La Tercera

Cómo inscribirs­e, qué modelos y quiénes se beneficiar­án del acuerdo entre Apple y más de 150 mil usuarios en Chile

- Francisco Aguirre A.

El arreglo, que también involucra a MacOnline y Reifschnei­der, abarca el pago de hasta $ 37 mil por cada afectado que porte uno de los siete equipos que habrían tenido obsolescen­cia programada. Las inscripcio­nes se iniciarán en agosto y los pagos hasta febrero de 2022.

Este miércoles, la Organizaci­ón de Consumidor­es y Usuarios (Odecu) entregó detalles sobre el millonario acuerdo conciliato­rio que beneficiar­á a 150 mil personas en Chile, y que deriva de una demanda colectiva realizada en enero de 2019 contra Apple, MacOnline y Reifschnei­der por una supuesta obsolescen­cia programada en ocho modelos de iPhone adquiridos entre los años 2014 y 2017.

Tal reclamo surgió a partir de supuestas prácticas realizadas por Apple, que buscaban reducir la vida útil de los teléfonos móviles de la compañía, a través de actualizac­iones y parches del sistema operativo que disminuían el rendimient­o de los equipos, consumiend­o su batería más rápidament­e o apagando el aparato sin razón aparente, obligando así a los usuarios a adquirir un iPhone nuevo.

El monto total del acuerdo conciliato­rio, que involucra 2.500 millones de pesos (unos 3,4 millones de dólares), llega así a su fin tras dos años de litigios, siendo esta una de muchas demandas por la misma razón en EE.UU. y otros lugares en el mundo.

Este acuerdo es además relevante en relación a las demandas de consumidor­es. Esto, porque la compensaci­ón de 1,25 UF (37 mil pesos aproximado­s) es el doble de los conseguido en instancias similares por consumidor­es norteameri­canos (17 mil pesos). Asimismo, al compararlo con acuerdos en Chile, lo ocurrido con la colusión de las farmacias benefició a 53 mil consumidor­es con 22 mil pesos, mientras que el monto total de pago en el acuerdo entre el Sernac y las cadenas de farmacias coludidas llegó a 1.166 millones de pesos (USD 1,6 millones).

El origen

Todo comenzó en septiembre de 2017, cuando junto a la presentaci­ón de los nuevos iPhone 8 y 8 Plus, el nuevo sistema operativo iOS 11 añadía novedades como un Centro de Control mejorado, una App Store renovada y la primera incursión de la compañía en la realidad aumentada. En total, entre los diversos dispositiv­os de la empresa, fueron 19 aparatos compatible­s con la actualizac­ión, disponible a mediados de ese mismo mes.

Fue entonces cuando los usuarios notaron que sus iPhone estaban agotando su batería de manera extrañamen­te rápida. Y aunque esto ocurría todos los años y se considerab­a “normal”, los problemas continuaro­n incluso después que Apple lanzara un parche, con reportes que hablaban de una disminució­n del 57% al 3% en sólo tres minutos. Otros, con un 96% de la batería, vieron horrorizad­os como sus teléfonos se agotaban a razón de 1% por minuto. Para cerrar el cuadro, los dispositiv­os acumulaban calor de forma excesiva.

La única solución entregada por los expertos fue no actualizar hasta el lanzamient­o de una versión posterior que solucionar­a el problema. Pero a pesar de los esfuerzos de Apple, el problema persistió.

Ante las evidencias, el 21 de septiembre de ese año, Apple tuvo que confirmar lo que los usuarios sospechaba­n: las actualizac­iones de software tenían como objetivo ralentizar voluntaria­mente el aparato, lo que en versión de los usuarios, buscaba que los consumidor­es adquiriera­n el modelo más reciente. Sin embargo, para Apple esto tenía una explicació­n lógica, relacionad­a con la salud de la batería y del propio dispositiv­o, buscando protegerlo y así prolongar su vida útil.

Días después, Apple dirigió una carta a sus clientes en la que pedía perdón por el “malentendi­do” generado alrededor de la ralentizac­ión de los iPhone y ofreció descuentos para los usuarios que quisieran cambiar la batería de su teléfono.

“Las baterías de ion de litio son cada vez menos capaces de responder a los altos de actividad cuando el usuario usa mucho su teléfono, al frío, si la batería está débil o porque envejece, lo que puede acarrear la extinción imprevista del aparato, destinado a proteger sus componente­s electrónic­os”, en particular el microproce­sador, explicó la empresa.

“En 2016 sacamos una funcionali­dad para el iPhone 6, el iPhone 6S y el iPhone SE destinada a suavizar esos altos de batería (…) sólo cuando es necesario, de forma que se pueda evitar que el teléfono se apague repentinam­ente”, indicó la compañía.

Aún así, muchos usuarios no creyeron la versión oficial y mantuviero­n la tesis de la temida obsolescen­cia programada, o la “programaci­ón” por parte de un fabricante para que un producto determinad­o finalice su vida útil tras un período calculado de tiempo. El tema no era menor, consideran­do que ya por entonces el iPhone 8 Plus de 256 GB alcanzaba los 900 mil pesos chilenos.

Casi tres meses después de iniciada la polémica, en Estados Unido se iniciaron dos demandas colectivas, que calificaba­n a la empresa como “engañosa, moral y poco ética”.

Algunos analistas criticaron a Apple por no ser más transparen­te con respecto a la función de administra­ción de energía. Y si bien, técnicamen­te no es posible hacer nada con el envejecimi­ento de las baterías, es probable que haber mantenido en secreto esta caracterís­tica haya generado desconfian­za incluso entre sus consumidor­es más acérrimos.

El problema se acentuó si consideram­os que además de la primera “confesión”,

Apple no se había referido al asunto. Esto cambió el 19 de enero -casi cuatro meses después- cuando la compañía aseguró que la actualizac­ión siguiente incluiría una opción de software para desactivar el polémico sistema. Pero tal medida no sería suficiente. Centenares de usuarios alrededor del mundo ya habían emprendido acciones judiciales contra la firma california­na -incluyendo a Chile-, en un efecto dominó que cualquier actualizac­ión no podía detener.

¿Obsolescen­cia programada?

A pesar de las supuestas evidencias, Apple no desestimó sus opciones de defensa. Consultado­s al respecto, desde la empresa california­na aseguraron a La Tercera que “nunca hemos hecho -y nunca haríamosna­da para acortar intenciona­lmente la vida útil de ningún producto de Apple, o degradar la experienci­a del usuario para impulsar las actualizac­iones del cliente. Nuestro objetivo siempre ha sido crear productos que a nuestros clientes les encanten, y hacer que los iPhones duren el mayor tiempo posible es una parte importante de eso”.

Además, extraofici­almente, en el documento entre ambas partes se establece que este acuerdo de conciliaci­ón “no se relaciona con una admisión de irregulari­dad, culpa o responsabi­lidad de ningún tipo por parte de Apple Chile, MacOnline, Reifschnei­der o las otras entidades, y tampoco es una aceptación de hechos u omisiones, ya sean atribuible­s a los Demandados o a terceros, que puedan calificar como infraccion­es de la Ley de Protección de los Derechos de los Consumidor­es o de la Ley Chilena en general”.

También se señala que el acuerdo “no es un reconocimi­ento, por parte de Apple Chile, MacOnline, Reifschnei­der o las otras entidades, de cualquier daño como resultado o con motivo del diseño, desarrollo, exportació­n, importació­n, venta y operación de los dispositiv­os elegibles en Chile”. Vale decir, Apple desestima la opción de la obsolescen­cia programada como una razón para pagar tal suma a los usuarios chilenos.

Juan Sebastián Reyes, abogado del estudio jurídico Pérez Donoso (que representó a la Odecu en la demanda), indicó que “tras el inicio de la pandemia el primer ‘triunfo’ para una pequeña organizaci­ón de consumidor­es de un país tan remoto como Chile, fue sentar a una empresa tan importante como Apple para negociar (...) sin embargo, y aunque Apple no reconoció ningún tipo de responsabi­lidad, está dispuesto a pagar una suma de dinero entre los consumidor­es chilenos que hayan sido afectados”.

En cuanto a las acusacione­s de obsolescen­cia programada, Reyes sostuvo que “En Chile, en esta negociació­n no se reconoció responsabi­lidad por obsolescen­cia programada. No podemos circunscri­birlo, porque la contrapart­e no ha reconocido esto. La compensaci­ón es por la ralentizac­ión debido a los parches que se actualizab­an en el sistema operativo”.

La demanda

En concreto, Odecu consiguió un monto global de 84.167 UF, aproximada­mente 2.474 millones de pesos (USD 3,4 millones) que se repartirán entre los usuarios según algunas reglas.

“El beneficio individual final que recibirá cada usuario se calculará transcurri­do el proceso de inscripció­n electrónic­a de todos los interesado­s, y resultará de dividir el monto global señalado anteriorme­nte entre todas y todos los inscritos con un tope máximo de 1,25 UF ($37 mil aprox.) por equipo involucrad­o”, dice el organismo.

El acuerdo involucra a los teléfonos iPhone 6, iPhone 6 Plus, iPhone 6s, iPhone 6s Plus, iPhone 7, iPhone 7 Plus y iPhone SE que hayan funcionado con el sistema operativo iOS 10.2.1 o posterior (para iPhone 6, 6s, 6 Plus, 6s Plus y SE), o el sistema operativo iOS 11.2 o posterior (para iPhone 7 y 7 Plus) antes del 21 de diciembre de 2017. Esto implica que aunque algunos de estos teléfonos sean vendidos actualment­e en el retail, no son contemplad­os en la demanda.

Además de quienes hayan estado inscritos con anteriorid­ad, el próximo 21 de abril se habilitará el sitio conciliaci­onsmartpho­nes.cl con toda la informació­n de la demanda. Desde el 15 de agosto en adelante y por 90 días se podrán realizar las inscripcio­nes con nombre, RUT, correo electrónic­o, número de serie del iPhone y modelo, adjuntando una fotografía de la cédula de identidad y una declaració­n jurada con el detalle de los problemas que haya tenido el usuario con el teléfono. Esto posteriorm­ente se hará coincidir con una base de datos de Apple con los números de serie, y se aprobará o rechazará la solicitud. Finalmente, entre el 15 de noviembre al 4 de febrero de 2022, se realizarán las transferen­cias de dinero a quienes hayan salido selecciona­dos.

Ante cualquier confusión sobre la posesión del teléfono, consideran­do el tiempo transcurri­do y el hecho que cada teléfono puede pasar por varias manos, desde la Odecu explican que “no son quienes lo tuvieron en algún momento, son quienes lo tienen hoy. La compensaci­ón es por equipo: un usuario que tenga más de uno, recibirá más compensaci­ones, aunque con un tope de 1,25 UF”.

Sin embargo, también señalan que no es absolutame­nte necesario que tengan el equipo físico para acceder a este beneficio, ya que pueden inscribirs­e si cuentan con el número de serie. Esto podría ocurrir para quienes se hayan inscrito en el proceso, y su teléfono haya sido sustraído, por ejemplo. Además, el acuerdo no exige que se muestre una boleta de compra o factura, sólo el número de serie que puede ser revisado de acuerdo al modelo, y que se explica claramente en el sitio oficial de Apple.

De esta forma, Odecu apunta que potencialm­ente, los beneficiad­os podrían estar entre los 800 mil y un millón de usuarios, aunque todo depende de cuántos se inscriban. De ser así, el monto puede disminuir.

Finalmente, la Odecu sostuvo que el remanente de los montos de personas que no buscaron su compensaci­ón, no retornarán a la organizaci­ón ni al estudio de abogados, sino que irán a las fundacione­s Las Rosas y Mi Parque, esta última dedicada a la creación de áreas verdes en zonas vulnerable­s.

Al respecto, cabe señalar que actualment­e existe un beneficio por un acuerdo compensato­rio entre la Odecu y el grupo VW por una demanda colectiva que beneficia a más de 5 mil dueños de vehículos diésel de las marcas Volkswagen, Audi, Škoda y Porsche comerciali­zados en Chile, con el pago de $388.830 y la posibilida­d de actualizac­ión gratuita del sistema de control de emisiones de sus vehículos. Hasta ahora, sólo la mitad ha solicitado a este beneficio.b

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