LO REAL Y LO APARENTE
SEÑOR DIRECTOR
Con ocasión del estallido social se evidenció que existe una doble regulación sobre el uso de la fuerza por parte de Carabineros. Por un lado, las circulares y órdenes generales, públicas, conocidas como “protocolos de uso de la fuerza”, y, por otro, documentos secretos que regulan operacionalmente la forma en que la policía usa las armas, municiones y equipamientoparael“resguardodeordenpúblico”.
Aunque solo hemos conocido algunos de los documentos técnicos, secretos, por filtraciones, sí aparece claro que hay una gran distancia entre lo que ocurre en la operación real de Carabineros y la regulación aparente pública. Un ejemplo de ello es el peritaje del 2012 que da cuenta que Carabineros sabía desde esa época que los perdigones de goma a corta distancia son letales y que a cualquier distancia pueden ocasionar traumas oculares. Pese a dicho conocimiento, los protocolos vigentes públicos durante el estallido social etiquetaban la munición como “no letal” y la regulaban como si no pudiera mutilar.
La distancia que se produce entre lo que la policía “dice que hace” y lo que los funcionarios pueden hacer en el día a día es peligrosa, porque distrae al poder civil de lo que realmente está sucediendo. La reciente actualización a la regulación de la escopeta antidisturbios y su munición hecha a la orden 2635 mediante la orden 2780 es un ejemplo de que esta distancia entre la realidad y la apariencia se mantiene.
Mientras el uso de la fuerza policial no esté regulado por ley, con control estricto del poder civil y transparencia, ningún reglamento va a poder satisfacer estándares internacionales.
Paula Vial Reynal Abogada, profesora de Derecho UC Javier Velásquez Valenzuela Abogado, profesor de Derecho UC Temuco