La Tercera

Raimundo Rebolledo: “Me entreno día a día para lograr mi sueño de jugar en la Premier League”

- Cristian Barrera

Catuto (23 años) ya suma cinco títulos de Primera División con Universida­d Católica. Incluso, pese a su juventud, también ha sido capitán. Si bien el lateral derecho de los cruzados es un futbolista de bajo perfil, se ganó con merecimien­tos un espacio en la historia más dorada del tricampeón del fútbol chileno.

Con solo 23 años, Raimundo Rebolledo se ha convertido en uno de los referentes más jóvenes y ganadores de Universida­d Católica. Cinco títulos de Primera División y tres Supercopa lucen en su palmarés, pero también una jineta de capitán, la que portó por primera vez en diciembre pasado. No es casualidad, porque el progreso de Catuto como futbolista ha sido evidente, no solo como lateral derecho, su puesto natural, sino también en otras posiciones, como lateral izquierdo, cuando ha sido requerido. “Estoy en el mejor momento de mi carrera”, reconoce el defensa del tricampeón del fútbol chileno, en entrevista con El Deportivo. Si bien perdieron ante Audax, el inicio de la temporada ha sido positivo…

Sí. Para nosotros fue muy bueno empezar con el pie derecho, porque tuvimos pocas semanas de trabajo. Fuimos el equipo que empezó más tarde a entrenar, con técnico nuevo, más encima. Estoy feliz de que se nos hayan dado los resultados, pero obviamente tenemos mucho que mejorar para poder estar otra vez en la punta. Hace menos de un mes ganaron la Supercopa tras golear a Colo Colo…

Era nuestro primer partido con técnico nuevo. Llevábamos poco trabajo y nos habíamos enfocado más en lo físico, que es lo primordial para jugar bien. Nos costó un poco agarrar la pelota. Teníamos compañeros nuevos, como Juan (Leiva), entonces el primer tiempo se vio bastante parejo. Lamentable­mente, nos hicieron los goles, pero los que estábamos en la banca siempre tuvimos esa hambre de entrar. Sentíamos que podíamos revertir el resultado. Me tocó entrar junto con Marcelino y Diego Valenaños

cia. Siento que pudimos darle otro aire al equipo. Entramos con muchas ganas, muy frescos, muy claros de cómo se estaba dando el partido. Por suerte, se nos pudo dar el resultado y pudimos transmitir­les eso a los compañeros, lo que demuestra que somos un grupo unido, es decir, el que entra lo hace con esa hambre de hacerlo igual o mejor que el que está jugando. ¿No se les acaba el hambre?

No, para nada. También se nos ha dado que han llegado distintos técnicos en estos cuatro

y cada jugador quiere demostrarl­e al técnico nuevo que puede ser titular. Siento que eso hace subir el nivel del plantel y de la competenci­a interna; como consecuenc­ia, se nos dan los resultados. En estos años también se ha mantenido a gran parte de los jugadores que han ganado los títulos, entonces nos vamos haciendo una familia. ¿Y cuál es la clave del dominio cruzado? Defínalo en un concepto.

Unidad del equipo. Los jugadores somos muy unidos, pero también lo somos con el cuerpo técnico, dirigentes, kinesiólog­os y con todos. En el club hay muy buena relación. Todos los estamentos somos unidos y siento que trabajamos en conjunto para conseguir esos objetivos. Si se nos han dado los resultados, no es solo gracias a los jugadores, pasa también por el cuerpo técnico, médico, administra­tivo. El club se maneja de muy buena manera, en todo ámbito, en redes sociales. Es un todo que calificarí­a como unión de grupo. ¿Está en el mejor momento de su carrera?

Sí, sin duda. Me siento muy bien física y técnicamen­te. La experienci­a de jugar los campeonato­s me ha dado un plus y me ha hecho crecer como jugador. Obviamente, aún tengo

mucho por mejorar. Creo que año a año me he ido sintiendo mucho mejor.

Desde su debut, en 2016, ha jugado hasta de lateral izquierdo, y lo hizo bien. ¿Cuál es su disciplina y cuáles son sus claves para trabajar?

Ha sido un largo camino. Me ha tocado jugar en distintas posiciones. De hecho, mi debut fue de puntero. Primero que todo, me gusta estar bien físicament­e. De ahí parte todo, estando bien ahí uno puede empezar a mejorar lo técnico y lo táctico. También soy muy consciente del descanso y la alimentaci­ón, que es fuera de la cancha. Y también dentro de la cancha tenemos un sicólogo deportivo que personalme­nte me ha ido impulsado a mejorar, a enfrentar los desafíos que se nos van proponiend­o. Por ejemplo: mejorar los centros. Entonces, él te va poniendo distintas metas y te impulsa a ponerte objetivos que, a la larga, van dando frutos y uno va mejorando. ¿Y cuál es la meta que se impuso para este año?

La faceta ofensiva. Año a año, me he ido soltando en esa faceta, pero obviamente tengo mucho más por dar. Puedo mejorar. Soy joven aún

y si lo practico puedo mejorar para algún día dar un salto como jugador. También tiene a José Pedro Fuenzalida en su posición...

Eso mismo te iba a decir. Siguiendo con el ejemplo de los centros, el Chapa tira muy buenos centros. Entonces, a la hora de mejorar, lo observo a él, le pregunto cómo lo hace, de qué manera lo hace. O con el tema de mejorar la marca. Soy muy cercano a Germán Lanaro, así que le pregunto a él, le pido consejos para mejorar el tema del duelo. Siento que uno tiene que apoyarse en los referentes y en los jugadores de mayor experienci­a. O sea, por algo están donde están y han tenido la trayectori­a que tienen. Eso te ayuda a mejorar. ¿El Chapa le ha dejado la vara alta a los laterales?

Sí, todos sabemos la calidad de jugador que es el Chapa y además tiene eso de la polifuncio­nalidad, que puede jugar bien en la posición que lo pongas. No sé si a los laterales específica­mente, pero como jugador es un ícono de lo que representa Católica. Dese chico, a uno en Católica le inculcan la polifuncio­nalidad, el entender el juego, y el Chapa lo hace a cabalidad. Eso lo ha llevado a estar donde está, la Selección, tener un recorrido internacio­nal. Por algo es un referente en Católica.

Pese a su juventud, usted ya fue incluso capitán de la UC, ¿cómo se dio aquello? ¿Qué significó para usted, un jugador de más bajo perfil que otros del plantel?

En Católica es prácticame­nte una tradición que los capitanes sean formados en casa. Todos sabemos que hay capitanes que no portan la jineta, como Matías (Dituro), Luciano (Aued) o Germán (Lanaro), que son líderes positivos que hablan mucho y te guían. Es una tradición que sea un formado en casa y justo ese día se dio que el Chapa no iba a jugar. Él y Toselli hablaron conmigo y me dijeron, el día anterior, que yo iba de capitán. Para mí, obviamente, era un desafío y una alegría inmensa. Portar la jineta del club del que uno es hincha es algo impagable. Nunca he sido de hablar mucho, tanto dentro como fuera de la cancha. Tampoco soy un jugador mediático, pero trato de representa­r siempre en la cancha los colores y los valores que inculca Católica. ¿Esos valores lo acompañan en su vida diaria?

A uno desde chico le enseñan a ser buena persona y creo que uno dentro de la cancha también demuestra lo que es afuera. O sea, personalme­nte, no voy a cambiar mucho mis actitudes dentro y fuera de la cancha, aunque obviamente está la adrenalina de jugar. Trato de ser buena persona, más allá de poner una patada propia del juego, pero nunca voy a ser mala leche o algo por el estilo, porque en mi día a día no soy así. ¿Qué técnico es el que más ha influido en el crecimient­o de su juego?

Creo que Ariel (Holan). Hasta ahora los que me han tocado han sido Beñat (San José), Gustavo Quinteros y Ariel. Con Gustavo Poyet llevamos muy poco, así que no podría decir nada concreto aún, pero de esos tres sin duda que Ariel. Al principio, nos pedía cosas que yo no entendía, o que un jugador por ahí cree que no

tienen mucho sentido, pero después, cuando uno lo recrea en la cancha, jugando contra rivales, se da cuenta de que se te hace mucho más fácil jugar. Posicionar­se de tal manera o en tal lugar hacía mucho más fácil jugar. En ese sentido, me abrió la mente y me hizo ir probando distintas maneras de jugar, con las que me sentí bastante cómodo y que me han ayudado a crecer en mi todo como jugador. Grafique con un ejemplo lo que acaba de decir.

En una jugada concreta, cuando salíamos jugando, nos pedía a los laterales que nos tiráramos muy atrás, más allá del área grande, o sea, casi parados a la altura de un central. Eso, al principio, a mí no me hacía mucho sentido, porque quedábamos muy lejos del otro arco para salir jugando. Sentíamos que atraíamos la presión, pero al final eso tenía un porqué, que era generar espacio más adelante, porque a la hora de que me dieran la pelota a mí, se me iba a hacer mucho más fácil, porque iba a tener más jugadores libres adelante. A medida que íbamos jugando y se iban dando esas situacione­s, uno entendía el porqué y se hacía más fácil salir jugando. ¿Le hubiera gustado que se quedara Holan?

Lo veníamos haciendo muy bien con Ariel, pero sabíamos que tenía esa cláusula de salida. Nadie sabía qué esperar. Con todos los cambios de técnicos que llevábamos, sentíamos que se podía ir, porque tenía ofertas de afuera. Ariel es un gran técnico, por algo tiene la trayectori­a que tiene y está donde está. ¿Cuáles son sus primeras sensacione­s sobre Poyet, con respecto a su trabajo e ideas?

Me he sentido bastante cómodo en este poco tiempo que llevamos. Se nota que fue jugador de fútbol. Entiende mucho lo que uno siente

dentro de la cancha, sabe llevar muy bien el grupo. En ese sentido, nos deja a todos muy buenas sensacione­s. Me siento bastante cómodo con lo que me pide como lateral. Somos defensores, así que lo primero que nos pide es cerrar nuestra banda, estar firmes en el duelo y sumarnos al ataque. Creo que me siento bastante identifica­do con la forma en que él ve a los laterales. Se ve que es un técnico risueño y cercano con ustedes...

Sí, es muy cercano. De repente se acerca y te habla de ciertas cosas, te tira un chiste. O si falta uno se mete al entrenamie­nto, cuando se hacen un poco más lúdicos. Creo que eso le da un plus distinto al jugador, porque él sabe lo que uno siente. Y también le da un plus a él como técnico. ¿Les seduce su estilo? Porque es más defensivo, muy diferente al de Holan...

Siempre con los distintos técnicos hemos sido muy abiertos a las diferentes ideas de juego que han tenido. En este caso, creo que los últimos tres no han sido muy distintos entre sí. Creo que Poyet nos está dando también otra intensidad. Él dirigió en Europa y allá la intensidad es distinta a la de acá. Y eso nos está tratando de impregnar, aparte de su idea de juego. Creo que esa intensidad nos podía ayudar a lograr muchas cosas. ¿Aún su sueño es jugar en Inglaterra? Poyet triunfó en la Premier, ¿le ha pedido consejos?

Claro, sin duda, ese sueño sigue intacto. Me entreno día a día para poder lograr ese sueño de ir a la Premier League. Obviamente, ahora estoy pensando en Católica, pero el sueño de mi carrera es ir a jugar allá. Algo hemos hablado, quizás un poco más con Diego Poyet, el hijo de Gustavo. Hemos conversado de ese tema,

porque nació en Europa, jugó fútbol en las inferiores del West Ham, en distintos equipos, también acá en Sudamérica. He podido preguntarl­e acerca de la intensidad. Diego vivió en primera plana la carrera de su papá. Te va diciendo distintas cosas que trato de impregnarl­as a mi juego para poder cumplir mi sueño. ¿La Selección es un objetivo?

Es un sueño, pero lo primero es Católica, porque si uno juega bien en el club, es titular indiscutid­o y lo hace de buena manera, la Selección y esas cosas llegan solas, pero primero estoy enfocado en entregarme al ciento por ciento en el club. Su contrato termina en 2021, ¿cómo avizora el futuro? ¿Está negociando con la dirigencia?

Sí, estamos negociando. Siempre he tenido buena relación con Católica. Ya estamos viendo ese tema. Veremos cómo se da, pero Católica es el club que me formó, que me dio todo desde chico. No tendría por qué haber inconvenie­ntes para renovar.

A los hinchas cruzados les gusta ponerle apodo a los jugadores. A Ud. le dicen Cafuto. ¿Qué le parece?

Jajaja. Me da risa, pero a los hinchas les gusta. Bueno, todos sabemos el enorme peso que tiene Cafú en el fútbol y, obviamente, es un modelo a seguir. En el camarín nos reímos con los apodos... con los de todos, eso sí, no solo con los míos, entre todos bromeamos y disfrutamo­s mucho con el juego de los hinchas.

Ud. es muy amigo de Diego Valencia. Incluso, hasta hace poco, vivían juntos. ¿Cómo lo ha visto este tiempo en que no ha jugado en su posición? ¿Le afectaban las críticas de los hinchas?

Con Diego somos como hermanos. Siempre lo apoyé. Siempre se ha entrenado muy bien. Nunca ha puesto una mala cara, siempre una sonrisa. Sabe que jugar en distintas posiciones le da otro valor como jugador. Este año, como puntero, lo ha hecho muy bien. En el entrenamie­nto se le ve con mucha confianza. Tiene esa mentalidad de que siempre quiere mejorar. Es de los primeros en llegar y de los últimos en irse. Hace trabajos extra. Creo que la gente muchas veces no ve esas cosas de los futbolista­s, en general, y no entiende por lo que uno pasa. Desde afuera se ven las cosas distintas y te puedo asegurar que Diego es de los jugadores más trabajador­es del club. Siempre quiere hacerlo de la mejor manera. Y si no se le da por tema de juego, te lo va a suplir con ganas y con la mejor cara posible. ¿Cuáles son las expectativ­as para este año: tetracampe­onato o torneo internacio­nal?

Nunca hemos optado por una copa u otra. Tenemos esa hambre de que queremos ganarlo todo. Sabemos que en el ámbito internacio­nal estamos en deuda y nos estamos preparando de la mejor manera para llegar lo más lejos posible. También sabemos que el Torneo Nacional siempre es un objetivo. Queremos revalidar el título y hacerlo de la mejor manera en la Copa Chile. Creo que tenemos un muy buen plantel, bastante amplio, con muchos jugadores jóvenes que tienen hambre de jugar. Vamos a enfrentar con seriedad todos los frentes. No vamos a dejar ninguno de lado.b

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