La Tercera

“La Constituci­ón debe limitar el poder político, evitar todos los extremos derivados de la concentrac­ión de poder”

La columnista y licenciada en Filosofía plantea que el principal objetivo de una Constituci­ón debe ser poner límites al poder político, por lo que una de sus propuestas es incorporar una acusación constituci­onal ciudadana.

- Por Ximena Soto

Su nominación como candidata en el distrito 10 por el Partido Republican­o causó duras críticas por parte de sus pares de Renovación Nacional, que le enrostraba­n varias de sus polémicas declaracio­nes. Pero la columnista y licenciada en Filosofía Teresa Marinovic está empeñada en conseguir un cupo en la convención constituye­nte para poder incorporar herramient­as como la acusación constituci­onal ciudadana y dejar establecid­os los derechos sociales como “derechos de las personas, no de los políticos”.

¿Qué la motivó a ser candidata?

Me motivó saber que había mucha gente que no lo hacía por convenienc­ia personal, porque era un cargo corto, que tenía un sueldo relativame­nte malo en comparació­n con otros cargos públicos. Cuando oí ese tipo de razonamien­tos, pensé que yo tenía la libertad e independen­cia para poder hacer esto sin ese tipo de considerac­iones, porque no tengo interés en hacer una carrera política, y no dependo económicam­ente de esta actividad.

¿Cómo ha sido esta experienci­a como candidata?

Infinitame­nte mejor de lo que pensé. Pensé que iba a ser más difícil para mí estar en la calle pidiendo el voto o repartiend­o volantes y la verdad es que lo he pasado bien haciéndolo.

¿Tenía temor de ser ofendida o que le dijeran pesadeces?

No, pensé que iba a ser muy incómodo pedir el voto. Yo siempre que hablo o hago una columna, lo hago con total independen­cia, no le pido nada a quien me oye, entonces, pensé iba a hacer perder un poco de libertad. Pero me ha resultado mucho más natural de lo que pensé. Hay otros aspectos que me han resultado más difíciles, por ejemplo, Facebook me ha bloqueado tres veces la cuenta y no sabemos por qué.

¿Usted cree que la han hackeado?

No me gustan las teorías conspirati­vas, pero la persona que me está ayudando, que es muy experta en esta materia, dice que nunca había visto algo así. Y lo otro que ha sido duro e impactante fue la reacción de mis compañeros de lista cuando se supo de mi candidatur­a. También ver a Claudio Orrego, que lo tienes por una persona más o menos ponderada y razonable, que diga que tú eres la extremista por definición, resulta chocante, sobre todo cuando su partido ha hecho pactos con el PC y si hablamos de extremismo­s, el PC es el extremismo encarnado.

¿Qué considera que se debe mantener de la Constituci­ón actual y qué se debería quitar?

Creo que el acuerdo fundamenta­l que tenemos que tomar tiene que ver con qué es una Constituci­ón. Para mí, la Constituci­ón debe limitar el poder político, evitar todos los extremos derivados de la concentrac­ión de poder. Tú puedes tener un gobierno más de derecha, otro más de izquierda y la Constituci­ón les debe permitir funcionar, aplicar sus propias políticas públicas e implementa­r su programa de gobierno. Pero, por otra parte, tiene que ser muy clara en los límites a ese poder político, porque cuando se concentra es tremendame­nte peligroso, es cosa de ver lo que ha pasado en Venezuela.

En ese sentido, ¿cree que debe mantener el presidenci­alismo o debiera avanzar hacia otro modelo?

Me parece bueno el sistema presidenci­al, pero en términos fácticos está siendo parlamenta­rismo y del peor. A mí me gusta el sistema presidenci­al, pero -me estoy poniendo un poco democratac­ristiana- también entiendo que ha ido cambiando el perfil del votante, las redes sociales han cambiado la forma en que las personas se relacionan con las autoridade­s y creo que tienen que haber algunos mecanismos de participac­ión directa de las personas.

Sobre eso, usted plantea que la nueva Constituci­ón contemple una acusación constituci­onal ciudadana…

Yo creo que el ciudadano tiene que tener algún tipo de herramient­a de control del poder político que no sea simplement­e el voto. Porque cuando un político deja la tendalada y lo hace con cierto grado de responsabi­lidad, porque fue advertido por los organismos técnicos correspond­ientes, como pasó con el Transantia­go, la castigas con el voto, pero eso es insuficien­te. Tiene que haber una forma en que el ciudadano pueda responsabi­lizar a sus autoridade­s, obviamente en materias determinad­as, no todo, porque sino empezamos de nuevo con el circo que hemos visto en el último tiempo; con quórum importante, no simplement­e dos personas que se juntaron, y con un organismo que defina que sea serio también, que no se preste para un show.

¿No el Congreso?

Un Tribunal Constituci­onal, por ejemplo.

Respecto del debate en torno a los derechos sociales, ¿cuál es su visión?

Los derechos sociales tienen que ser garantizad­os, pero como derechos de las personas, no de los políticos. O sea, derecho a la salud, sí, pero que la persona reciba la ayuda del Estado como ella quiera recibirla, no como el político o el gobierno turno decida que esa persona tiene que recibir la ayuda.

¿No debe estar consignado en la Constituci­ón que el Estado está obligado a proporcion­ar educación y salud gratuita a quienes no pueden pagar, por ejemplo?

Hay que respetar al máximo la libertad de las personas y, por lo tanto, no me opongo a la idea de que el Estado provea algún tipo de servicio y que las personas que quieran lo adopten. No estoy de acuerdo con esas visiones ideologiza­das en que por definición todo lo público tiene que desparecer o todo lo privado tiene que desaparece­r. Eso es de fanáticos y yo no soy fanática.

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