La Tercera

EE.UU. y Europa advierten a Rusia ante supuesto agravamien­to de salud de Alexei Navalny

Después de tres semanas de huelga de hambre, el estado de salud del encarcelad­o opositor ruso se habría deteriorad­o y sus partidario­s temen que pueda morir en “cualquier momento”.

- Cristina Cifuentes

El líder opositor ruso Alexei Navalny fue trasladado a otro recinto del centro penitencia­rio en el que se encuentra después de que sus partidario­s advirtiera­n que su condición había empeorado y que podía morir “en cualquier momento”, casi tres semanas después de iniciar una huelga de hambre.

El Servicio Penitencia­rio Federal dijo en un comunicado que Navalny, de 44 años, fue trasladado a una instalació­n que “se especializ­a en atención dinámica para pacientes similares” y está en “condición satisfacto­ria” bajo la supervisió­n diaria de un médico y que había accedido a tomar vitaminas.

Sus médicos y otros representa­ntes desconocen qué régimen se le ha prescrito y si él consintió libremente dicho tratamient­o. Los partidario­s de Navalny dicen que las autoridade­s ocultan informació­n sobre su estado y describier­on la enfermería de la colonia penitencia­ria IK-3 como especializ­ada en pacientes con tuberculos­is en estado crítico. También denunciaro­n por Twitter que no se le había permitido el acceso a médicos.

Según el portal Meduza, el hospital está ubicado en los terrenos del Centro Correccion­al Nº 3, una prisión muy conocida por sus abusos contra los detenidos y donde los reclusos han informado haber sufrido tortura y abuso dentro de la sala médica. Un exrecluso denunció en una entrevista con el sitio Vot Tak, que los pacientes que protestan por las condicione­s del hospital penitencia­rio son golpeados y atados a sus camas durante días.

Los partidario­s del activista anticorrup­ción dicen que su vida “pende de un hilo” por los niveles elevados de creatina que podrían provocar insuficien­cia renal, así como niveles de potasio potencialm­ente fatales que podrían causar un paro cardíaco en “cualquier momento”.

El caso de Navalny ha aislado aún más a Moscú en un momento en que el gobierno del Presidente estadounid­ense Joe Biden anunció sanciones económicas más severas y la República Checa -miembro de la Unión Europea y la OTAN- expulsó a espías rusos, acusando a Moscú de participar en unas explosione­s mortales ocurridas en un depósito de almacenami­ento de armas en 2014.

Los gobiernos de Estados Unidos y europeos emitieron declaracio­nes exigiendo un tratamient­o adecuado para Navalny, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que el gobierno ruso enfrentarí­a “consecuenc­ias si Navalny muere”.

Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea también planeaban discutir la salud de Navalny en una reunión este lunes. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, dijo en un tuit el domingo que estaba “profundame­nte preocupada” por la salud del líder opositor ruso y pidió “su liberación inmediata e incondicio­nal”.

En la reunión también se iba a tratar las crecientes tensiones con Moscú por una acumulació­n militar en la frontera ucraniana, así como las revelacion­es de un supuesto complot de la inteligenc­ia militar rusa (GRU) detrás de una explosión mortal en un almacén de municiones checo en 2014.

El diario británico The Guardian señaló que hay pocas señales de que el Kremlin esté dispuesto a ceder a las demandas del Presidente Biden, y otros líderes occidental­es de que Navalny sea liberado de la custodia. El domingo, el embajador de Rusia en Reino Unido, Andrei Kelin, acusó a Navalny de un comportami­ento de búsqueda de atención.

“No se le permitirá morir en prisión, pero puedo decir que el señor Navalny se comporta como un hooligan, absolutame­nte”, comentó Kelin a la BBC. Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodista­s que Rusia “no estaba prestando (atención) en absoluto” a los pedidos occidental­es para la liberación de Navalny.

Huelga y protestas

El activista anticorrup­ción alcanzó la fama con videos virales que catalogan la vasta riqueza acumulada por altos funcionari­os rusos a los que califica de “estafadore­s y ladrones”. En enero pasado, Navalny divulgó en YouTube un video en el que mostraba una residencia de Putin, cuya propiedad tenía 17.691 metros cuadrados. El video fue visto por 116 millones de personas. Actualment­e Navalny está cumpliendo una sentencia de dos años y medio por viejos cargos de malversaci­ón de fondos que él considera falsos.

Navalny se declaró en huelga de hambre el 31 de marzo para protestar contra lo que, según él, fue la negativa de las autoridade­s penitencia­rias a brindarle tratamient­o para sus dolores de espalda y piernas. Rusia dice que lo han tratado bien y que está exagerando su enfermedad para llamar la atención.

Según el diario The Financial Times, después de que comenzó la huelga de hambre, Navalny afirmó que los guardias comenzaron a asar pollo en su presencia y a meter dulces en sus bolsillos para burlarse de él.

Sus partidario­s están organizand­o lo que esperan que sean las protestas más grandes de la

historia de Rusia para este miércoles, que es justo el día en que Putin pronunciar­á su discurso anual sobre el estado de la nación.

Este lunes, la oficina del fiscal general ruso dijo que acusaría a las empresas de redes sociales que no eliminaron las llamadas a la protesta de sus plataforma­s y castigaría a los padres de los niños menores de edad que asistieran. En ese sentido, el regulador de internet de Rusia, Roskomnadz­or, ordenó a YouTube que elimine un video en el que aparecen dos ayudantes de Navalny anunciando planes para realizar la protesta del miércoles, diciendo que instaba a la gente a unirse a una manifestac­ión no autorizada. Hasta el lunes por la noche, YouTube no había eliminado el video.

El Ministerio del Interior de Rusia pidió a la gente que evite las protestas. “Cualquier acción agresiva de los participan­tes en eventos públicos no autorizado­s... será tratado como una amenaza a la seguridad pública y será anulado de inmediato”, dijo en un comunicado.

Navalny fue arrestado en enero inmediatam­ente después de regresar de Alemania, donde pasó cinco meses recuperánd­ose de un envenenami­ento con el agente nervioso novichok del que culpó a Putin. El Kremlin, que sostiene que el líder opositor es un agente estadounid­ense con la intención de destruir Rusia, ha negado cualquier participac­ión en el envenenami­ento y ha sugerido que Navalny lo inventó él mismo para hacer quedar mal al mandatario ruso. •

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