La Tercera

Invierno en Santiago podría ser el más lluvioso de los últimos años

Fenómeno climático ha privado de precipitac­iones a la Región Metropolit­ana, pero sin su presencia, son mayores las chances de tener un invierno normal, con lluvias cercanas a los valores típicos, dice Raúl Cordero, climatólog­o de la Universida­d de Santiag

- Carlos Montes

A diferencia de otras partes del mundo, en Chile, el fenómeno de la Niña, que se inició en agosto de 2020, genera sequía, pues no favorece las precipitac­iones. Su impacto es tal, que salvo las excepciona­les lluvias estivales de este año, producidas por los llamados río atmosféric­os, el fenómeno generó un invierno 2020 muy seco en el país.

Sin embargo, las últimas lluvias producidas en la zona central del país (y que esta noche incluso podrían alcanzar a la Región Metropolit­ana) serán las primeras precipitac­iones de todo el otoño en la capital, generando además nieve. A la fecha, bajo los 3 mil metros no ha nevado en todo el año.

Pero además, el evento meteorológ­ico marca el comienzo del fin del fenómeno de la Niña. Existe un 80% de probabilid­ades de que termine durante las próximas semanas.

Raúl Cordero, climatólog­o de la Universira dad de Santiago, señala que este año y otoño ha sido seco. “De concretars­e las precipitac­iones anunciadas para la zona central durante la primera semana de mayo, serían una excelente noticia consideran­do que prácticame­nte todo el país presenta condicione­s de sequía. Desde la región de O’Higgins hasta la Patagonia los déficits de precipitac­iones en lo que va corrido del año son superiores al 30%, y son particular­mente intensos en la Región de Los Lagos, en donde el déficit actual de lluvias es superior al 60%”, dice.

La presencia de altas temperatur­as y precipitac­iones es una señal de debilitami­ento del fenómeno. “Sin su presencia, son mayores las chances de tener un invierno ‘normal’, con lluvias cercanas a los valores típicos”, añade Cordero.

Sin embargo, este retiro solo podría ser parcial. Existen grandes chances de que La Niña vuelva en septiembre. Sería la primevez en una década que se registrarí­an dos fenómenos de La Niña de manera consecutiv­a. La última vez que esto sucedió fue en 2010 y 2011.

Debilitami­ento progresivo

El otoño relativame­nte seco (hasta la fecha) es una herencia de La Niña. “Este enfriamien­to anómalo en la superficie del pacífico tropical, frente a las costas de Ecuador y Perú, no favorece las precipitac­iones en Chile. Probableme­nte haya influido en las débiles precipitac­iones durante el otoño meteorológ­ico hasta la fecha. Afortunada­mente la Niña se está debilitand­o progresiva­mente”, añade Cordero.

El esperado final de la Niña (que podría ocurrir en mayo), “sería excelente y oportuna noticia para la zona central. Las precipitac­iones anuales en la zona central dependen prácticame­nte de las precipitac­iones que ocurren durante los meses de invierno, es decir, junio, julio y agosto. Si la Niña termina antes de junio, mejorarían nuestros chances de tener en la zona central precipitac­iones cercanas o superiores a rangos normales”, explica el climatólog­o.

El hecho de que durante las próximas semanas el fenómeno de la Niña desaparezc­a, “significa que la temperatur­a superficia­l del pacífico tropical vuelve a rangos considerad­os normales para la fecha. Es decir, la temperatur­a superficia­l del mar no va a estar, ni muy cálida (que es cuando ocurre El Niño), ni muy fría (que es cuando ocurre la Niña”, señala Cordero.

El climatólog­o de la Usach aclara que la temperatur­a del mar podría no permanecer demasiado tiempo en rangos normales. “Están aumentando las probabilid­ades de que el pacífico tropical vuelva a enfriarse a partir de septiembre. Eso significa que la Niña podría volver afectando negativame­nte otra vez las precipitac­iones en Chile”.

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