“PROFESORES EN FUGA”
SEÑOR DIRECTOR
En el artículo publicado el sábado titulado como esta carta, se revelan las difíciles condiciones en que se deben desempeñar las y los docentes en Chile, y cómo esto provoca altas tasas de deserción. El estrés crónico y agotamiento entre docentes no es un producto de la pandemia, sino que se arrastra desde hace mucho tiempo.
Este uno de los nudos críticos más importantes para mejorar la calidad de la educación.
Muchas veces se dice que la educación es mala porque los profesores son “malos”. Sin embargo, es muy injusto pedir desempeños de excelencia en las condiciones de trabajo que tiene un gran porcentaje de nuestros profesores. Falta de autonomía, presión por los resultados de pruebas estandarizadas, poco trabajo en equipo, poco apoyo y capacitación para todas las “reformas, políticas y planes” que les piden implementar cada año, extensos currículos con infinitos objetivos y una alta carga burocrática.
La evidencia en aprendizaje socioemocional (ASE) indica que cualquier intervención para las y los estudiantes va a ser poco efectiva si antes no se trabaja con los adultos de la comunidad escolar. Es difícil tomar la decisión de no priorizar las acciones de contención emocional para las y los estudiantes, y destinar más recursos para crear comunidades de cuidado entre adultos. Sin embargo, al hacerlo, se estará cuidando de la mejor manera posible niños, niñas y adolescentes, asegurando que los adultos con los que se vinculan en la escuela van a poder realmente ofrecerles los ambientes de aprendizaje motivantes y emocionalmente seguros que necesitan. Alejandra Ibieta
Fundación ama+