DÉFICIT HABITACIONAL
SEÑOR DIRECTOR
El pasado 29 de abril el Ministerio de Vivienda y Urbanismo convocó a representantes de la academia, asociaciones gremiales y sociales, fundaciones y organismos públicos a formar una mesa de trabajo que, en ocho sesiones, debía ser capaz de llegar a propuestas concretas y de corto plazo para atender el déficit habitacional y urbano de nuestro país.
A la primera reunión, asistimos con incredulidad: sus plazos y objetivos nos parecieron demasiado optimistas y no alcanzarlos podría generar una nueva frustración para las familias que esperan respuestas. Sin embargo, a poco andar, nos dimos cuenta de que todos quienes estábamos ahí trabajamos por un objetivo más grande que cualquier idea particular: mejorar la calidad de vida de las personas, haciendo realidad el sueño de la casa propia de más de 600 mil familias que esperan una vivienda y que hoy viven en condiciones de alta vulnerabilidad. Gracias a esas diferentes miradas y a una misma meta con la conducción del Ministerio, se lograron proponer veinte medidas accionables en el corto plazo y por las que nos comprometemos a trabajar y empujar.
Este hecho, además de la relevancia que tiene en sí mismo, es un acto esperanzador. A muchos nos devuelve la esperanza que los chilenos podamos llegar a entendimientos cuando tenemos un objetivo superior y nos nutrimos en conjunto, justamente por ser diferentes y no a pesar de ello, cuando somos capaces de dialogar, escucharnos y entendernos.
Espero con convicción que nuestros constituyentes puedan hacer lo mismo. El objetivo de una nueva Constitución que nos interprete y acoja a todos, es superior a cada uno de ellos y a sus intereses particulares, ya que su resultado será la casa común en la que conviviremos todos los chilenos.
Mónica Álvarez de Oro Presidenta Asociación de Oficinas de Arquitectos