La Tercera

Vidangossy le pone otro palo a la hoguera de Poyet y la UC

Un destello de calidad del volante le bastó a Melipilla para desequilib­rar el partido entre los Potros y el actual tricampeón del fútbol chileno. Los cruzados siguen sin encontrar ideas.

- Christian González

Mathías Vidangossy ha sido, desde siempre, uno de los jugadores más talentosos del fútbol chileno. Si no logró brillar al nivel que sus condicione­s técnicas reclamaban, básicament­e es por razones ajenas a lo deportivo. El propio jugador lo ha confesado. Sin embargo, cada vez que toma el balón, se puede esperar algo distinto de sus pies. Porque es distinto. Y en el Nicolás Chahuán, de La Calera, ese virtuosism­o le permitió abrir ayer la puerta para la sorpresiva victoria de Melipilla por 2-0 sobre Universida­d Católica, que, de paso, revive los cuestionam­ientos sobre el proceso de Gustavo Poyet en la escuadra estudianti­l.

Vidangossy controla el balón sobre el sector derecho y se presume que algo va a pasar. Enfila hacia adentro y ya nadie podrá pararlo. Luciano Aued, que le sale al cruce, queda literalmen­te, esparramad­o sobre la cancha. El otro que intenta cruzarse en su camino es Tomás Asta-Buruaga corre una suerte parecida. El volante formado en Unión Española termina su faena con sutileza ante Matías Dituro. Y celebra su conquista como lo merece. Más tarde, Gonzalo Sosa ampliará la diferencia para sentenciar un 2-0 aún más inesperado, y segurament­e histórico para los registros melipillan­os, pero pocos reparan en el acierto del argentino. La jugada del ex jugador del Villarreal monopoliza los comentario­s y, merecidame­nte, los aplausos.

Sin sorpresa

Los que sufren, claro, son los cruzados. Poyet aún no loga plasmar las ideas que trae para Universida­d Católica y el equipo de Las Condes empieza a pagarlo en la tabla. Los cruzados perdieron la contundenc­ia que traían desde los procesos anteriores y sus hinchas empiezan a impacienta­rse. El partido frente a Melipilla, de hecho, parecía ideal para mejorar la imagen y, por lo pronto, para alcanzar a Audax Italiano en el primer puesto. La ocasión se disipó. Los Potros, quienes aún se acomodan a la Primera División, a la que volvieron este año, dijeron otra cosa: con una propuesta pragmática, adecuada a las diferencia­s entre un plantel y otro, no solo complicaro­n al actual tricampeón del fútbol chileno. También fueron capaces de propinarle­s la segunda derrota de la temporada.

No habían hecho mucho los pupilos de John Armijo hasta que Vidangossy rompió todos los moldes. Les bastó agruparse con disciplina para dejar en evidencia a una UC sin sorpresa, que careció de conexión entre el mediocampo y el ataque y que no tuvo el pase profundo que le abriera mayores posibilida­des a los delanteros, principalm­ente a Fernando Zampedri, quien con el transcurso de los minutos cayó preso de la ofuscación y hasta fue amonestado.

Cuesta reconocer en esta UC al equipo que ha dominado sin contrapeso el fútbol chileno en las últimas temporadas. Hoy, de hecho,

parece un equipo opaco, sin ideas, sin quiebres en el juego que le permitan sorprender al rival. Que se complica apenas con que el adversario se agrupe en su zona y lo deje sin espacios. Y que, sin ellos, se transforma en un equipo predecible e inocuo, muy lejano de la imagen que había cultivado en los últimos años. Y lo paga caro.

De hecho, ni siquiera en la necesidad de revertir el marcador, los cruzados fueron capaces de inquietar con frecuencia a Peranic. Un remate en el horizontal de Puch, en los 85 , fue el intento más claro en un balance ofensivo escuálido en productivi­dad, justamente lo que más se le reclama al técnico uruguayo.b

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