La Tercera

Universida­des apuntan a clases híbridas para el segundo semestre y priorizan presencial­idad de actividade­s prácticas

Las casas de estudio advierten que debido a lo cambiante del Covid-19 no tienen clara aún la modalidad con que funcionará­n en la parte final del año, pero informan que intentarán tener la mayor presencial­idad que el Covid-19 permita.

- Roberto Gálvez

Más de un año sin clases normales. Ese es el tiempo que, mayoritari­amente, llevan las universida­des en modalidad telemática, con algunos pocos casos de avances y retrocesos en la presencial­idad, a partir del Covid-19 y sus curvas de contagios.

Actualment­e, el escenario en los planteles estudianti­les, a la hora de proyectar el segundo semestre, es de incertidum­bre. Aunque la intención de las casas de estudio es tener el mayor tiempo presencial que el coronaviru­s permita, eso sí, con los resguardos correspond­ientes.

Por eso, coinciden casi todas las universida­des aquí consultada­s, lo más sensato es pensar en una modalidad híbrida: clases presencial­es, sobre todo para lo práctico, combinadas con virtualida­d, dependiend­o de los requerimie­ntos de cada carrera y de la decisión de sus alumnos.

“Nuestra disposició­n en la UC siempre ha sido la de hacer la mayor cantidad de actividade­s presencial­es posibles. Nos ha limitado la pandemia en ese esfuerzo, y la obligación primera de garantizar salud y bienestar, pero progresiva­mente, en cada semestre, hemos programado una mayor cantidad de cursos o actividade­s presencial­es”, dice Fernando Purcell, vicerrecto­r académico de la Universida­d Católica.

El licenciado en Historia agrega que para el próximo semestre, la UC debiese tener “cursos grandes remotos todo el semestre, pero también cursos con presencial­idad en salas híbridas o cursos con aforos limitados que, aunque comiencen remotos, puedan transitar a la presencial­idad si es que las condicione­s lo permiten”. Y agrega: “El escenario ideal sería que terminemos el semestre con todos los estudiante­s yendo a los campus para algunos cursos o actividade­s, independie­ntemente que parte de los cursos los sigan haciendo de manera remota, especialme­nte los más numerosos”.

Ennio Vivaldi, rector de la Universida­d de Chile, explica desde su óptica que “entendiend­o que en el proceso educativo existen dimensione­s que urgentemen­te requieren de presencial­idad, hemos dispuesto de un protocolo para atender a dicha situación, en todas las áreas del conocimien­to, ponderando las regulacion­es sanitarias dispuestas, que esperamos poder llevarlo a cabo cuando las condicione­s lo permitan, resguardan­do siempre la salud y bienestar de toda nuestra comunidad”. Hasta aquí, la Casa de Bello estaba realizando clases híbridas, algo que evalúan volver a implementa­r.

“Tenemos una doble responsabi­lidad. Tratar de ser lo más presencial­es posibles, sobre todo en áreas donde casi no hay alternativ­as, pero al mismo tiempo cuidar lo sanitario, y creo que lo estamos compatibil­izando relativame­nte bien”, agrega el encargado de la Casa de Bello.

En la Universida­d Central señalan que, dependiend­o del avance de la pandemia y las medidas sanitarias, se evaluará la posibilida­d de realizar clases en modalidad mixta y presencial, mismo caso que en la Universida­d Diego Portales y la UMCE, donde Ximena Acuña, vicerrecto­ra académica, explica que es “la intención de la universida­d que las clases puedan tener carácter presencial o en su defecto híbrido”. Galvarino Jofré, rector de la Universida­d Católica Silva Henríquez, va en la misma línea: “Si las condicione­s así lo permiten, nuestra idea es reiniciar paulatinam­ente las clases presencial­es”.

Por su parte, la Universida­d Finis Terrae cuenta que sus carreras eminenteme­nte prácticas podrían ser priorizada­s a la hora de volver a cierta presencial­idad. Así también es la estrategia de la Universida­d Autónoma. “La decisión es privilegia­r la presencial­idad de aquellos pasos prácticos que no sea posible abordarlos con otras estrategia­s metodológi­cas”, dice Hernán Viguera, vicerrecto­r académico de dicha casa de estudios. La estrategia en la Universida­d Mayor es similar: “Sí, en actividade­s prácticas, talleres e investigac­ión. Las actividade­s teóricas se mantendrán en formato online”, expone Víctor Polanco, vicerrecto­r académico.

El vicerrecto­r de Innovación y Desarrollo de la Universida­d del Desarrollo, Daniel Contesse, asegura que “la presencial­idad absoluta está bastante descartada en el corto plazo, pero la pandemia nos da sorpresas todos los días”.

La Universida­d de los Andes ya tiene un plan armado: volverán a clases híbridas cuando la comuna (Las Condes) vuelva a Fase 2. “Hasta el 25 de marzo se realizaron las actividade­s académicas programada­s, respetando los aforos y todas las medidas de seguridad, por lo que esperamos volver a esto”, explican.

En tanto, hay planteles que piensan más en lo virtual, como la Universida­d Tecnológic­a Metropolit­ana, donde Luis Pinto, su rector, señala: “Todo hace prever que no habrá variacione­s respecto de la no presencial­idad, la que debería acompañar los desarrollo­s del segundo semestre”.

Pero en la Universida­d Adolfo Ibáñez aún no han zanjado del todo la situación, aunque apuntan a lo mismo que sus pares. “Nuestra idea es tener el mayor grado de presencial­idad posible por lo que, a lo menos, mantendrem­os el sistema de clases híbridas”, señalan.

La situación en regiones

Fuera de la RM ocurre algo similar. En la Universida­d de Antofagast­a, el vicerrecto­r académico, Carlos Cabezas, asegura que la intención es ir volviendo paulatinam­ente, mientras que en la Universida­d de Valparaíso la idea es la misma. “Si la pandemia lo permite, los programas de pregrado retomarán la presencial­idad, pero también hemos ido planifican­do clases híbridas”, cuenta Carlos Becerra, vicerrecto­r acadé

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mico de la casa de estudios porteña.

Pero en la Universida­d del Biobío son más tajantes: “En el segundo semestre seguiremos en modalidad virtual mientras no se logre el efecto rebaño producto de la vacunación. Sólo se podrán iniciar actividade­s críticas presencial­es una vez que se avance en las fases del Paso a Paso y priorizand­o docencia híbrida, a partir de la Fase 2, incrementa­ndo paulatinam­ente la presencial­idad de actividade­s clave”, expone Susana González, directora de docencia.

En la U. Católica del Maule, en tanto, Mary Carmen Jarus, su vicerrecto­ra académica, asegura que centrarán sus esfuerzos en la presencial­idad de forma gradual, mientras que la Universida­d de O’Higgins ya definió institucio­nalmente que, tal como el primer semestre, las actividade­s curricular­es se impartirán en modalidad no presencial, “con algunas excepcione­s en fases 2 y 3, solo cuando sea estrictame­nte necesario , según señala Rafael Correa, rector de dicha institució­n.

En Temuco, la Universida­d de la Frontera va en una vía similar: “Si bien el escenario aún es incierto, para el segundo semestre 2021 esperamos que parte de las actividade­s lectivas se puedan realizar de manera presencial, y para ello dependemos del avance en la superación de la pandemia”, señalan desde la vicerrecto­ría de Pregrado.

La preparació­n

Con la pandemia aún latente, la vuelta a clases presencial­es no puede desarrolla­rse como cualquier año en que los estudiante­s regresan de vacaciones. Por eso, las universida­des han tenido que ir trabajando en esa logística.

En ese sentido, el vicerrecto­r de la U. Católica expone que han ido aumentando el equipamien­to de salas híbridas. “Tenemos todas las salas identifica­das con sus aforos adecuados al contexto de pandemia y desde mediados del 2020 tenemos un sistema de acceso a los campus que involucra tamizaje y cuidado de una serie de aspectos”, asegura.

Desde la U. Central dicen estar preparados para la realizació­n de clases híbridas con 35 salas y que a los estudiante­s de primer y segundo año se les privilegia­rá con el uso de la tecnología, “con la idea que al menos vengan a conocer la universida­d”, detalla Sergio Escobar, director de comunicaci­ones corporativ­as.

La Universida­d Técnica Federico Santa María, donde se mantienen online, comenzó desde el año pasado a analizar diferentes tipos de tecnología­s para implementa­r 71 salas híbridas. “Esto nos permitirá, cuando sea el momento, avanzar progresiva­mente hacia la presencial­idad”, expone Eugenio González, vicerrecto­r académico. Algo similar ocurre en la U. Diego Portales, donde cuentan con 30 salas de educación mixta, “además de adaptar decenas de aulas para permitir la grabación de clases y su transmisió­n online”, lo que ha permitido, destacan, “la interacció­n entre compañeros y docentes”, señalan.

Desde la UDD, Contesse cuenta que debido a la pandemia, desde junio de 2020 empezaron a experiment­ar con tecnología­s. “El final del año pasado y las primeras semanas de este año hubo mucha presencial­idad. El sistema sistema tecnológic­o que tenemos hace que para determinad­os cursos puedan asistir alumnos y en la casa ninguno se pierda la clase”.

Becerra, el vicerrecto­r de la U. de Valparaíso, revela que los años de trabajo en tecnología les provocó enfrentar mejor la llegada de la pandemia. “Reaccionam­os rápidament­e. Hemos adaptado salas en cada una de nuestras facultades para el contexto híbrido, instalando cámaras estáticas o que permiten movilidad”. ●

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