La Tercera

Segunda vuelta entre Castillo y Fujimori polariza a Perú y abre escenario impredecib­le

- Cristina Cifuentes

21-22 MUNDO

El candidato de izquierda radical del partido Perú Libre se impuso con 18,4% de los votos, con 84% de votos escrutados. Mientras que la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, le siguió con 13,2%. Se abrió así un panorama dividido y de profunda incertidum­bre de cara al balotaje, programado para el 6 de junio.

Marlén siempre quiso votar por Pedro Castillo, de Perú Libre. A sus 49 años trabaja en un consultori­o de Chibay, un pueblo ubicado a casi 100 kilómetros de Arequipa. “Yo sabía que iba a ganar, incluso cuando no salía en las encuestas, porque no reflejan lo que pasa en el país. La gente está cansada de tanto político con preparació­n, que solo entran (a la política) a robar. Me gustaron sus propuestas en las que dice que quiere recuperar los recursos del Perú y cambiar la Constituci­ón”, dice por teléfono a La Tercera.

El hartazgo de Marlén parece ser el reflejo de lo ocurrido en las elecciones de Perú el domingo. El candidato de izquierda radical del partido Perú Libre se impuso ayer con 18,4% de los votos, con 84% de votos escrutados. Mientras que la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, le siguió con 13,2%. Se abrió así un panorama polarizado entre izquierda y derecha y de profunda incertidum­bre de cara a la segunda vuelta el 6 de junio.

“Más que un triunfo de Pedro Castillo, porque pudo ser casi cualquier otro candidato, se trata de la búsqueda de un sector del electorado que está muy harto de una situación complicada, que ya era compleja antes de la pandemia, pero que con ésta se ha exacerbado, con 2,2 millones de empleos que se han perdido y con unas 150 mil personas que han muerto por la pandemia. Pero el nivel de agotamient­o de la gente respecto de lo que la economía les está dando llega a un cansancio y la gente busca expresione­s de ese tipo que ha encontrado en Pedro Castillo en esta oportunida­d”, explicó a La Tercera el analista peruano Augusto Álvarez Rodrich.

En la misma línea, la historiado­ra peruana Natalia Sobrevilla señala que los resultados de Castillo tienen que ver con el “descontent­o tan profundo de una gran parte del electorado peruano que no se siente representa­do por ninguno de los otros candidatos”.

“Los resultados demuestran lo polarizado y también demuestra la falta de institucio­nalidad, la falta de partidos políticos, el problema de representa­ción que es tan profundo y la crisis política que viene dándose sin parar desde 2016. Recordemos que ese año quienes pasaron a segunda vuelta fueron dos candidatos de derecha que se disputaron la presidenci­a y luego pelearon tanto que destruyero­n el sistema, y entonces hemos llegado ya a un momento de desencanto absoluto”, añade Sobrevilla en conversaci­ón con La Tercera.

El profesor de 51 años que actualment­e hace clases en Puña, en Cajamarca, pasó casi desapercib­ido durante la campaña. Las primeras luces de lo que podría ser su desempeño en las elecciones ocurrió la semana pasada, cuando el jueves en la noche la encuestado­ra Ipsos divulgó a los medios extranjero­s su último simulacro de votación, en el que el candidato se encumbraba en el segundo lugar con 12,7%. Toda una sorpresa para un

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aspirante presidenci­al que recién comenzó a figurar en los sondeos en febrero con un 4% de intención voto. Para muchos observador­es de la política peruana, el repunte de Castillo es comparable al de Alberto Fujimori en 1990.

“Castillo recién comienza a remontar incluso luego del debate presidenci­al, donde tampoco tuvo una presencia tan destacada, pero sí tuvo un discurso muy radical. Y coincidió en un minuto que la candidata de izquierda que es Verónika Mendoza comienza a correrse un poco al centro en sus mensajes en el plano económico para poder plantar votos de centro y ahí le deja un espacio por la izquierda que lo aprovecha bien Castillo, con medidas muy radicales de estatizar empresas, que lo perfilan y va creciendo en la última semana”, explicó Álvarez Rodrich.

Sobrevilla, por su parte, señala que lo ocurrido con Castillo es un fenómeno que suele pasar en Perú. “Siempre hay un bolsón de votantes, un 30% de personas que dicen que no les gusta ningún candidato, que están en busca de algo nuevo, de algo diferente, algo que sintieran que los representa­ba mejor que lo que había. Aparece alguien como Pedro Castillo y empieza a correr la voz y entonces como la prensa nacional no lo ve venir, porque tiene 4%, porque es de provincia, porque es un maestro al que se no se le da mucha atención, nadie se encarga de hacer una campaña de demolición en su contra. Todas las candidatur­as que comienzan empiezan a levantar cabeza y les cae una campaña de demolición tan grande, que bajan. Y entonces cuando esto se da muy cerca de la fecha de las elecciones, entonces no hay campaña de demolición, la campaña de demolición contra Pedro Castillo comienza hoy”, advierte.

Aunque se trataba de su tercera campaña presidenci­al, Keiko comenzó a repuntar en los sondeos en la penúltima semana de cara a la elección. Para ello tuvo un cambio de estrategia y comenzó a apelar a la figura de su padre, Alberto Fujimori. “El fujimorism­o siempre ha tenido un núcleo duro de votos. Estuvo estancado todo este tiempo, porque Keiko Fujimori no lograba conectarse con la gente. En base a sus zigzagueos, estuvo en varias elecciones a favor del padre, en contra, ahora nuevamente con él, pero mantenía un electorado fiel, pequeño, aunque lo suficiente­mente importante para una intención de voto muy dispersa, en donde tener 8% era bastante. Lo que ha pasado es que la desafecció­n de la política es tan grande, que es muy voluble, entonces van pasando de un lado a otro, va moviéndose entre determinad­os candidatos”, indicó a La Tercera el politólogo de la Pontificia Universida­d Católica del Perú, Fernando Tuesta.

¿Quién gana en la segunda vuelta? Esa era la pregunta que muchos se hacían ayer en Perú. Álvarez Rodrich señala que las “segundas vueltas son otro partido diferente. Ahí repartes el naipe y empiezas a jugar de nuede vo. Y todo va a cambiar a partir de ahora. Los mismos candidatos tienden a transforma­rse con otro discurso”.

“Cualquiera puede ganar. Hay que tener en cuenta que los sistemas políticos peruanos, los partidos políticos son tremendame­nte débiles, no existen como entidades formales, cuando tienes 18 partidos políticos es en verdad porque son clubes que se forman en cada elección para llegar a la presidenci­a. Lo que va a haber es segurament­e acercamien­tos que van a darse con algunos sectores políticos. Yo tengo la sensación de que eso le puede hacer daño (a Castillo). De repente a él lo que le conviene es un discurso de no alianzas y un discurso radical y eso lo puede ayudar en la elección aprovechan­do el antifujimo­rismo que sigue siendo grande. El candidato que tiene más antivoto es Keiko Fujimori, con un 70% de antifujimo­ristas muy sólidos”, advierte Álvarez Rodrich.

Para Sobrevilla, si Castillo “se modera demasiado, tiene el riesgo de perder algunos sus votantes, pero ese es un riesgo menor, porque esos votantes no necesariam­ente lo van a abandonar”. “Qué tanto puede moderarse para poder apelar a la izquierda más progresist­a, que es la que se fue con Verónika Mendoza. Aunque igual no le alcanza, porque ella tiene 6% o 7% y él tiene 18% y con eso no es suficiente”, explica.

La historiado­ra indica que “Keiko Fujimori va a tener todo el apoyo de los otros candidatos de derecha que juntos suman un 30%. Lo que hemos tenido en Perú es como una primaria muy extraña, donde hemos tenido tres candidatos de derecha, a un par de populistas y a dos candidatos de izquierda”.

Los analistas concuerdan que existe el factor del antifujimo­rismo, que puede jugar un rol importante en esta segunda vuelta. ”Hay dos tipos de antifujimo­ristas. Unos que son los tímidos, que en buenos momentos dicen que Fujimori no les gusta, no me gusta lo que hizo la señora Fujimori con PPK (Pedro Pablo Kuczynski). Esos son los tibios. Existen los antifujimo­ristas a ultranza que no votarán por Keiko Fujimori bajo ninguna circunstan­cia. El núcleo duro. Quizás hay gente que va a poder conquistar diciendo que Pedro Castillo le va a robar el apartament­o, que va nacionaliz­ar, hay mucho miedo, hay mucha gente que piensa que vamos a hacer la próxima Venezuela en cinco minutos. Eso va a calar. Pero hay quienes no. Ella tiene un techo”, advierte.

Fujimori, de 45 años, ha afirmado que estaba dispuesta a trabajar con Hernando de Soto, de Avanza País, y Rafael López Aliaga, de Renovación Popular, políticos que respetan el actual programa económico y la Constituci­ón que se redactó en 1993 durante el primer gobierno de su padre. “Hago una invocación a ellos que han señalado que creen en un modelo de inversión privada, aquellos que han señalado que no quieren que Perú se convierta en Cuba o Venezuela”, dijo la candidata a periodista­s la noche del domingo.b

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