La Tercera

El mapa de las barricadas que tensionaro­n las calles de 11 comunas de Santiago

Fueron 13 los puntos donde se registraro­n desórdenes en la RM. Se trató de desmanes, pedradas y barricadas. Hechos más graves ocurrieron en Ñuñoa y Pedro Aguirre Cerda (PAC),

- Víctor Rivera

En la reunión del comité policial, entre Carabinero­s y el gobierno, se analizaron cada uno de los 24 eventos violentos ocurridos la noche del martes, a nivel nacional. La idea, según comentaron altas fuentes policiales, era diseñar un plan de contingenc­ia orientado a evitar saqueos, ataques a infraestru­ctura crítica y reducir al mínimo las posibilida­des de enfrentami­entos entre policías y civiles.

Ahí, los presentes en la cita estudiaron los “puntos calientes” que marcaron los hechos de violencia del martes en la Región Metropolit­ana. En total, Carabinero­s contabiliz­ó 13 manifestac­iones que terminaron con desórdenes, en 11 comunas de la capital, a las que accedió La Tercera (ver infografía).

Entre los eventos más violentos se registraro­n dos ataques con bombas molotov en comisarías, una en Ñuñoa y otra en Pedro Aguirre Cerda (PAC). Sin embargo, la 52º Comisaría de Maipú también fue objeto de pedradas, sin uso de elementos incendiari­os.

A nivel nacional, los desmanes se concentra

ron en Antofagast­a, Copiapó y Valparaíso. También hubo situacione­s de menor intensidad en Los Andes, Llay Llay, Rancagua, Graneros y Concepción.

Otro reporte policial analizado por Carabinero­s dio cuenta que entre las 21.00 y las 23.30 del martes se registraro­n cinco situacione­s de “daños a particular­es”. Estas fueron: dos vehículos incendiado­s, en Peñalolén y Ñuñoa; un auto apedreado en Maipú, y dos supermerca­dos atacados, en Conchalí y San Bernardo.

En cuanto a las personas detenidas, Carabinero­s detectó que de los 17 detenidos, 13 tenían “a lo menos” una detención previa. En Peñalolén, por ejemplo, un hombre de 37 años mantenía ocho arrestos en su historial y había integrado siete bandas delictuale­s para la comisión de robos, hurtos y tráfico de drogas.

En Carabinero­s ponderaron los desmanes. Si bien la considerar­on como una alerta de posibles nuevos desórdenes, señalaron que la situación nunca se salió de control y que los hechos pudieron ser “normalizad­os” en un margen, promedio, de dos horas. Todo, incluso, terminó antes de la medianoche.

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