La Tercera

La noche de París

- Por Carlos Correa

Araíz de la decisión de alzar las barreras sanitarias y ante el kilométric­o taco que buscaba abandonar Santiago el pasado Jueves Santo, el economista Nathan Pincheira escribió el siguiente tuit: “Una oportunida­d de oro para enviar una señal potente y la desperdici­aron. El que decidió subir la barrera sanitaria ayer hizo todo lo que no había que hacer. Moral hazard en todo su esplendor”.

Para un gobierno y un Presidente que manifiesta su adhesión al libre mercado, y a las políticas públicas en base a incentivos; y que además le gusta transmitir sentido de autoridad, la apertura de barreras y la posterior reflexión de Pincheira muestra en toda su crudeza el extravío de estos días.

El recrudecim­iento de la pandemia mató el diseño para el último año, incluyendo legado. Entre las víctimas está el soñado acuerdo de pensiones con la oposición, para el que no habrá tiempo ni deseos. Ad portas de la aprobación de un tercer retiro de los fondos de la AFP, como hizo ver tempraname­nte el ministro Briones, la reforma actual empieza a perder sentido y a convertirs­e en una tarea para la administra­ción venidera.

En el mundo opositor, en especial el parlamenta­rio, se encendiero­n los viejos pedernales de ir por el Presidente. Si algo muestran las encuestas es que a las candidatur­as que eligen el rifle para disparar les va muy bien. A medida que avance el ciclo electoral, el antipiñeri­smo florecerá en todo el discurso y no es descartabl­e que comience una nueva temporada de acusacione­s constituci­onales, con pronóstico reservado. También se instaló el desapego de la propia coalición de gobierno, señalada por la declaració­n de la UDI donde criticó con rudeza las nuevas medidas. Esta nueva ola tendrá que traer una nueva cabeza y por ello han empezado las filtracion­es de Palacio de molestia con el ministro Paris para ver si los dardos van para allá.

El ministro, que partió con un estilo de diálogo más abierto, sufre de una explicable irritación. Todos los días pareciera que los únicos que tienen la solución a la grave crisis sanitaria son los expertos en Twitter. El juego de preguntas y respuestas de todos los días se ha convertido en un espectácul­o trágico a medida que aumentan los fallecimie­ntos y disminuye la edad de los pacientes graves de Covid. El golpe de muerte que le propinó la doctora Izkia Siches en el ya mítico podcast al manifestar su preferenci­a por Mañalich, dejó más complicado a la actual autoridad de Salud, sin respaldo político, y producto de burlas por parte de la opinión pública. Pagará un costo injusto por ser leal a Palacio y sus ideas.

Hay en La Moneda una ilusión que la mística del cuadro de mando integral, con indicadore­s que muestran al país entre los mejores, podría hacer recuperar la agenda. Se produce una especie de nostalgia del discurso ganador de campaña, como en la película Medianoche en París, donde la asistencia a las fiestas del pasado se convertía en una negación del doloroso presente.

En varios circula la idea que, si el discurso del exitismo permitió ganar campañas, también podrá contra enemigos poderosos y virus mutantes. Pero al igual que en el filme, la realidad es distinta y engorrosa. El Presidente ya no está rodeado de su primer gabinete, que jugaba de memoria y no tenía problemas en cuadrar a sus partidario­s y desalentar a la oposición. Ahora queda solo tomar medidas impopulare­s en espera que la inmunidad de las vacunas no llegue demasiado tarde.

“Me gusta pensar este proceso no como el cierre de algo sino como el inicio de un nuevo periodo político del país que va a estar marcado por la participac­ión paritaria de las mujeres”. Eso responde la periodista y candidata a la convención, Antonia Orellana (31), al ser consultada sobre el momento constituci­onal que vivimos.

Para la candidata, quien desde 2015 a 2020 formó parte de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, los derechos sexuales y reproducti­vos y el derecho a la vida libre de violencia de mujeres y niñas, son parte fundamenta­l de sus propuestas.

¿Cómo se puede implementa­r el “Estado cuidador” que propone?

Es básicament­e una superación de la idea de Estado de bienestar que tampoco incluía a las mujeres. Y ahora en pandemia ha quedado más que claro que la interdepen­dencia de la sociedad es un hecho. Nos necesitamo­s, convivimos, etc. La redacción para garantizar el Estado cuidador es primero definir el carácter del Estado. Actualment­e no existe una definición de Estado subsidiari­o pero sí podríamos avanzar hacia una definición taxativa del Estado cuidador.

Esta Constituci­ón será paritaria, ¿también buscaría incluir la paridad en la Carta Magna?

A la hora de definir nuestro régimen político proponemos incorporar el principio de participac­ión paritaria en el ámbito político, social y económico para terminar con la exclusión histórica de las mujeres en la democracia. Y también para incorporar así a la sociedad en los procesos de toma de decisión a nivel local, regional y nacional. Eso incluye los órganos colegiados del Estado y sin duda eso es materia de legislació­n pero también debería incluir a los servicios públicos, a las empresas públicas y, en el fondo, a todos los ámbitos de toma de decisión que tengan que ver con lo público.

Uno de los debates más comentados en los últimos días fue el que protagoniz­ó con el candidato Arturo Zúñiga sobre el aborto. ¿Cuál es su visión sobre el derecho a la vida, el aborto y la relación con los derechos sexuales y reproducti­vos?

En términos de la Constituci­ón lo que nosotros proponemos es reconocer y garantizar los derechos sexuales y reproducti­vos de las personas en el marco de los estándares internacio­nales de Derechos Humanos. Es algo que ha sido demandado por

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