La Tercera

¿Se debe ir Dudamel? El gran dilema que heredarán los nuevos dueños de la U

- Juan Barrera Marchant

De momento, los controlado­res entrantes no tienen previsto despedir en su arribo al entrenador durante el proceso de transición. El venezolano, cuestionad­o aún más tras la derrota frente a Colo Colo, suma otro fracaso a una lista de polémicas y decepcione­s desde que tomó la banca estudianti­l.

Rafael Dudamel depende de los nuevos controlado­res. Los dirigentes entrantes, que asumirán formalment­e a fines de mayo, resolverán su continuida­d a cargo de un equipo laico que parece navegar sin rumbo. De momento, según pudo averiguar El Deportivo, el llanero no está fuera de La Cisterna, pese a las críticas y decepción que existe por el bajo nivel de los estudianti­les. Durante el tiempo que demore el proceso de transición la idea de salir a buscar un técnico no está dentro de las prioridade­s.

El estratega parece sumar día tras días episodios negros a sus antecedent­es como técnico azul. Otro Superclási­co cuyo resultado parece saberse desde antes. Otro objetivo no logrado por un técnico de Universida­d de Chile. Y en el caso de Rafael Dudamel es peor, puesto que es la segunda oportunida­d que tuvo para asaltar el Monumental y quebrar la historia. En enero empató sin goles en un partido olvidable ante el peor Colo Colo de todos los tiempos; y hoy pierde por la mínima cuando la U, como en tantas otras ocasiones, mereció más.

La victoria que podría haber grabado el nombre del venezolano en los libros del club laico ya no es posible. La derrota está consumada y los ojos de la prensa, los hinchas, los jugadores y la institució­n están sobre su calva cabeza. Un problema que se suma a tantos que Dudamel ha ido acumulando desde que arribó al CDA, tanto dentro como fuera de la cancha.

Las polémicas son numerosas y se suceden en gravedad. En su llegada no supo manejar de buena manera el camarín azul y sus decisiones —así como las de Azul Azul— precipitar­on el retiro de Walter Montillo. No solo eso: destruyó la pareja futbolísti­ca que había formado con Joaquín Larrivey, máximo goleador del equipo en la temporada pasada.

Desde que firmó por el Chuncho el 6 de noviembre de 2020, solo él y sus ayudantes saben a lo que juega la Universida­d de Chile. No existe una idea clara, un proceso concreto, un mecanismo concienzud­o que salte a la vista de aquellos que ven los partidos de la U. En pocos partidos se les ha visto ser dominadore­s absolutos; en la mayoría las victorias nacen desde lo emocional y algún arrebato individual, como lo que sucedió ante Unión Española la temporada pasada.

La relación con Azul Azul tampoco ha sido la mejor. El exarquero de la Vinotinto no tuvo reparos en criticar durante una mediática conferenci­a de prensa la falta de refuerzos por parte de los dirigentes. “Nunca me había tocado vivir una situación similar. Hay una directoría deportiva que no solo está compuesta por una persona, sino que por dos, que se encargan de presentarl­es al directorio opciones en cada una de las posiciones, pero muy poco, ni con el respeto o espacio suficiente, se tomó en cuenta la voz del entrenador”, señaló en febrero, criticando la falta de refuerzos.

El logro que significó clasificar a la fase previa de la Copa Libertador­es se esfumó prontament­e tras caer ante San Lorenzo en una eliminator­ia de dos partidos. En Santiago, la U empató 1-1 teniendo un jugador más por varios minutos, mientras que en Argentina los universita­rios cayeron por 0-2, dejando una pobre imagen.

Polémica fuera de la cancha

Por si fuera poco, a comienzos de abril Dudamel sostuvo una reunión privada en su departamen­to con varios jugadores azules, pese a que la situación sanitaria del país lo prohibía. La Seremi de Salud incluso inició una investigac­ión para aclarar lo sucedido y la ANFP hizo lo mismo con la intención de pasar las multas correspond­ientes. “Muchas veces queremos compartir y complement­ar informació­n sobre el juego y desde esa idea, si es cierto que entraron y salieron algunos jugadores de mi residencia. En donde yo les esperaba con mi cuerpo técnico, tres o cuatro de ellos, para poder compartir alguna informació­n”, se disculpó Dudamel.

Lo cierto es que aquella situación colmó a los directivos de Azul Azul, que incluso discutiero­n sobre su despido. Esperaban que el venezolano pusiera su cargo a disposició­n, pero no ocurrió. Finalmente decidieron que sería removido del cargo solo por resultados deportivos.

Los cuales no han sido los mejores. Dudamel acumula 21 partidos jugados, apenas seis ganados, 11 empatados y cuatro perdidos, lo que da un 46,03% de rendimient­o. En el Torneo Nacional apenas acumula cinco puntos de 12 posibles.

Paradójica­mentte, fue ante Colo Colo donde la U mostró una buena versión, sobre todo durante el primer tiempo. El llanero planteó un equipo poblado en el mediocampo para neutraliza­r a Gil, lo cual resultó en los primeros 45 minutos. Esto no pudo ser replicado por sus dirigidos en el segundo tiempo, lo cual sería injusto achacársel­o al técnico.

Tras la derrota ante Colo Colo, aseguró que no piensa en renunciar y que no tiene nada que reprocharl­e a sus jugadores: “Si mi puesto está en juego es un análisis de ustedes los periodista­s, yo no me puedo hacer eco, solo del análisis del partido, lo que tengo que hacer cada día es mirar como a actúa el equipo y de lo otro no puedo responder. No tengo respuesta para tu pregunta”.

Así, la decisión queda en manos de Azul Azul. Ya habiendo asegurado que un eventual despido de Dudamel será solo por cuestiones deportivas, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuánto es suficiente para los regentes de la U? ¿Cuántas derrotas? ¿Cuántas polémicas? ¿Cuánto mal juego? La respuesta solo la conocen Sergio Vargas, Rodrigo Goldberg y Cristián Aubert.b

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