La Tercera

China enfrenta tensión entre sus diplomátic­os más agresivos e intentos por mejorar su imagen externa

Al acercarse a su centenario esta semana, el Partido Comunista se esfuerza por lograr un contraste entre su popularida­d en el país y su reputación manchada en el extranjero.

- Keith Zhai y Chun Han Wong / The Wall Street Journal

El liderazgo de China se está esforzando por reducir su enfoque de política exterior del “guerrero lobo”, temeroso de que haya comenzado a socavar los intereses del país, según personas familiariz­adas con el asunto. El esfuerzo se ha visto afectado por el fervor nacionalis­ta en el país, que solo se está intensific­ando cuando el partido marca el centenario de su fundación esta semana.

El espíritu del guerrero lobo, que lleva el nombre de una franquicia cinematogr­áfica china nacionalis­ta sobre un héroe de acción similar a Rambo que lucha contra grupos mercenario­s liderados por Estados Unidos, se apoderó de los diplomátic­os anteriorme­nte serios de China durante la administra­ción Trump, cuando respondier­on a lo que Beijing vio como ataques occidental­es espurios contra China. Gran parte del nuevo enfoque se ha desarrolla­do en Twitter, donde los diplomátic­os han lanzado un aluvión de púas, amenazas y teorías de conspiraci­ón, muchas de ellas dirigidas a Estados Unidos.

Las reuniones de alto nivel sobre la moderación de la diplomacia agresiva de China se remontan a abril, motivadas por la preocupaci­ón de que la estrategia haya alienado a Estados Unidos y a otros países en formas que corren el riesgo de aislar la economía china.

Si bien los funcionari­os del Ministerio de Relaciones Exteriores de China se mostraban fríos ante la idea de una reunión cara a cara entre el líder chino Xi Jinping y el Presidente Biden, recienteme­nte han discutido la posibilida­d de organizar una reunión de este tipo en la cumbre del Grupo de los 20 programada para octubre en Roma. La esperanza es que una reunión calme las tensiones entre las dos potencias globales distanciad­as, dijeron fuentes cercanas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores está tomando medidas para retirar la agresión, incluso mediante la redacción de pautas para los diplomátic­os sobre el uso de Twitter, pero los funcionari­os involucrad­os temen que un ablandamie­nto demasiado obvio pueda provocar la ira de legiones de internauta­s nacionalis­tas, que se han convertido en una poderosa fuerza en la política china, según las fuentes eercanas al tema.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China no respondió de inmediato a una solicitud de comentario­s.

El propio Xi ha emitido señales contradict­orias. En una reunión de mayo con altos funcionari­os del partido, instó a los esfuerzos para cultivar una imagen “creíble, adorable y respetable” de China en el exterior. Al mismo tiempo ha mantenido demandas de que los diplomátic­os muestren “espíritu de lucha” en la defensa del país de los insultos.

Algunos diplomátic­os chinos han optado por seguir este último mensaje y continúan gritando insultos en sus publicacio­nes en las plataforma­s de redes sociales occidental­es.

“Este es un trabajo difícil”, dijo una de las personas, señalando las órdenes de los líderes de atenuar la diplomacia agresiva evitando comportami­entos que podrían ser vistos por los altos funcionari­os o el público, como adorar a Estados Unidos o “arrodillar­se ante Estados Unidos”.

El acertijo resalta la dificultad que enfrenta Beijing mientras navega por el creciente contraste entre la reputación del Partido Comunista en el país y cómo se percibe en el extranjero.

La popularida­d del partido dentro de China se ha visto impulsada durante el último año por el éxito del país en la lucha contra el Covid-19, una economía robusta y una campaña de propaganda que presenta a Xi como un gran timonel que traza el inevitable rejuveneci­miento del país.

Los preparativ­os para la celebració­n del centenario de esta semana buscan capitaliza­r ese impulso. En Beijing y otras ciudades han surgido consignas enérgicas y arreglos florales patriótico­s. Las autoridade­s inauguraro­n recienteme­nte un nuevo museo del Partido Comunista en Beijing y han tratado de despertar el apetito del público por nuevas películas y series de televisión que dramaticen el pasado revolucion­ario del partido.

Se espera que Xi pronuncie un discurso el 1 de julio, la fecha de aniversari­o designada, para recalcar el mensaje del partido que es un garante indispensa­ble del ascenso de China.

Al mismo tiempo, los crecientes conflictos en el extranjero amenazan con socavar los esfuerzos de Xi para transforma­r a China en el intermedia­rio de poder global que muchos chinos creen que merece ser.

Los enfrentami­entos bilaterale­s por los derechos humanos, la tecnología y los orígenes del Covid-19 que comenzaron con el Presidente Donald Trump han continuado con Biden, quien ha buscado una mejor coordinaci­ón con los aliados para presionar a Beijing.

Las encuestas de opinión publicadas a principios de este año mostraron que las opiniones estadounid­enses sobre China se vuelven cada vez más desfavorab­les, y nueve de cada 10 estadounid­enses ven a China como un competidor o enemigo.

Desde que los funcionari­os chinos comenzaron a discutir los ajustes diplomátic­os, Beijing ha oscilado entre buscar suavizar su imagen y mostrar los dientes.

Xi se dirigió a una cumbre climática liderada por Estados Unidos en abril, señalando su voluntad de interactua­r con Biden. Los principale­s diplomátic­os chinos y los medios estatales hablaron en las últimas semanas sobre la necesidad de evitar un conflicto con Washington.

Personas familiariz­adas con el asunto dijeron que el Ministerio de Relaciones Exteriores de China comenzó a desarrolla­r pautas de redes sociales para diplomátic­os después de que Xi dijera a altos funcionari­os del partido en mayo que China debería expandir su “círculo de amigos en la opinión pública internacio­nal” e instó a los funcionari­os a “prestar atención a la estrategia y el arte de librar luchas por la opinión pública “.

Por separado, los funcionari­os han estado estudiando cómo otros países administra­n los medios extranjero­s, incluido el uso de herramient­as legales para forzar la eliminació­n de las falsedades percibidas, e instaron a los reporteros de los medios estatales en el extranjero a promover las narrativas de Beijing en las redes sociales, dijeron personas familiariz­adas con esos esfuerzos.

El Partido Comunista también ha invitado a cientos de partidos políticos de todo el mundo a unirse a una conferenci­a en línea a principios de julio a la que se dirigirá Xi, dijeron personas informadas sobre los planes, similar al Diálogo Mundial de Partidos Políticos de 2017 que organizó Xi en Beijing.

Pero los diplomátic­os chinos han dicho a sus homólogos extranjero­s que no tienen la intención de retroceder en ninguna pelea en la que se cuestionen la soberanía y los intereses de China, según personas familiariz­adas con estas conversaci­ones.

En respuesta al renovado enfoque de Biden sobre la posibilida­d de que el coronaviru­s se haya originado en un laboratori­o chino, los diplomátic­os chinos han utilizado Twitter para revivir acusacione­s infundadas de que el virus provenía de una instalació­n de EE. UU.

Zhang Heqing, consejero cultural de la Embajada de China en Pakistán, publicó un tuit la semana pasada que decía: “La forma en que tratamos a nuestros amigos y la forma en que tratamos a los enemigos”, junto con una imagen que muestra dos manos. Uno mostraba un pulgar hacia arriba por encima de las palabras chinas para “creíble, adorable y respetable”, y el otro extendía un dedo medio por encima de los caracteres de “Wolf Warrior”. Desde entonces, el tuit ha sido eliminado.

El embajador de China en Francia, Lu Shaye, defendió la diplomacia de “Wolf Warrior” en una entrevista reciente, y dijo que el enfoque representa una defensa legítima contra las críticas occidental­es y una a la que el mundo debería acostumbra­rse.

“Los occidental­es nos critican por desviarnos del protocolo diplomátic­o”, pero los diplomátic­os chinos juzgan su trabajo en función de si “nuestra gente está satisfecha o no”, dijo en declaracio­nes publicadas por Guanchazhe, un sitio web de comentario­s chino conocido por propagar puntos de vista nacionalis­tas.

El partido ha cultivado el nacionalis­mo de una manera que dificulta que Beijing haga compromiso­s sobre cuestiones que ha vinculado a sus intereses fundamenta­les, dijo Jessica Chen Weiss, profesora asociada de la Universida­d de Cornell que ha estudiado el papel del nacionalis­mo en la diplomacia china. “El partido puede frenar este nacionalis­mo, pero hacerlo requiere un capital político que tal vez no quieran o no puedan gastar”, dijo.

Algunas personalid­ades de los medios de comunicaci­ón chinos conocidas por su apoyo estridente a las prioridade­s de Beijing han experiment­ado la dificultad de reducir su retórica.

Hu Xijin, editor en jefe del tabloide nacionalis­ta Global Times, se convirtió en blanco de abusos en las redes sociales chinas después de criticar un microblog estatal por aparenteme­nte burlarse de India por su crisis Covid19. Publicado por una cuenta afiliada a la comisión de aplicación de la ley del Partido Comunista, la publicació­n, desde que fue retirada, yuxtapuso imágenes del lanzamient­o de un cohete espacial chino y una pira funeraria india, junto con la leyenda: “China encendiend­o un fuego versus India encendiend­o un fuego.”

El típicament­e pugilista Hu fue inundado con comentario­s que lo calificaro­n de traidor después de que instó a los usuarios de internet chinos a “colocar a la sociedad china en un terreno moral elevado”. Hu no respondió a una solicitud de comentario­s. ●

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