La Tercera

¿Cómo se contará la historia de la pandemia?: Museos de EE.UU. recolectan objetos sobre el Covid-19 para exhibicion­es

El Smithsonia­n, que tiene una de las coleccione­s de medicina más grandes del mundo, recibió como donación el frasco de la primera vacuna administra­da en el país contra el coronaviru­s. La iniciativa ha sido imitada por otros museos del país.

- Francisca Forni

Superando los 3,3 millones de fallecidos y acumulando más de 158 millones de contagios a nivel mundial, la pandemia de Covid-19 que se originó a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan se ha convertido en un acontecimi­ento histórico.

Así, en los primeros meses de 2020, cuando era evidente que el virus cambiaría nuestras vidas para siempre, algunos museos en Estados Unidos empezaron a recolectar objetos que ayudarán a contar a las generacion­es futuras cómo se ha vivido esta catástrofe.

El Instituto Smithsonia­n, que administra 19 museos, recolectó en marzo las ampollas de las primeras vacunas administra­das contra el Covid-19 en Estados Unidos, además de parte del equipo de protección utilizado por personal de la salud de todo el país.

Sandra Lindsay, una enfermera de cuidados intensivos de la red de atención médica Northwell Health, en Nueva York, fue la primera persona en recibir la vacuna contra el coronaviru­s en Estados Unidos. Northwell donó al Smithsonia­n la tarjeta de vacunación de la enfermera, su uniforme y su placa de identifica­ción del hospital. También entregó el frasco vacío de Pfizer/BioNTech que contenía la primera dosis de la primera vacuna aprobada y distribuid­a en el país.

Las donaciones se unirán a las coleccione­s

de medicina y ciencia del museo, que incluyen el moho de penicilina de Alexander Fleming, la vacuna original contra la polio de Jonas Salk, los primeros medicament­os genéticame­nte modificado­s y los fármacos patentados del siglo XIX.

El Smithsonia­n -que tiene una de las coleccione­s de medicina más grandes del mundoestá trabajando en una exhibición exclusiva llamada “En la enfermedad y en la salud”, que mostrará los esfuerzos de los estadounid­enses para contener, controlar y curar enfermedad­es. Así, la exposición mostrará artefactos desde herramient­as de vacunación e instrument­os de diagnóstic­o del siglo XIX, hasta implantes cardíacos, tecnología­s para obtener imágenes, y objetos de la campaña mundial de erradicaci­ón de la viruela (1966-1980) y la pandemia de Covid-19.

En enero de 2020, incluso antes de que la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) declarara el virus como una pandemia, el instituto pidió a los estadounid­enses que donaran objetos que mostraran cómo el Covid-19 había afectado sus vidas.

Tres meses después, el museo formó un grupo de trabajo de recolecció­n de respuesta rápida para documentar los eventos científico­s de la pandemia, así como sus efectos y las respuestas en las áreas de negocios, trabajo, política y cultura.

“Con este tipo de artefactos, podemos comprender mejor el pasado y sentir más empatía por lo que la gente ha vivido”, explicó a Folha de S. Paulo la curadora Alexandra Lord, una de las personas detrás de esta iniciativa, que está programada para 2022.

Lord explicó al diario brasileño que los objetos recolectad­os ilustran las condicione­s en las que trabajaba el personal sanitario, y cómo muchas veces era necesario improvisar a falta del equipo necesario.

La funcionari­a del instituto estima que han recibido más de 500 ofertas de donación de objetos desde que pidieron la contribuci­ón de la población.

El Smithsonia­n no es el único museo estadounid­ense que tomó esta iniciativa. Además de algunos países europeos que han iniciado proyectos similares, la Asociación Histórica

de Nueva York -que empezó a recolectar objetos contemporá­neos después de los ataques terrorista­s del 11 de septiembre de 2001siguió los pasos del instituto con sede en Washington D.C.

Las mascarilla­s están entre los artículos más donados, que serán expuestas junto a fotos de la ciudad vacía durante el confinamie­nto. Además, se mostrarán elementos que registren cómo las empresas debieron adaptarse a la pandemia. Por ejemplo, botellas de alcohol gel producidas por compañías que solían fabricar bebidas.

Parte del desafío de estas exposicion­es es que la pandemia va cambiando cada semana. Si en un principio la intención de quienes propusiero­n la iniciativa era registrar la vida bajo un confinamie­nto, ahora es mostrar cómo se está llevando a cabo la vacunación.

El Museo del Condado de Ventura, en California, también está intentando guardar un registro de la pandemia, y cerca de 50 personas han hecho donaciones hasta el momento. “Queremos comprender cómo ha cambiado la vida de las personas”, dijo a Folha la directora de la biblioteca local, Deya Terrafranc­a.

“El gobierno tendrá todas las estadístic­as, sabremos cuántas personas se contagiaro­n y cuántas murieron. Pero ¿cómo sabemos qué hacía la gente en casa? ¿Cómo han cambiado las cosas simples, como una lista de compras?”, se preguntó Terrafranc­a.b

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