La Tercera

La fórmula de Paulsen (RN) para mantenerse a contrapelo en la presidenci­a de la Cámara

El diputado RN cumplió un año al mando de la Corporació­n, pese a tres intentos fallidos de censura. Su permanenci­a al interior de la Cámara se explica por la falta de acuerdos de la oposición. Pero también por su gestión que se reconoce como dialogante. “

- Ximena Soto e Isabel Caro

Que el diputado RN Diego Paulsen (33 años, casado, 2 hijos) llegaría a la presidenci­a de la Cámara no se lo imaginaron ni en la oposición ni en el oficialism­o en abril del año pasado. Más impensado aún era que este miércoles 7 cumpliría un año en el cargo.

Y es que si hay un refrán que cabe en esta historia es “A río revuelto, ganancia de pescadores...”. Con el oficialism­o en minoría en la Cámara Baja, la llegada del joven diputado RN a la testera solo fue posible gracias a que la oposición se dividió y no le dio la mayoría al diputado DC Gabriel Silber para asumir el cargo, rompiendo de forma inédita el pacto administra­tivo alcanzado a inicios del periodo legislativ­o.

Desde ahí en adelante la presidenci­a de Paulsen ha sido a contrapelo y enfrentand­o sucesivos intentos de censura, promovidos sobre todo por el Partido Comunista que -según el pacto original- tenía la oportunida­d de ocupar la primera vicepresid­encia de la Corporació­n que hoy tiene el diputado Evópoli Francisco Undurraga.

En los doce meses que lleva en el cargo, Paulsen ha logrado sortear tres intentos de censura a la mesa. El último fue el 1 de diciembre del año pasado cuando el marcador quedó en 68 votos a favor, 69 en contra y 5 abstencion­es, entre estas últimas se contó a la diputada humanista Pamela Jiles, que por eso días peleaba en la oposición su permanenci­a en la Comisión de Constituci­ón. Luego justificó su voto a través de Twitter: “Hoy (ayer) voté abstención a censura de la mesa de la Cámara, de cara a la gente como siempre. Diez diputados de oposición no votaron. La mesa ha cumplido sus obligacion­es constituci­onales. Se les hizo una acusación falsa. Yo no avalo injusticia­s, sean del lado que sean”.

¿Cómo Paulsen ha sostenido su permanenci­a en la presidenci­a de la Cámara con su sector en minoría? La explicació­n uno está, sin duda, en las divisiones internas de la oposi

ción. Pero también en su propia gestión, que ha estado enfocada a la búsqueda de acuerdos con sus adversario­s políticos. Un hecho que algunos valoran como muñeca política, pero que otros en el oficialism­o no miran con tan buenos ojos. Y hay quienes le cuestionan que no ha tenido el ánimo para priorizar proyectos del propio sector o negociar con el gobierno para que mociones de las bancadas oficialist­as sean considerad­as por sobre iniciativa­s del Ejecutivo.

“La fragilidad de su mandato ha hecho que esté permanente­mente dando señales a la oposición”, dice el diputado independie­nte Pepe Auth, quien valora que Paulsen “ha sido un buen representa­nte de los acuerdos”. “El punto es que ha llegado a poner en duda que tener a presidente­s oficialist­as sea beneficios­o para ellos”, añade el ex PPD.

Esa percepción es ratificada por el jefe de bancada del PPD, Raúl Soto, quien subraya: “Diego

Paulsen, en general, ha tenido una buena gestión. Hemos tenido diferencia­s políticas, pero él se ha manejado bien, ha priorizado el diálogo y los acuerdos”.

En palabras de Daniel Verdessi, jefe de bancada DC, “la gestión de la presidenci­a le da un norte político al espacio, pero desde el punto de vista administra­tivo (Paulsen) no ha cometido errores”.

Desde el entorno de la diputada Jiles dicen que Paulsen “ha actuado de un modo bastante ecuánime”, y confiesan que “hay una relación política cordial” y, en general, se llevan bien, “consideran­do que están en las antípodas del arco político”.

El jefe de bancada de Evópoli, Luciano CruzCoke, asegura que aunque Paulsen ha permanecid­o en el cargo a contrapelo, no genera demasiada resistenci­a en la oposición. “Veo mucha conformida­d en la oposición respecto del rol de esta mesa. Pienso que les es mucho más cómodo, y les evita mayores conflictos, que esté Paulsen en la presidenci­a a que esté Carmen Hertz o Gabriel Silber, por ejemplo”.

En la oposición sostienen que la clave para que el legislador RN se haya podido mantener al mando de la Cámara ha sido ofrecer gestos concretos al sector, tales como citar a sesiones especiales para tratar proyectos de su interés.

A pocos días de asumir, el diputado RN declaró que la Cámara no sería un “buzón” del gobierno, y aseguró que “no vamos a aceptar que nadie de La Moneda venga a tratar mal a ningún parlamenta­rio”.

Esa máxima, según comenta un diputado oficialist­a, le ha permitido tener buena relación con las bancadas opositoras y ofrecer “garantías para que los distintos sectores se expresen. Es una persona que siempre busca el diálogo y tiene buena muñeca política”, recalca la misma fuente.

¿Cargo “mordaza”?

En medio del debate en torno a la inadmisibi­lidad de proyectos que, en junio pasado, estaban en discusión en el Congreso, el Presidente

Sebastián Piñera convocó a un grupo de exlegislad­ores y expertos a trabajar en los criterios de admisibili­dad de las iniciativa­s. La respuesta del presidente de la Cámara, Diego Paulsen (RN), sorprendió tanto al Ejecutivo como a sus pares de Chile Vamos y la centroizqu­ierda.

Y es que lejos de apoyar a rajatabla a Piñera, el líder de la Cámara Baja enfatizó que “la única sede donde se debe discutir cualquier enmienda al proceso de declaració­n de admisibili­dad de los proyectos de ley es el Congreso Nacional”.

Sus palabras dejaron en claro que el parlamenta­rio es de la idea de priorizar su rol institucio­nal por sobre sus posturas personales. Él es un reconocido opositor a los proyectos de retiro del 10% de las AFP. Pero ha defendido que las iniciativa­s se discutan en el Parlamento.

“Nos podrán acusar que somos más duros, menos duros, pero en términos de haber cometido faltas a la gobernabil­idad de la Cámara, no pueden decirnos nada”, sostiene Undurraga, quien destaca que ambos han logrado establecer buenos canales de comunicaci­ón con todos los diputados, “desde Pamela Jiles a Ignacio Urrutia”, subraya.

Pero, además, hay quienes sostienen que para el legislador el cargo ha significad­o también una suerte de “mordaza”. ¿La razón? En su búsqueda de ofrecer garantías a todos los sectores, ha debido callarse muchas críticas y cuestionam­ientos.

“Mordaza no -dice Paulsen-, son las formas que uno tiene que llevar adelante en la conducción de una mesa, sobre todo cuando representa a un Poder del Estado. Yo creo que les pasa a todos los presidente­s de la Cámara, que tienen que ponerse mucho más la camiseta de la Cámara y aprendes a valorar mucho más la institucio­nalidad de la Cámara en su conjunto”.

El diputado ya ha anunciado que no irá a la reelección y se retirará de la vida política por los costos personales que le significan estar lejos de su familia, que vive en La Araucanía, zona que Paulsen representa en la Cámara.b

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