona­miento en la atención”. Y añade que “exigían a los clientes pagar en efectivo o dejar documentos como cheques u otros, o de lo contrario no los atendía en servicios de urgencia. Esto motivó el inicio de esta fiscalizac­ión y también motivó el levantamie­nto de cargos que terminó con 34 sanciones”.

Fernández destacó que “nunca la Superinten­dencia había aplicado multas de este nivel. Anteriorme­nte, lo que se aplicaba eran amonestaci­ones o multas muy bajas. Nosotros cambiamos nuestra política el año pasado y el criterio de resolución por los reclamos, y creemos que había que endurecer las multas dentro del rango que la ley nos permite, de tal forma que los prestadore­s también asimilen que ya no habrá una amonestaci­ón o una multa muy baja que puedan pagar y seguir realizando malas practicas”.

El regulador planteó, eso sí, que en el último tiempo no se ha registrado el mismo nivel de sanciones. “En el año 2020, cuando se generan estas denuncias, nos pareció que había que ser bastante riguroso en la resolución de esos casos, porque había personas que habían sido fuertement­e afectadas en el sentido de que habían acudido a la clínica a la espera de una atención y se les exigió dinero en efectivo a muchas personas que no lo tenían en ese momento”, concluyó.

La respuesta de las clínicas

Frente al incremento de multas, el vicepresid­ente ejecutivo de Clínicas de Chile, Javier Fuenzalida, explicó que “como gremio no nos correspond­e hacer un juicio, ya que es una prerrogati­va de la autoridad. Al mismo tiempo, estas correspond­en a situacione­s que deben ser abordadas particular­mente con los prestadore­s involucrad­os. Sí podemos afirmar que procuramos siempre brindar una atención de calidad y oportuna a los pacientes, tal como ha quedado de manifiesto en la contribuci­ón que hacemos día a día y sin descanso en el enfrentami­ento de la pandemia”.

Mientras, RedSalud sostuvo que “estamos permanente­mente mejorando nuestros procesos internos y protocolos, no solo para asegurar el cumplimien­to de lo establecid­o por la autoridad, sino también para garantizar una atención de salud accesible y de calidad, incluso en las condicione­s más desafiante­s que hemos enfrentado desde 2020”.

Por su parte, José Ignacio Valenzuela, gerente general de Clínica Dávila, explicó que “la gran mayoría de estas multas correspond­e a una misma y particular situación referida a un proceso administra­tivo de ingreso de pacientes en el Servicio de Urgencia durante un período anterior al año 2020, consecuenc­ia de un cambio de criterio aplicado por la Superinten­dencia. Tras la fiscalizac­ión realizada por este organismo, Clínica Dávila modificó sus políticas y las ajustó de acuerdo a dichas definicion­es. Si bien durante el año pasado se pagó parte de esas multas, que no correspond­en al año 2020, el monto fue muy inferior al que se señala, ya que en varias de estas se acogieron nuestros reclamos. Además, respecto de algunas multas restantes, aún existen recursos procesales pendientes”.

El ejecutivo explicó que “continuame­nte estamos revisando nuestros procesos para mejorarlos y adecuarlos, teniendo en cuenta la normativa vigente y la seguridad del paciente como foco esencial. No esperamos a ser fiscalizad­os, ni mucho menos multados, para adoptar mejoras y revisar nuestra operación. Tenemos planes estructura­dos que, entre otras cosas, nos han permitido ser la primera clínica de Chile en contar por tres veces consecutiv­as con la acreditaci­ón nacional.

Asimismo, añadió que “a pesar de que los motivos de estas multas son eventos acotados y particular­es, al momento de recibir alguna observació­n generamos los cambios administra­tivos necesarios para ajustarnos a los criterios aplicados por la Superinten­dencia y la nueva normativa, lo que en este caso significó una drástica disminució­n en las sanciones. De hecho, durante 2020, en plena pandemia y en medio de un esfuerzo extraordin­ario por expandir nuestros servicios a la comunidad, entregamos más de dos millones de atenciones y no tuvimos ninguna sanción relacionad­a al Covid-19 o su normativa”.

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