La Tercera

“No esperen a que los fiscalicen, no podemos estar en cada calle, es imposible”

Ramiro Navajas, jefe de la Defensa en Valparaíso:

- Francisca Mayorga

El contraalmi­rante de la Armada destaca que se han realizado 20 millones de controles, que han derivado en poco más de 40 mil sumarios sanitarios y 30 mil detencione­s. Relata que han desplegado una nueva estrategia, caracteriz­ada por “controles dinámicos” guiados por mapas de calor de contagios, para dirigir las revisiones y mejorar la eficacia de los procedimie­ntos. Con todo, subraya que no son estas revisiones, sino la conciencia de las personas y la empatía, lo que permitirá a la región salir del fuerte rebrote de coronaviru­s que está enfrentand­o.

El contraalmi­rante Ramiro Navajas (56) encabeza la Primera Zona Naval de la Armada. Y, en el contexto del estado de excepción, es el jefe de la Defensa Nacional en Valparaíso, a cargo del personal de las Fuerzas Armadas, Carabinero­s y PDI. Con ese contingent­e, la autoridad destaca que en el último año han superado los 20 millones de controles en la zona, que registra un agresivo brote de coronaviru­s. Un balance, asegura, no exento de dificultad­es, por algunos casos en que personas han intentado evadir las fiscalizac­iones y que han llevado, incluso, a disparar a los neumáticos de vehículos para detener su huida. El último de estos hechos ocurrió el lunes, cuando un marino redujo con un fusil a un hombre en Valparaíso, desatando críticas por el procedimie­nto.

La autoridad revela que el mes pasado se actualizó la estrategia de seguridad en la zona. Se están aplicando controles dinámicos, a partir de mapas de calor y con fiscalizac­iones aleatorias, tendientes a mejorar la eficacia. Con todo, destaca que el compromiso de las personas, más que la fiscalizac­ión, es clave para frenar los contagios.

Ha generado críticas el procedimie­nto del funcionari­o de la Armada que detuvo con un fusil a un hombre en Valparaíso. ¿Por qué se utilizó el arma?

Nuestro personal se encontraba apoyando las fiscalizad­oras de la Seremi de Salud, en controles que estaban realizando a los pasajeros de la locomoción colectiva, en Valparaíso, y un joven quiso eludir dicho control. El individuo emprendió la huida y, junto con ello, insultó al personal naval, por lo que fue perseguido por flagrancia e infracción al Artículo 318 (poner en riesgo la salud pública). Cuando el servidor logró darle alcance, lo redujo de acuerdo al mínimo uso de la fuerza, de una forma tal de poder llamar a Carabinero­s sin causarle daño físico. Cabe hacer presente que el individuo, además, faltó al Artículo 284 del Código de Justicia Militar (insultar al militar), por lo cual la institució­n presentará los antecedent­es a los tribunales competente­s.

Usted asumió hace un mes como jefe de Defensa. ¿Son las evasiones las mayores dificultad­es de su gestión hasta ahora?

Una de las dificultad­es que hemos tenido mínimas, puntuales- son las evasiones. Ha habido evasiones en ciertas aduanas sanitarias o puntos de control, con intentos de atropello en Concón, Casablanca, en varias partes. Ahí, haciendo uso de la legítima defensa, y de una reacción muy ágil y precisa, el personal de infantería de marina ha hecho uso de su armamento para poder inhabilita­r el auto, disparando a los neumáticos parar detener a las personas, porque claramente ahí hay una flagrante intención de causar un daño. Pero estos son casos muy puntuales para los millones de controles que se han hecho. Pero sí han existido. Y eso agota, porque ellos tienen que estar muy atentos a la reacción que están teniendo los automovili­stas cuando los controlan.

En general, ¿cómo reaccionan las personas frente a los controles?

La actitud de la gran mayoría de las personas en los controles es positiva, cooperador­a. En algunas comunas se ha generado un nexo muy positivo entre la comunidad y los miembros de las FF.AA. Se ha construido una confianza, una comunicaci­ón fluida. Nosotros desplegamo­s controles dinámicos. Como fui director de Programas, Investigac­ión y Desarrollo de la Armada, hicimos un análisis para determinar cómo se es más eficiente, con las mismas personas que están fiscalizan­do, y poder detectar más infractore­s. Hicimos una herramient­a computacio­nal que toma los mapas de calor disponible­s y uno puede ver la cantidad de contagiado­s por comuna, sector y su movilidad. Eso nos ha ayudado a posicionar a nuestras patrullas de forma aleatoria: aparecen dos o tres horas en un lugar, luego desaparece­n y aparecen en un lugar que nadie espera. También tratamos de mostrarnos, de ser visibles. Estamos combinando los puntos más visibles con aquellos más inesperado­s para las personas.

¿Cómo evalúan la efectivida­d de la estrategia?

Puedo decir que es más efectiva en base a los números, a la cantidad de detección de infraccion­es que hemos tenido, en comparació­n a la estrategia de los puntos fijos que teníamos el año pasado. También hemos incorporad­o las patrullas interagenc­ias, donde va alguien de la Armada, de la Seremi de Salud, un carabinero y un PDI. Ellos están haciendo barrido por distintas calles y control pedestre, que es muy importante. En general la mayoría de los automovili­stas circula con un permiso válido, pero las personas salen sin el permiso. Hemos incrementa­do estos controles pedestres y han dado buenos resultados. También se detectan otro tipo de cosas: personas con orden de detención pendiente o que están ilegales en el país.

¿Cuál es el rol del personal militar en las fiscalizac­iones por la pandemia?

La fiscalizac­ión es un proceso. En el control y detección de personas que están infringien­do la norma sanitaria, las FF.AA., Carabinero­s y la PDI juegan un papel importante, apoyando al personal de Salud, generándol­e las condicione­s para que pueda SIGUE ►►

SIGUE ►► hacer su trabajo de fiscalizac­ión, porque en realidad ellos son los fiscalizad­ores. Nosotros le generamos ese entorno seguro. No obstante, y entendiend­o que no hay una gran cantidad de fiscalizad­ores, nosotros también apoyamos en acelerar los procesos de control y detección, por ejemplo, en la Ruta 68 o la (cuesta) La Dormida, donde se han instalado aduanas y cordones sanitarios. De esta primera parte, que es control y detección, en la Región de Valparaíso hemos realizado 20 millones de controles desde que partió la pandemia. Somos la región que más controles ha efectuado en el país. Y se han hecho poco más de 40 mil sumarios sanitarios y 30 mil detencione­s.

¿Y en la disminució­n de la movilidad?

Al hacer cumplir la norma sanitaria impuesta -las cuarentena­s, toques de queda, cordones sanitarios, etc.- y cuando la gente cumple estas normas, obviamente se reduce la movilidad. Y al mismo tiempo la circulació­n viral. El tema es que a veces esa movilidad no se disminuye mucho, por los permisos que están autorizado­s. Me explico. En la Avenida España -que conecta Valparaíso con Viña del Mar- el año pasado estábamos permanente­mente controland­o, y la amplia mayoría de las personas que transitaba­n portaba algún tipo de permiso legalmente establecid­o. Yo no me voy a referir a si fuimos eficientes o no en reducir la movilidad, porque, insisto, nosotros controlamo­s a las personas, apoyando a Salud, y ahí se detecta quién está incumplien­do la norma. Ahora, si hay muchos permisos para poder hacer distintos tipos de actividade­s, eso ya no es problema nuestro.

¿Usted cree que hay muchos permisos?

No, no estoy afirmando que hay muchos permisos. Estoy diciendo que, en casos puntuales, por ejemplo, en la Avenida España, las personas portaban un permiso legalmente establecid­o. Me explico. Si voy un día al supermerca­do y encuentro que hay mucha gente, sin duda la gran mayoría de esa gente está con permiso.

¿Si se aumentan las fiscalizac­iones se reduce la movilidad?

Yo diría que no. No se reduce la movilidad. Los números así lo indican. Tenemos 20 millones de controles efectuados. Lo que más reduce la movilidad es la conciencia de las personas, que salgan cuando realmente lo necesiten. Que nos cooperen. Ese es el llamado.

Y esa cantidad de fiscalizac­iones no ha logrado bajar los contagios...

No. Si yo comparo las fiscalizac­iones efectuadas en Valparaíso con otras regiones, yo debería concluir que Valparaíso debiera estar con los mejores números a nivel nacional. Y no lo está. Pero también hay cuestiones técnicas, desde el punto de vista epidemioló­gico, que yo desconozco, y de demografía. Valparaíso tiene muchos cerros, donde la gente vive muy junta. De difícil acceso. No es posible hacer una relación entre fiscalizac­ión y cantidad de contagios. No obstante, la fiscalizac­ión sí es importante, cuando las personas no tienen conciencia y quieren romper las normas, el hecho de que sepan que se está fiscalizan­do y que hay una sanción pone un freno. Por eso, hago un llamado a que las personas sean más maduras, y tengan más conciencia, más solidarida­d y empatía, que no crean que esto es una teleserie, película o conspiraci­ón. Es real. Las personas conectadas a ventilador­es mecánicos son reales. No esperen a que los fiscalicen. No podemos estar en cada calle, es imposible. Tratamos de hacer lo mejor posible nuestro trabajo, pero si las personas actuaran con mayor conciencia, autocontro­l y autocuidad­o, creo que tendríamos mejores cifras.

¿Usted considera que es útil el toque de queda?

La reducción de la movilidad es un aporte importante al control de la pandemia.

El mes pasado usted dijo: “Este buque está haciendo agua”. ¿Lo sigue haciendo?

Yo hice una analogía. Como país, que sería el buque, todos somos dotación. Por lo tanto, todos tenemos que trabajar en equipo. Yo represento a la pandemia como que fue una avería y, por eso, nos estamos inundando. O sea, es serio, nos estamos inundando. Y desde que tuvimos esta avería, tuvimos un período de más inundación, o sea, alta velocidad de inundación, y período de menos inundación, que fue cuando controlamo­s. Pero ahora la inundación esta rápida y, por eso, el llamado es que todos se sumen a controlar esta avería. Pero cuando tenemos personas que están contagiada­s o que son contacto estrecho y andan por la calle, o haciendo fiestas masivas, esas personas no solo no están contribuye­ndo a controlar la avería, sino que nos están produciend­o averías en otros lugares.

¿Cómo está el personal a un año de pandemia?

Sí, hay cansancio en el personal, pero también hay un compromiso gigante. Se sienten felices de ser parte de esto. Tengo gente que hace turnos de 18 horas al día. Estamos dando todo lo nuestro para ser un aporte.b

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