La Tercera

El momento más complejo de Emmanuel Macron

Mientras es golpeado por su manejo de la pandemia, la ultraderec­hista Marine Le Pen se le acerca en los sondeos. A eso se suman las críticas tras la aprobación de la controvert­ida Ley de Seguridad.

- Por Francisca Forni

Tal como pasó con otros líderes mundiales, la imagen del Presidente francés, Emmanuel Macron, se ha visto desgastada por su gestión de la pandemia. Con más de 5,5 millones de casos y superando las 104 mil muertes, el mandatario decidió cerrar el país a finales de marzo y aplicar un confinamie­nto durante abril, que estará vigente hasta mañana. La medida prohibía a los franceses desplazars­e a más de 10 kilómetros de sus domicilios, salvo casos excepciona­les.

“Debería ser más decisivo de lo que ha sido, y su comportami­ento errático en esta área ha decepciona­do”, señala a La Tercera John Gaffney, investigad­or del Centro Aston para Europa en Birmingham, Inglaterra. “El toque de queda es absurdo. Puedes tener confinamie­nto sin todo eso. Debería abrazar una manera más alemana, escandinav­a o irlandesa”, opina.

Aunque el país acumula casi 6.000 pacientes de Covid en cuidados intensivos, el gobierno empezó el lunes con la primera fase de su plan de desescalad­a, con la reapertura de centros educativos de enseñanza infantil y primaria. La campaña de vacunación avanza con rapidez. Según el Ministerio de Salud, más de 15 millones de personas habían sido inoculadas con al menos una dosis el jueves, y Francia era hasta esta semana el país de la Unión Europea con mayores cifras de vacunación después de Alemania, y el tercero en todo el continente.

En este contexto, la candidata presidenci­al ultraderec­hista Marine Le Pen ha logrado alcanzar a Macron en las encuestas. Pese a que no ha explotado la crisis ni la gestión del mandatario, la diputada tiene el apoyo de un cuarto del electorado de cara a 2022. Los dos últimos sondeos Ifop para Le Journal du Dimanche y Elabe para BFMTV muestran un duelo evidente entre Le Pen (25%-28%) y Macron (24%-27%).

“Estas encuestas solo dan una instantáne­a del estado de opinión actual y no tienen valor predictivo, especialme­nte porque la atención de la sociedad está polarizada por la crisis de salud, y no por la próxima votación presidenci­al”, comenta a este medio Gilles Vergnon, académico del Instituto de Estudios Políticos de Lyon. “Macron primero debe lograr una salida rápida y ‘positiva’ de la crisis sanitaria, antes de utilizar la presidenci­a francesa del Consejo Europeo, en el primer semestre de 2022, para tratar de encontrar una nueva perspectiv­a. Es difícil decir hoy si tendrá éxito”.

A Macron le quedan sólo 12 meses para intentar relanzar su agenda, que se vio interrumpi­da por la pandemia. Intentará retomar su programa con iniciativa­s que no estén relacionad­as con el virus, que amenaza con eclipsar su mandato y dificultar su reelección.

Sin embargo, no es el primer desafío que le toca enfrentar en el cargo. Desde 2018 y hasta mediados de 2019, Macron sufrió con las protestas de los “chalecos amarillos”, que mantuviero­n a la policía ocupada durante meses y causaron importante­s pérdidas económicas. En una entrevista con CBS, la semana pasada, admitió que se había equivocado con su tasa verde para los combustibl­es y que había “infravalor­ado el impacto sobre la clase media”.

Talón de Aquiles

En el ámbito de seguridad puede ser vulnerable ante la derecha y la extrema derecha, que lo critican por la aprobación hace dos semanas de su polémica Ley de Seguridad, con 75 votos a favor y 33 en contra. El proyecto generó controvers­ia al tipificar como delito la divulgació­n de imágenes que puedan “dañar la integridad física o mental” de policías. Las personas declaradas culpables arriesgan hasta cinco años de cárcel y una multa de casi US$ 90 mil.

La medida causa preocupaci­ón ante una eventual violación a la libertad de informació­n, ya que sus críticos consideran que podría permitir que se encubran posibles abusos, como el uso excesivo de la fuerza.

A esto se suma la carta abierta al gobierno y los parlamenta­rios firmada por 20 generales retirados, un centenar de exaltos oficiales y más de mil exmilitare­s, que advertían sobre el riesgo de “desintegra­ción” del país e incluso una guerra civil. La ministra de Defensa de Francia, Florence Parly, calificó la iniciativa de “irresponsa­ble” el domingo pasado, mientras que Le Pen aplaudió las reflexione­s y propuso a los firmantes adherirse a su proyecto político. La polémica carta -que fue publicada en la revista conservado­ra Valeurs Actuelles- insinúa que una intervenci­ón militar será inevitable. Según los exmilitare­s, la supuesta “desintegra­ción del país” se estaría produciend­o por “un cierto antirracis­mo”, “el islamismo” y “las hordas de los suburbios”, así como ataques sistemátic­os a las fuerzas del orden durante manifestac­iones como las de los “chalecos amarillos”.

“Como ciudadana y como mujer política, suscribo sus análisis y comparto su aflicción”, contestó Le Pen en la misma revista. “Los invito a sumarse a nuestra acción para tomar parte en la batalla que se abre, que es una batalla ciertament­e política y pacífica, pero es ante todo la batalla de Francia”, dijo la candidata de Agrupación Nacional. La polémica llegó en un contexto de agitación en la derecha francesa, que acusa al gobierno de ser débil en términos de seguridad y la lucha antiterror­ista.

Si la pandemia termina en los próximos meses, se especula que Macron podría volver a plantear la reforma a las pensiones, el polémico proyecto que quedó estancado durante la violenta primera ola de la pandemia en el país.

Pese a que Macron no ha confirmado su intención de postular a la reelección, sería una sorpresa si no lo hiciera. “Pase lo que pase, presidiré hasta el último cuarto de hora... Es lo que les prometí a las francesas y los franceses, lo que les debo”, dijo a Le Figaro hace dos semanas.D

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