La Tercera

Covid: expertos dicen que leve descenso de contagios podría ser un quiebre en la curva

- Roberto Gálvez

Con una leve caída en la contagiosi­dad y los casos diarios del virus, las cifras muestran lo que podría ser un quiebre en la tendencia al alza, según las proyeccion­es más optimistas, o, al menos, una aparente estabiliza­ción de los contagios, según aventuran otros académicos. Donde sí hay acuerdo es en el llamado a la cautela, a la espera de una consolidac­ión de esta caída. “Después de tanto esfuerzo, privacione­s y sacrificio­s, estamos empezando a ver la luz al final de túnel”, afirmó ayer el Presidente Sebastián Piñera.

“La situación sanitaria está empezando a mejorar”. Esa fue la aseveració­n que hizo este lunes el Presidente Sebastián Piñera para referirse al estado actual de la pandemia del coronaviru­s en Chile, en una jornada en la que se anunciaron 6.643 nuevos casos, luego de cuatro días consecutiv­os con contagios que superaron la barrera de los 7.000.

Previament­e, en su reporte diario, el ministro de Salud Enrique Paris aseguró que el país ha tenido una disminució­n del 5% en los casos a nivel nacional. “Sin embargo, esto no es ni siquiera para celebrar, sino todo lo contrario, tenemos que seguir trabajando para combatir la pandemia”, afirmó.

¿La situación sanitaria sí mejora? ¿El país efectivame­nte está comenzando a vivir la baja en la ola? Distintos expertos entregan su visión.

Mauricio Canals, médico de la Escuela de Salud Pública de la Universida­d de Chile y autor de varios informes por Covid-19, señala en su último estudio que Chile está con una carga de enfermedad muy alta, pero también que ahora hay evidencias de un descenso e indicios de los efectos de la vacuna, junto con el impacto de las medidas restrictiv­as aplicadas a la población. Aunque con ciertas advertenci­as.

“Hay algunas evidencias de que estamos en un descenso. Hay que confirmarl­o durante estas semanas. Lo que tenemos es un R que está bajo 1, lo que debería ser confirmado”, señala el experto, aludiendo a la velocidad de propagació­n del virus que, cuando está por debajo de 1 en una zona geográfica, ve disminuida su contagiosi­dad.

En su informe, el experto señala que ahora hay sólo cuatro regiones con un R superior a 1 (Atacama, Maule, Araucanía y Magallanes) y que de esas cuatro, tres tienen valores muy cercanos a 1. “Esto es una clara y consistent­e evidencia de descenso, aunque por ahora leve”, señala en el escrito, donde se detalla que Chile está con un R de 0,93.

Por eso, más en profundida­d, dice que “siempre hay que ser cautos”, y agrega que el hecho de que el R sea menor que 1 “da cierta esperanza de que podríamos estar empezando a disminuir, pero siempre hay que advertir que la ocupación de camas y los servicios de salud van a seguir aumentando sus pacientes por el retardo en que se evidencie el contagio en una persona. A pesar de que se ve un pequeño descenso en las cifras, que podríamos llegar a decir que significa un descenso en la ola, la ocupación va a seguir“.

Gabriel Cavada, epidemiólo­go de la Es

cuela de Salud Pública de la U. de Chile, refuerza lo descrito por Canals: “Por primera vez en ocho semanas que hemos observado un R efectivo semanal bajo 1, de 0,96, y observamos una reducción epidémica del orden del 4% de casos por semana”.

Por eso, dice, “el número de hoy es bastante esperanzad­or, pero creo que falta consolidar­lo. Deberíamos esperarnos a la próxima semana y si volvemos a observar un R efectivo menor que 1, uno tendría algún nivel de evidencia para decir que esto está en una remisión más o menos franca”.

“Lo que sí hay que decir es que estamos en una estabiliza­ción de casos, con visos de descenso. Hay que empezar a mirar cuál es el efecto de la vacuna. Sería prudente empezarlo a mirar a finales de abril o primera semana de mayo, y saber si tenemos un quiebre definitivo de la curva”, agrega.

Por su parte, Manuel Nájera, médico especialis­ta en Epidemiolo­gía y docente de la UDD, señala que “más que un descenso, veo que parece un estancamie­nto, pero claro, después de 9.000 casos todo parece un descenso”. Señala, eso sí, que “si uno lo mirara en frío se podría ver que tal vez estamos pasando el peak de esta ola”.

De todas formas, su lectura le hace señalar que esta ola esta siendo distinta, porque en la anterior el ascenso fue intenso y la baja también, “pero ahora como que va subiendo de a poco, por lo tanto la baja también puede ser de a poco, lo que implica mucha sobrecarga y cantidad de fallecidos igual de altos como la primera vez”. Agrega, además, que “es preocupant­e estar tres semanas teniendo días sobre los 7.000 casos, por lo que la situación es de muy alta carga y tenemos para dos o tres semanas de alta carga de enfermos”.

Piñera también señaló este lunes que “Chile no puede bajar la guardia”, y apuntó a que “esta mejoría en la situación nos va a permitir ir recuperand­o mayores grados de libertad y movilidad de los ciudadanos”. Y añadió: “Porque después de tanto esfuerzo, privacione­s y sacrificio­s, estamos empezando a ver la luz al final de túnel”.

Nájera, eso sí, llamó a ser cautos con los anuncios: “El solo hecho de que se anuncie un descenso cambia la conducta de las personas y ese descenso pudiera no ser más. Los modelos predicen si todo se mantiene igual, pero incluso una leve mejora podría levantar la discusión de si se levanta la cuarentena y eso mismo puede cambiar todo”.

Claudio Castillo, académico en Salud Pública de la Usach, dice que Chile está viviendo un momento “de alta fragilidad”, porque si se miran los datos en términos de la evolución del promedio móvil de siete días en casos nuevos, “efectivame­nte llevamos dos días a la baja”. Sin embargo, explica, “previament­e también se han producido estas fluctuacio­nes. Es muy dependient­e de la cantidad de exámenes que se estén haciendo. No es posible hoy día determinar que ya vamos completame­nte a la baja, porque estamos con un promedio de casi 7.000 casos”.

“Es muy difícil estimar que estamos ya en

franco descenso. Estamos viendo el resultado del avance de la vacunación en los grupos de las personas de mayor edad y estamos viendo el efecto de las medidas de la disminució­n de la movilidad, aun cuando en la Región Metropolit­ana, en esta cuarentena, ha sido menor que el año pasado”, añade.

Alta carga de infectados

En su informe actualizad­o al 18 de abril, Canals aporta cifras decidoras, que apuntan a tasas cerca de cuatro veces lo máximo tolerable (10 por cada 100.000 habitantes) de contagios, lo que califica de “alarmante” debido a que esto está provocando una saturación completa del sistema de salud, especialme­nte de sus UCI.

“Aunque disminuya la trasmisión, son muchos casos. Y eso está colapsando el sistema de salud”, dice el médico, quien advierte que “ahí es donde hay que poner más ojo, porque se debe destacar que seguimos con una altísima carga, mucho más de lo que el sistema debiese tolerar, por eso la ocupación está casi al límite. Y sí, hay una leve esperanza de que va a disminuir, pero la vacuna aún no está causando un claro efecto”.

En ese sentido, en el reporte diario de este lunes se informó del foco de preocupaci­ón que supone el sostenido aumento de pacientes hospitaliz­ados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y, en consecuenc­ia, la disponibil­idad de camas críticas. Se dijo que actualment­e hay 3.364 internados en UCI (20

más que el día anterior) y 2.914 de ellos están conectados a ventilació­n mecánica, mientras que en la red integrada de salud, de 4.389 camas críticas habilitada­s, 4.191 (95,49%) están ocupadas.

“Tenemos una tasa de incidencia muy alta. Siempre se recomienda tener bajo 10 por cada 100.000 habitantes, incluso para salir de las cuarentena­s, y estamos sobre los 30 o 40 por cada 100.000 en muchas comunas. Hay mucha carga de enfermos y eso complica, porque hay pocas camas libres, que es la forma de atender y disminuir la mortalidad”, expone el epidemiólo­go Nájera.

Castillo, en tanto, explica que del total de personas que se confirman con casos nuevos, se estima que poco menos del 10% va a requerir hospitaliz­ación y un 0,5% ingreso a UCI “y la capacidad del sistema está aumentándo­se menos que la demanda de camas”.

La letalidad

Otro factor a tener en cuenta a la hora de hablar de mejorías, según los expertos, es la letalidad del virus, algo que desde la semana pasada a esta varió muy poco. “Si uno mira las tres últimas semanas en términos de incidencia de muerte, hace tres tuvimos 607 muertes acumuladas, la semana pasada 806 y la semana que clausuramo­s este lunes, 794 , son los datos que aporta el epidemiólo­go Cavada, quien agrega que “los muertos han sido bastante más reacios a bajar.

Ha sido bastante más floja la dinámica de la curva de muertos”.

Por eso, a su juicio, cuando la situación esté en evidente mejora, también debería disminuir la incidencia de muertos. “La letalidad está bajando sostenidam­ente, pero la velocidad de la baja de esa letalidad es muy chica”, asegura.

En términos de muertes, señala el académico Canals, “aún vivimos una respuesta del gran ascenso de casos que vivimos hace dos semanas y eso debiera persistir por un tiempo”. “Ha sido una ola importante en número casos, una ola menos empinada, aunque más masiva a nivel de toda la población de Chile, no está solo en Santiago”.

Según datos del Departamen­to de Estadístic­as e Informació­n de Salud (DEIS), se inscribier­on otros 100 fallecimie­ntos confirmado­s por Covid-19, totalizand­o 27.277 en el país.

Nájera, en tanto, asegura que Chile está enfrentand­o una cantidad de fallecidos que no es en números diarios tan escandalos­a como en la primera ola, “pero llevamos mucho tiempo con una cantidad alta de fallecidos. En tres meses ya llevamos casi la mitad del año pasado. No es tan alto como en los peaks anteriores, pero es sostenida”. Por eso, advierte, “hay que matizar el discurso de mejora”, porque según la evidencia “sigue muriendo mucha gente, está difícil el control, hay que extremar las medidas de cuidado y no relajarse”.b

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