LA FIESTA
SEÑOR DIRECTOR
La fiesta está en su apogeo. El dueño de casa, responsable del presupuesto familiar, se mareó y aviva la cueca a los presentes. Quiere ser querido. La guinda de la torta es que quien retiró todo, universalmente, es decir, por la causa que fuere: lo tiene en el colchón, cambió el auto, o se lo comió por necesidad (único que realmente lo necesitaría) recibe un premio llamado Bono Saldo Cero, que incentivará aún más a desfondar el sistema previsional. Entradas no se cobran porque hubo acuerdo en que las pagarán hijos y nietos.
Finlandia, rico país nórdico muy admirado, hizo un experimento de Renta Básica Universal con 2.000 familias por dos años, los resultados no fueron positivos. El objetivo era ver si incentivaba trabajar más que los subsidios al desempleo. En Chile se plantea como universal algo que como emergencia temporal debe ir solo a los extremadamente vulnerables. El problema actual más acuciante no es la falta de comida sino su causa, el desempleo. El mismo desempleo que se incrementa desincentivando la inversión, única fuente de empleos reales, con royalties adicionales, impuestos a las grandes fortunas, y alguna que otra pésima idea.
El sistema previsional de ahorros para la vejez, obligatorio y solo para ese fin, está gravemente enfermo porque por definición no puede ser voluntario ni para comprar bienes durables, pagar deudas que brotarán de nuevo, arreglar dentaduras, etc. que, por supuesto, lo tornarían inviable.
José Luis Hernández Vidal