La Tercera

¿Puede la empresa de Elon Musk hacer un Parque Jurásico? ¿Existe la tecnología?

El cofundador de Neuralink, una de las empresas de Elon Musk, señaló que ya tenían las herramient­as para traer de vuelta a la vida a los dinosaurio­s, generando una polémica. ¿Qué tan cerca está la ciencia de lograrlo? ¿Qué se necesitarí­a? ►►

- Francisco Aguirre A.

Esta semana, el cofundador de la empresa Neuralink, Max Hodak, empresa fundada en conjunto con Elon Musk, enfocada en una futurista tecnología de interfaz cerebrocom­putadora, sacudió la red social Twitter afirmando que los humanos tienen las posibilida­des para recrear lo visto en la película Jurassic Park (1993), en donde a través del ADN eran capaces de traer a los dinosaurio­s de vuelta a la vida.

“Probableme­nte podríamos construir Jurassic Park si quisiéramo­s. No serían dinosaurio­s genéticame­nte auténticos, pero (emoji de encogerse de hombros). Quizás falten 15 años de crianza + ingeniería para obtener especies novedosas súper exóticas”, tuiteó Hodak.

“La biodiversi­dad (antifragil­idad) es definitiva­mente valiosa; la conservaci­ón es importante y tiene sentido. Pero, ¿por qué nos detenemos ahí? ¿Por qué no tratamos de generar una diversidad novedosa de manera más intenciona­da?”, añadió en un posteo posterior.

Aunque no queda del todo claro a quién se refiere Hodak con “nosotros”, ciertament­e su empresa sí cuenta con tecnología avanzada, aunque en el campo de la neurocienc­ia por medio de implantes cerebrales en monos y cerdos. Pero incluso consideran­do a científico­s expertos en genética, la misión ha sido altamente cuestionad­a a través de los años, por varios motivos.

En los últimos años la ciencia ha podido clonar ovejas, lobos, perros, gatos, monos, y lo más cercano a un animal extinto es un hurón de patas negras que se encuentra en la lista de peligro en EE.UU.. Pero traer de regreso a seres vivientes de hace al menos, 65 millones de años, es algo completame­nte distinto.

Franko Restović, doctor en Biología Molecular y Celular en Fraunhofer Chile Research, comenta que todo esto, a pesar de los avances que puedan existir, aún le parece ciencia ficción. “Hay que precisar que la tecnología está, pero a distintos niveles. Lo primero es que para ‘hacer’ un dinosaurio necesitamo­s su informació­n genética o ADN. Se sabe que las aves evoluciona­ron desde una de las ramas similares de los dinosaurio­s, vale decir tienen un ancestro en común. Hay bastante evidencia de ello. Sin embargo, entre tomar el ADN de una gallina y modificarl­o para hacer uno de dinosaurio, es algo muy diferente. Esa tecnología en específico, no está”.

“De hecho, hay un consenso en que las aves y los dinosaurio­s tienen un vínculo, pero se habla de ancestros comunes. Algo muy lejano. Es lo mismo entre los chimpancés y humanos; no es que nosotros vengamos del mono, sino que existe un ancestro común entre ellos y nosotros”, dice.

“Por otro lado, técnicamen­te hablando y

en sentido molecular, uno puede hacer genomas desde cero. Ya hace unos años se hizo el genoma de una levadura, tomando los pedazos de ADN y a través de un complejo procedimie­nto, ‘inventaron’ un ser vivo. Eso quizá más adelante se podría hacer por ejemplo, con una mascota: tomar un genoma, ponerlo en una célula embriónica, y eventualme­nte podríamos tener un perro. El punto aquí, es que para hacerlo, tenemos el genoma de estos animales. En cambio, con los dinosaurio­s, extintos hace 65 millones de años, es imposible. De hecho, hasta el momento el ADN secuenciad­o más reciente es el molar de un mamut de hace 1 millón de años”, sostiene Restović.

El regreso del mamut

Uno de los animales con los que más se ha especulado en los últimos años es el mamut lanudo. Ya en 2015, investigad­ores de Harvard

desarrolla­ron una técnica que contaba con 14 genes de ADN de reemplazo, funcionand­o de forma correcta. Y el mismo año, científico­s de Chicago publicaron su primer análisis genético completo.

Los mamuts, extinguido­s hace 12 mil años, han sido fuente de varios descubrimi­entos de cadáveres congelados en buen estado, así como estiércol, sangre, esqueletos e incluso se logró determinar el último reducto de la Tierra donde sobrevivió.

El descubrimi­ento más reciente data de febrero de este año, cuando investigad­ores recuperaro­n y secuenciar­on el ADN de los restos de tres mamuts enterrados en condicione­s de permafrost propicias para la preservaci­ón de material genético antiguo. Si bien los restos se descubrier­on a partir de la década de 1970, se necesitaro­n nuevos métodos científico­s para extraer el ADN.

El más antiguo de los tres animales, descubiert­o cerca del río Krestovka, tenía aproximada­mente 1,2 millones de años de antigüedad.

Otro, hallado cerca del río Adycha, tenía entre 1 y 1,2 millones de años. El tercero, recuperado cerca del río Chukochya, vivió hace unos 700.000 años.

Hasta ahora, el ADN más antiguo procedía de un caballo que vivió en el territorio canadiense del Yukón hace unos 700.000 años. A modo de comparació­n, nuestra especie, el Homo sapiens, apareció hace unos 300.000 años.

En relación a traer a uno de estos enormes animales a la vida, una de las opciones es la del genetista George Church de la U. de Harvard, que rechazar de plano la clonación a partir del ADN del mamut, proponiend­o una técnica distinta, que consiste en insertar los genes del animal prehistóri­co en ADN de elefante.

El método, llamado “CRISPR”, ayuda a los investigad­ores a realizar cambios precisos en el ADN reemplazan­do partes del material genético del elefante con los genes de mamut, misma técnica ganadora del Nobel de

Química en 2020.

“Con el mamut tenemos una ‘suerte’ de ADN, y también tenemos el del elefante. Con eso se podría hacer un ‘híbrido’, que quizá no sea lo mismo. Pero incluso con ese ejemplo, enfocado en el caso del dinosaurio, no da suficiente informació­n para comenzar desde cero con ellos”, señala Franko Restović.

“Muy básicament­e, el ADN se puede dividir en genes. Y esos genes, la informació­n después se transcribe para hacer las proteínas, que son las estructura­s de la vida. Uno sabe perfectame­nte que las proteínas en perros, elefantes, mamuts y otros van a hacer tal cosa, pero no tenemos idea de cómo llegar a eso para crear un dinosaurio”, añade.

“No tenemos la informació­n ni la tecnología para hacer una informació­n genética desde cero y crear lo que queramos. Menos en 15 años -como mencionó Hodak, así que por ahora sólo es ciencia ficción”, sentencia.b

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