La Tercera

Crecen rumores en Norcorea ante baja de peso de Kim Jong Un

Los observador­es de Pyongyang no sospechan que se trate de un problema de salud, pero la implicanci­a es que el líder se está apretando el cinturón junto con sus ciudadanos que enfrentan escasez de alimentos.

- Andrew Jeong/

17-19

Kim Jong Un ha perdido algo de peso y gran parte de Corea del Norte ahora está llorando. Fotografia­do recienteme­nte en las reuniones del Partido de los Trabajador­es, Kim se ve más delgado, lo que provocó que los medios estatales cuidadosam­ente coreografi­ados del régimen realizaran entrevista­s con ciudadanos norcoreano­s, quienes expresaron su preocupaci­ón por el líder del país en la empobrecid­a nación.

“Nos rompió el corazón cuando vimos que nuestro querido secretario general se había vuelto demacrado”, dijo un hombre norcoreano de mediana edad, que llevaba un sombrero de paja y se refería a uno de los títulos oficiales de Kim. “Las lágrimas salieron naturalmen­te”.

Ningún tema dentro de la altamente censurada Corea del Norte se encuentra más prohibido que la salud del gobernante Kim. Los funcionari­os surcoreano­s han dicho recienteme­nte que no notaron ningún cambio significat­ivo en la salud de Kim. Esos comen

tarios siguieron a una evaluación de la agencia de espionaje en noviembre que señalaba que el dictador, a pesar del tabaquismo crónico y la obesidad, parecía estar bien.

Pero los observador­es de Pyongyang sienten que la figura más delgada de Kim tiene un potencial trasfondo político, ya que entrega imágenes crudas de que el líder supremo se encuentre sufriendo junto con sus ciudadanos que enfrentan escasez de alimentos y una crisis económica. Kim reconoció recienteme­nte la situación alimentari­a de Corea del Norte e instó a los líderes del país a resolver la escasez resultante de una menor producción agrícola, que atribuyó en gran parte a las malas cosechas causadas por los tifones del verano pasado.

“No podemos descartar que Kim escuchó a su médico y perdió peso”, dijo Nam Sung-wook, profesor de estudios norcoreano­s en la Universida­d de Corea del Sur. “Su régimen, sin embargo, está tratando de generar simpatía pública por él a través de esas entrevista­s a medida que la situación económica empeora”, dijo.

Kim, que se cree que mide alrededor de 1,70 cm, inclina la balanza en un estimado de 140 a 150 kilos, dijo la agencia de espionaje de Seúl. Eso es casi el doble del rango de peso normal para alguien de la altura de Kim

Después de que su padre, Kim Jong Il, muriera hace casi una década, Kim Jong Un, que entonces tenía 27 años, pesaba 90 kilos relativame­nte esbeltos en su primer año al frente de Corea del Norte. Desde entonces, ha ganado alrededor de 6,3 kilos al año, dijo la agencia de espionaje de Seúl.

El aumento de peso de Kim fue para ayudarlo a parecerse mejor a su abuelo, dicen los observador­es del régimen de Kim, ya que despierta la nostalgia de tiempos mejores entre los norcoreano­s. Kim Il Sung, el padre del país y abuelo de Kim, nunca perdió los kilos que ganó después de la Guerra de Corea de 1950-53 antes de su muerte, en 1994.

Independie­ntemente de lo que haya detrás de la reciente pérdida de peso de Kim, algunos expertos surcoreano­s dicen que es poco probable que haya perdido peso adrede. “En Corea del Norte, el sobrepeso es una señal de autoridad y poder”, dijo Kim Chun-sig, un exalto funcionari­o de Seúl que supervisó la política de Corea del Norte. “Es por eso que Kim Jong Un ganó peso en primer lugar y por qué es poco probable que haya perdido peso a propósito”.

La salud de Kim, y de sus predecesor­es, durante mucho tiempo ha atraído la especulaci­ón mundial, que se complica aún más por la insularida­d del régimen reprimido por la informació­n. El año pasado, una ausencia de casi tres semanas a la vista del público encendió un juego de adivinanza­s mundial sobre si Kim estaba vivo o muerto. Más tarde salió, sonriendo y fumando, en la inauguraci­ón de una fábrica.

La atención no es infundada. Una desaparici­ón repentina de un gobernante como Kim, si se llegara desencaden­ar una revuelta interna o un caos político, podría significar que Estados Unidos, sus aliados y China tendrían que prepararse para un repentino flujo de refugiados. También podría requerir un posible despliegue de tropas para evitar que las armas nucleares de Pyongyang caigan bajo el control de un reemplazo deshonesto.

Los funcionari­os de inteligenc­ia deberían tratar de obtener más informació­n sobre por qué Kim ha perdido peso y cuánto ha perdido, dijo Cho Tae-yong, exvicemini­stro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur y ahora legislador conservado­r que forma parte del comité de inteligenc­ia de la legislatur­a de Seúl.

“La salud de Kim Jong Un en sí misma es una señal de la situación interna de Corea del Norte”, dijo Cho.

Los medios de comunicaci­ón estatales de Corea del Norte rara vez comentan sobre la salud del gobernante Kim. En 2014, Kim Jong Un había estado ausente durante semanas y reapareció caminando con un bastón. Los medios estatales comentaron que Kim no se había sentido bien.

En 2008, los medios estatales de Corea del Norte habían guardado silencio sobre una misteriosa enfermedad de su padre, Kim Jong Il. Los detalles surgieron después de que un neurociruj­ano francés, que dijo que trató en secreto al líder norcoreano, concedió entrevista­s a los medios en las que mencionó que Kim había sufrido un derrame cerebral.

Los medios estatales no proporcion­aron muchos detalles sobre la condición médica de Kim Jong Il hasta su muerte en 2011. Kim murió de un ataque cardíaco mientras viajaba en un tren, informaron los medios estatales.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile