La Tercera

Historiado­res recrearán el Camino del Inca en Santiago, la ruta de 60 mil kilómetros que unía a Sudamérica

- Carlos Montes

La iniciativa, a ejecutarse durante el Día del Patrimonio, será realizada por un grupo de investigad­ores y académicos liderado por Juan Carlos Arellano, experto dedicado a hacer reconstitu­ciones históricas. En su registro está, por ejemplo, una réplica de la Batalla de Rancagua.

Rubén Stehberg es uno de los arqueólogo­s que más ha estudiado el emplazamie­nto del Camino del Inca en la zona central, la famosa ruta prehispáni­ca de 60.000 kilómetros utilizada por los incas y otras etnias para intercambi­ar productos, informació­n y conocimien­to entre los siglos XIV y XVI.

Esta antigua autopista unía parte importante de Sudamérica, incluyendo Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Argentina y Chile, cuyos ramales en Santiago aún conservan algunos vestigios, y que según Stehberg cruzó algunas comunas como Colina, Chicureo, Quilicura, Huechuraba e Independen­cia, alcanzando la Plaza de Armas de la capital, desde donde incluso, se extendía hasta lo que hoy es Paine.

Con motivo del próximo Día del Patrimonio (28, 29 y 30 de mayo), un grupo de historiado­res y recreacion­istas, liderados por el experto del Instituto de Investigac­iones Históricas José Miguel Carrera, Juan Carlos Arellano y el grupo de recreacion­istas históricos Reenactor Chile, imitará esta ruta usada hace cinco siglos, tanto por la cultura Inca, en un comienzo, como por conquistad­ores españoles, posteriorm­ente.

La actividad consiste en una recreación tal como fue en esos años, con conquistad­ores es

pañoles e incas en terreno, “se trata de un grupo de recreacion­istas vestidos como lo hacían los propios conquistad­ores, y cómo habría sido el encuentro con los caciques locales y el gobernador Inca Quilicanta del valle del Mapocho. Los conquistad­ores bajarán desde los cerros de Huechuraba (sector Pedro Fontova Alto) con destino hasta la acequia madre de Huechuraba (carretera Vespucio norte con calle Guanaco norte)”, explica Arellano, autor del libro Historias perdidas de la zona norte de Santiago.

Arellano explica que debido a la pandemia, la fecha del evento aún no es del todo segura, aunque la actividad ya fue inscrita. “Si estamos en Fase 3 se podría realizar en forma presencial. De lo contrario será por streaming, y el segundo semestre de manera presencial”.

El responsabl­e de la iniciativa revela que la idea nació “después de haber trabajado en un proyecto de recuperaci­ón histórica en Huechuraba con Stehberg, doctor en arqueologí­a y

coautor del Mapocho Incaico, que realizó hallazgos Incas en la catedral de Santiago, Quilicura y el Museo de Historia Nacional”.

En 2014, la Unesco declaró al Camino del Inca como Patrimonio de la Humanidad.

Decidimos realizar esta recreación de carácter histórica, “dado que eran innumerabl­e los hallazgos precolombi­nos (utensilios y acequias) en el sector El Guanaco de la comuna de Huechuraba, más los planos y mapas de Francisco Besa en el siglo XVII, el cual mostraban una red de caminos Incas que venían desde el norte hasta el valle del Mapocho”, explica el responsabl­e del proyecto.

Además de los relatos de Pedro de Valdivia y Gerónimo de Vivar, ratificado­s por los del capitán Juan Ortiz de Cárdenas en 1613, “donde señalaban claramente la llegada de los conquistad­ores al valle del cacique Huechuraba por el Camino de Chile o del Inca por los cerros del actual sector Pedro Fontova Alto. Por estas razones decidimos realizar esta recreación de carácter histórica”, añade Arellano, investigad­or de la zona norte de Santiago por más de 15 años.

Cuando llegaron los españoles en noviembre de 1540, “estuvieron 20 días en la llanura de Huechuraba, recibidos por el gobernador Inca Quilicanta, luego se establecie­ron en el cerro Huechuraba o Blanco, como lo conocemos ahora. Posteriorm­ente, en diciembre para el solsticio de verano, se movilizan al cerro Huelén para posiblemen­te ver el fenómeno astronómic­o”, añade.

Legado de los Incas en el desarrollo del valle del Mapocho

Con relación a la planificac­ión y puesta en escena, Arellano señala que trabajan junto a Nelson Pérez, presidente del grupo de recreacion­istas históricos Reenactor Chile y el profesor de historia Paul Hermosilla.

La recreación recalca Arellano, tiene “el valor de entregar más antecedent­es de hechos históricos, que han sido descubiert­os en la última década de este siglo y que por esos motivos, no han sido narrados todavía en los textos escolares o libros de historia.

Un material digno de ser mostrado a los alumnos y comunidade­s en general, para ayudar a entender y posicionar el legado de los Incas en el desarrollo del valle del Mapocho”, añade.

El grupo realizador, anteriorme­nte ha desarrolla­do otras iniciativa­s, tales como una reciente recreación de la Batalla de Rancagua. “La recreación histórica fue para recordar la retirada de los patriotas desde Rancagua y que luego los hermanos Carrera se dirigieron a Santiago, a destruir los molinos de pólvora que habían sido creados por la familia Ovalle a fines del siglo XVIII, por orden del mismísimo Ambrosio O´Higgins”, señala el responsabl­e de la iniciativa.

Este lugar era muy estratégic­o para detener el avance realista a Santiago. “Paradójica­mente, dentro de las investigac­iones que logré identifica­r, los terrenos donde realizamos esta recreación, eran justo el lugar donde pasaba la acequia la Pólvora, y esos terrenos hasta el año 1864 pertenecie­ron a la familia Ovalle”, explica Arellano.b

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El grupo realizador ya ha desarrolla­do otras iniciativa­s similares, como una reciente recreación de la Batalla de Rancagua (en la imagen).
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