Washington a la cabeza del proceso
Estados Unidos (1787)
Según archivos de la Fundación Mount Vernon, dedicada a preservar el legado de George Washington, el líder norteamericano no tenía claro si asistir a la convención a realizarse en Filadelfia y que redactaría la Constitución para el naciente país. Por su rol en la guerra por la Independencia, temía ser nominado su presidente.
Sus “temores” se hicieron realidad y como recogen cartas del mismo Washington y la crónica de la época de la librería del Congreso de los Estados Unidos: el 25 de mayo de 1787 en Filadelfia -tras ser propuesto por Benjamin Franklin- fue elegido de manera unánime presidente de la convención. El antropólogo Pablo Ortúzar, investigador del IES, traductor de El Federalista (documento sobre el proceso constituyente norteamericano escrito entre 1787 y 1788), explica que Washington era algo mayor que la mayoría de los revolucionarios americanos, considerado un ejemplo de estatura moral. “Esto tenía doble filo: por un lado era positivo contar con alguien así, con amplias espaldas políticas, pero por otro era tentador, en una época donde lo normal eran los reyes, ponerlo de por vida a presidir un país que daba sus primeros y difíciles pasos”, dice.
Pero Washington, agrega Ortúzar, “siguiendo siempre el ejemplo de Cincinato (romano arquetipo de la honradez), luchó firmemente contra esa tendencia (…), costó convencerlo, pero luego desempeñó una valiosa función como coordinador y facilitador del debate, disminuyendo las intensas fricciones entre centralistas y localistas, tratando a todos los bandos de manera ecuánime”.
La elección de Washington fue el 25 de mayo, pese a que la convención estaba prevista que comenzara el 14 de ese mes: las distancias hicieron que muchos representantes de otros estados demoraran en llegar. Según documentos históricos dependientes del Departamento Interior de EE.UU., ese 25 de mayo, además, se eligió a William Jackson como secretario y a George Wythe, Alexander Hamilton y Charles Pinckney como miembros del Comité de Reglas, encargados de establecer las reglas de funcionamiento del órgano. La convención trabajó cuatro meses, desde el 25 de mayo de 1787 hasta el 17 de septiembre de ese mismo año. Se cuenta que finalizada la escritura de la Constitución, una mujer le preguntó a Franklin qué tipo de nuevo gobierno se había establecido. “Una república, madame, si usted logra mantenerla”, fue su respuesta. ¿Qué lecciones entrega la experiencia norteamericana? Para el investigador del IES, “lo luminoso del debate constitucional de los Estados Unidos, especialmente en su segunda etapa, que es la recogida por El Federalista, es el brutal realismo político de su discusión institucional. La pregunta arriba de la mesa no era cuál es el mejor orden imaginable, sino cómo edificar una república federal y popular que no colapse al poco andar. Así, el diseño resultante logra el difícil equilibrio entre articular el poder político, pero de tal forma que no sea fácil que alguien se lo lleve para la casa, gracias a su diseño de equilibrios y contrapesos”.