La Tercera

PC es el partido más grande y PS-PPD pierden 147 mil afiliados tras limpieza de “zombies”

- Por Isabel Caro y Felipe Cáceres

Tras la aplicación de la ley aprobada por el Congreso durante el verano y que, entre otros fines, buscaba terminar con los afiliados que al no refichar en sus colectivid­ades quedaron suspendido­s de sus derechos de militantes, los partidos políticos sufrieron una importante merma en sus padrones.

Un golpe de realidad recibieron los partidos políticos el 26 de febrero. Ese día, el Servicio Electoral les hizo llegar una circular en la que les comunicó la entrada en vigencia de una norma aprobada por el Congreso, la que estableció una serie de modificaci­ones a la Ley para el Fortalecim­iento de la Democracia. La enmienda clave: otorgar un plazo de 30 días al organismo para eliminar de una vez por todas los denominado­s “militantes zombies”.

Se trata de los afiliados a los partidos políticos que en 2017 quedaron en un “limbo” tras el proceso de “refichaje”. No se reinscribi­eron en sus tiendas, pero tampoco renunciaro­n a ellas: quedaron suspendido­s de sus derechos de militantes sin recuperar su calidad de independie­ntes.

Así, y antes de que se cumpliera el plazo, el Servel depuró los padrones de afiliados a los partidos, evidencian­do el peso real de cada uno de ellos, que por años había sido abultado. Un factor no menor, según reconocen analistas, en medio de las negociacio­nes y primarias presidenci­ales y parlamenta­rias que marcarán los próximos meses.

Según informació­n proporcion­ada por el organismo a La Tercera, el partido que perdió más militantes tras la aplicación de la norma es el Partido Socialista. La colectivid­ad liderada por Álvaro Elizalde figuraba hasta antes de que se depurara su padrón con un total de 118.370 afiliados. Actualizad­a esa cifra al 28 de febrero, la tienda de París 873 registra solo 43.895 militantes, es decir, 74.475 afiliados menos.

Una merma similar sufrió el PPD. La tienda liderada por Heraldo Muñoz se redujo en cerca de 73 mil personas, y quedó con 32.898 militantes en total, lejos de los 106.370 con los que figuraban en enero.

En el ranking sigue la Democracia Cristiana, con una merma de 69.103 adscritos: pasó de tener 103.340 militantes a solo 32.237; mientras que la UDI bajó de 96.835 miembros a 41.301.

Las bajas de esos partidos dejaron al Partido Comunista como el con mayor número de afiliados de todo el país. Si bien la tienda encabezada por Guillermo Teillier tuvo una disminució­n de 35.500 militantes, quedó con el mayor número de inscritos en un partido: 47.299 en total (ver infografía).

Según las cifras, en este periodo la cantidad total de afiliados en el país se redujo de 874.737 a 542.380, es decir, 332.357 personas dejaron de estar inscritas en las distintas colectivid­ades, que en paralelo han sufrido renuncias ordinarias y adhesiones. En total, en este proceso el Servel retiró del padrón a 334.795 militantes “zombies”.

El efecto de la normativa, en todo caso, no se vio reflejado en todas las tiendas. De hecho, algunas aparecen con un saldo de militantes a favor, dado que se adelantaro­n al proceso eliminando antes a los “zombies”, y sumaron fichajes entre enero y febrero.

En el caso del Partido Radical, el 11 de noviembre de 2019 solicitaro­n la desafiliac­ión de 66.382 personas “suspendida­s”. Con eso y posteriore­s renuncias, la colectivid­ad hoy registra un total de 29.293 afiliados.

En la misma situación se encuentra Renovación Nacional, que desafilió antes de que se aplicara la norma a sus “militantes zombies”. El partido hoy cuenta con un total de 42.135 inscritos. Según explican desde el Servel, otras tiendas que se adelantaro­n fueron el Partido Humanista, Igualdad y, en menor medida, el Partido Progresist­a.

Efectos políticos

Una muestra de la desafecció­n a los partidos políticos, pero también un antecedent­e para proyectar las futuras negociacio­nes parlamenta­rias y presidenci­ales. Esas son algunas de las conclusion­es que se desprenden de la importante merma de militantes de partidos legalmente constituid­os.

“Esto es algo totalmente esperable, consideran­do la desafecció­n, la baja de la confianza en las institucio­nes y también por las dificultad­es de los partidos tradiciona­les para entender las necesidade­s de la gente y de su propio malestar”, sostiene Guillermo Pérez, investigad­or del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), quien advierte que “no es para nada una buena noticia”.

El académico de la Universida­d de Talca Mauricio Morales asegura que “no sorprende que los más fuertes estén en los extremos, donde se ubican los militantes más intensos ideológica­mente. Ahí sobresalen el PC y la UDI, además del PS y RN”. En relación al efecto que podría tener en los procesos electorale­s, agrega que “si hay primarias y vota poca gente, los militantes tendrán un rol clave en la movilizaci­ón electoral. Esta caída en el volumen de militantes, no obstante, motiva a los presidenci­ables a evitar sus aparicione­s bajo el logo de sus partidos: necesitan ganar no con sus partidos, sino que ‘a pesar’ de sus partidos”.

Para el director de la Escuela de Gobierno de la Universida­d Central, Marco Moreno, lo que se ve “es el distanciam­iento de los ciudadanos de los partidos... es una señal de la descomposi­ción de estas organizaci­ones. Da cuenta del cambio en los esquemas de representa­ción que se expresa en el tránsito de la ‘democracia de los partidos’ a la ‘democracia del público’ o de ‘la audiencia’”, dice. ●

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