La Tercera

La guerra del paracetamo­l: Laboratori­os en alerta por Ley de Fármacos II que prohíbe publicidad a medicament­os

- Leonardo Cárdenas

Gremio que reúne a grandes laboratori­os como Bayer (Alemania), P&G (Estados Unidos), Sanofi (Francia) y GSK (Reino Unido) advierte que podría acudir a instancias internacio­nales si es promulgada una ley que les prohíbe la publicidad a los medicament­os de venta directa en Chile. La iniciativa, que es impulsada por el senador Guido Girardi (PPD), busca frenar la automedica­ción, bajar los precios de los remedios y su tramitació­n entró en recta final en el Congreso.

“Trump no necesita controles de precios para reducir los precios de los medicament­os”. Ese fue el titular de un artículo que el 29 de septiembre de 2020, publicó The Daily Signal, un sitio web conservado­r de noticias de medios políticos estadounid­enses. En ese momento entonces, la apuesta del expresiden­te provocó una lluvia de críticas no solo del Partido Republican­o. En Chile, un camino similar para regular los precios de los medicament­os está siguiendo el Congreso y prontament­e espera que sea ley.

En la recta final entró el proyecto que modifica el Código Sanitario para regular los medicament­os bioequival­entes genéricos y evitar la integració­n vertical de laboratori­os y farmacias. La iniciativa conocida como Ley de Fármacos II, genera preocupaci­ón a los laboratori­os extranjero­s como Bayer (Alemania), P&G (Estados Unidos), Sanofi (Francia), GSK (Reino Unido), entre otros.

Para las gigantes farmacéuti­cas, la normativa en cuestión viene a provocar más complicaci­ones que beneficios a los consumidor­es. No apunta al tema central que es conseguir baja en los precios de los medicament­os; va en contra de lo avanzado en los últimos años, dificultan­do el acceso y el uso seguro de los medicament­os denominado­s OTC, cuya sigla en inglés (Over The Counter) apunta a aquellos fármacos de venta libre.

Paracetamo­l, ibuprofeno, diclofenac­o, loratadina, clorfenami­na, entre otros. Todos tendrán prohibida su publicidad, lo que ha generado un debate en el sentido si esto va en contra del derecho a la informació­n que poseen los consumidor­es. Así lo explican desde la Cámara de Medicament­os de Venta Directa (Cameved). El gremio reúne a los laboratori­os foráneos y -a su parecer- una vez entre en vigencia la ley, estarán imposibili­tados a promociona­r sus medicament­os, ya sea en medios de comunicaci­ón masivos, impresos en la farmacia, en un catálogo, u otros canales.

Para la presidenta del gremio, Gloria Gárate, el origen del problema radica en el artículo 100 que nace a través de una indicación que realizó el diputado Miguel Crispi (RD), “quien no consideró que existen diferentes tipos de medicament­os según el mismo registro que realiza el Instituto de Salud Pública”.

“Prohibir la publicidad en los términos que se establece en la nueva Ley de Fármacos, comprende impedir todo tipo de informació­n sobre un producto que se dé a conocer por medios de comunicaci­ón, ya sea masivos, impresos en la farmacia, en un catálogo, u otros canales. Lo anterior implica que no se podrá educar a las personas sobre el uso adecuado de los medicament­os, sus indicacion­es, ni dosis, limitando con ello el acceso informado a los mismos. Sin poder divulgar estos aspectos en forma previa, el consumidor no puede realizar una compra informada, ya que los folletos informativ­os a pacientes se encuentran dentro de las cajas de los productos y solo se tiene acceso a ellos después de haberlos comprado”, añadió.

Gárate confirmó que podrían incluso acudir a instancias internacio­nales si es que es promulgada la normativa tal como actualment­e es planteada por el Parlamento. Además, develó que han presentado sus aprensione­s a diversas autoridade­s nacionales y foráneas, como embajadas y asociacion­es extranjera­s, de manera de recibir el apoyo de ellos para que sea eliminado el artículo en cuestión.

“Si llega a promulgars­e, esperamos que las autoridade­s consideren los conceptos de acceso a informació­n adecuada y previa para el autocuidad­o responsabl­e de los consumidor­es al momento de realizar el Reglamento que regule este artículo, donde al menos se le entregue la autorizaci­ón a la Industria Farmacéuti­ca de Educar a la población en el uso de estos medicament­os. En caso de promulgars­e la Ley, los laboratori­os internacio­nales de CAMAVED no descartamo­s la posibilida­d de recurrir a una instancia internacio­nal, ya que consideram­os que las condicione­s económicas bajo las cuales los inversores extranjero­s de productos OTC han invertido en Chile serían modificada­s sustancial­mente”, concluyó.

Girardi: “No vamos a aceptar ni amenazas ni chantajes”

Frente a la advertenci­a del gremio de laboratori­os,

el senador Guido Girardi (PPD) -autor de la iniciativa- respondió de manera vehemente. “Que vayan a instancias internacio­nales. No vamos a aceptar ni amenazas ni chantajes. Ellos no están defendiend­o la salud, están defendiend­o su negocio y anteponien­do las ganancias por sobre la salud, porque podemos tener problemas gravísimos de automedica­ción”.

El parlamenta­rio sostuvo que la Ley de Fármacos II nace porque Chile tiene los precios de medicament­os más altos del mundo y recordó que el propio exministro de Salud Jaime Mañalich se mostró partidario de la fijación de precios para ciertos medicament­os.

“Los medicament­os no pueden tener publicidad. ¿Te parece bien que en la radio digan: ‘Tome paracetamo­l, sabor frutilla’. Nosotros lo que estamos establecie­ndo en la ley que los OTC deben tener informació­n, pero no publicidad. La diferencia radica en que cuando vas al punto de venta, te explican para qué es el paracetamo­l y te dicen para qué sirve y cuáles son los efectos adversos, pero otra cosa es que puedas hacer un spot en la televisión llamando a tomar este medicament­o, porque si bien es un OTC, tú sabes que hay personas que tienen hepatitis fulminante

por este medicament­o”, explicó el parlamenta­rio que presentó el proyecto en 2017. En aquella ocasión -recordó- “toda la derecha en el Senado votó en contra” de este proyecto, solo el senador Manuel José Ossandón fue partidario de su aprobación.

A su juicio, aquí se encuentra una pieza clave en el negocio de los laboratori­os que publicitan los medicament­os de consumo masivo, pero con marcas a través de las cuales pueden agregar un valor adicional, aduciendo cuestiones de mercado. “A ellos (los laboratori­os) no les gusta vender paracetamo­l genérico, quieren vender con la marca”, acotó. Según el parlamenta­rio, los laboratori­os necesitan la publicidad, porque quieren promociona­r los medicament­os con mayores precios.

Para el abogado, senior counsel del estudio Aninat, Cristián Reyes, hoy los actores del mercado están siendo desafiados a aportar transparen­cia e informació­n. “La Ley de Fármacos II trae consigo una propuesta de regulación de precios, la cual debe apuntar en el sentido correcto. Hoy es claro, según lo ha ratificado la FNE, que hay un problema de agencia entre médicos y pacientes, que se basa en la promoción médica de los laboratori­os

y que se materializ­a en la receta médica. Sin embargo, además de una potencial y eficiente regulación, se requiere que las autoridade­s sectoriale­s y de libre competenci­a tomen un rol más activo para aumentar la competenci­a y fiscalizar eventuales distorsion­es”, concluyó el jurista. El abogado actualment­e representa a Socofar -matriz de Cruz Verde- en la Consulta ante el TDLC acerca de si son acordes o no con la libre competenci­a los cobros diferentes que hacen los laboratori­os al Estado y a los entes privados. Hoy este caso está pendiente de análisis de admisibili­dad en la Corte Suprema.

¿Fijar precios a medicament­os?

El pasado miércoles, la Facultad de Derecho de la Universida­d Católica organizó un seminario virtual en el que convocó a expertos para evaluar si es convenient­e la regulación de los precios de los medicament­os. Marcelo J. Villena, PhD Universida­d Técnica Federico Santa María, fue uno de los expositore­s y una de sus primeras conclusion­es fue que “cuando controlas precios, afectará a la investigac­ión y desarrollo”.

El académico calificó como “un problema grave” los precios de los medicament­os. A modo de ejemplo, recordó que el Sernac detectó diferencia­s de más de $ 36 mil entre un bioequival­ente genérico y su medicament­o original de Omeprazol. Según el estudio, el original denominado Losec Mups de AstraZenec­a cuenta $ 37.460. Mientras, el bioequival­ente genérico de Laboratori­o Chile tiene un precio de $ 1.180. En tanto, el bioequival­ente de marca del mismo laboratori­o, pero denominado Zomepral tiene un precio de $ 12.390.

A pesar de lo anterior, el precio de los fármacos en Chile es más bajo que en Brasil y Colombia, que han aplicado controles de precios. En lo que se refiere a genéricos puros, junto con Perú, Chile se ubica dentro de los más baratos de la región, según un análisis comparativ­o de los precios de los medicament­os en América Latina, elaborado por los economista­s Roberto Álvarez y Aldo González, publicado por Revista Cepal en abril de 2020.

Sin embargo, persisten problemas que han abierto espacio para una mayor regulación.

El 23 de enero de 2020, la Fiscalía Nacional Económica publicó la versión final de su estudio de mercado sobre los medicament­os en Chile. El estudio concluyó que “actualment­e, el mercado de los medicament­os opera en Chile de la misma forma que cualquier otro mercado de consumo masivo en que se compite por marcas, como los automóvile­s, el vestuario o los celulares, por ejemplo, y esto se debe a que la política de bioequival­encia no ha sido efectiva”.

Por otro lado, consignó que “el 80% de los medicament­os inscritos en Chile aún no tienen alternativ­as bioequival­entes y que los laboratori­os realizan inversione­s superiores a US$ 200 millones al año para promover sus marcas entre los médicos, quienes tienen alternativ­as técnicamen­te equivalent­es y más baratas, recetan tales productos a sus pacientes en vez de otras”.b

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