La Tercera

Jóvenes no vacunados, sin mascarilla y sin control: la mezcla perfecta de los últimos megabrotes de Covid

En Europa y América del Norte, la temporada estival relajó algunas medidas sanitaria y se permitiero­n ciertas actividade­s que desataron un aumento de los casos.

- Cecilia Yáñez

Quebec en Canadá, Mallorca en España y Texas, en Estados Unidos, han sido noticia en los últimos días debido a los megabrotes de Covid-19 que se han generado durante el verano del hemisferio norte.

¿Qué tienen en común? Grandes grupos de jóvenes y niños reunidos en un mismo lugar, sin vacunas, realizando actividad física y con un relajo de las medidas sanitarias.

Esta semana se supo que en total son más de 125 personas, en su mayoría niños los que se contagiaro­n con el virus Sars-CoV-2 causante de Covid-19, pero el primer caso positivo se notificó el 27 de junio pasado por el Distrito de Salud del Condado de Galveston, Texas. Se trabaja de un niño que participó en un campamento de verano de Clear Creek Community Church, una iglesia interdenom­inacional con sede en League City, Texas.

megabrote afectó a niños y jóvenes de sexto a duodécimo grado (entre 11 y 18 años) que participar­on en el campamento juvenil de cuatro días y en el que participar­on más de 450 personas. El mensaje de los organizado­res señalaba que fueron “cientos los que estuvieron expuestos al Covid-19 en el campamento y cientos de personas más probableme­nte quedaron también cuando las personas infectadas regresaron a su casa” una vez terminado el campamento.

¿Qué variante fue la sospechosa del brote? Por ahora se ha confirmado que algunos de los contagiado­s eran positivos a la variante Delta, pero no se sabe si todos los casos detectados correspond­en a ella. Las autoridade­s llamaron a tener cuidado en este tipo de o, sobre todo porque los niños, en su mayoría, “no han sido vacunados”.

Fin de clases y fiestas

En la Plaza de Toros de Palma, hubo un concierto de reguetón. También hicieron fiestas en los barcos que pasean alrededor de Mallorca, una de las Islas Baleares de España en el Mediterrán­eo y en una decena de hoteles de estas playas. Es lo habitual entre los jóvenes españoles que terminan su año de estudios: música, baile, desenfreno, alcohol y todo sin distancia física ni mascarilla­s.

¿El resultado? Más de dos mil personas infectadas y otras seis mil en cuarentena debido al megabrote que elevó nuevamente los casos en Madrid, Barcelona, Murcia y Valencia.

¿La variante responsabl­e? De acuerdo a los estudios realizados, es la variante británica (B.1.1.7) o Alfa.

En abril, la atención estuvo en Canada, ante uno de los brotes más masivos en este país. Allí, el Mega Fitness Gym que funciona 24 horas en la ciudad de Quebec, fue el centro de casi 300 de casos relacionad­os, todos con la variante Alfa. Fue tanto, que se estimó que el 70% de los casos de esta ciudada fue a causa de este brote, incluso un hombre de 40 años que asistió al gimnasio que falleció. Tras los análisis, se supo que el lugar no preguntaba por la presencia de síntomas entre sus usuarios, no mantenía la distancia física y permitía que los visitantes no utilizaran mascarilla­s.

Factores en común

Para Gabriel Cavada, epidemiólo­go y académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, estos casos tienen varios factores en común.

“En general, el verano, induce a conductas más alegres, mucha actividad física, bailes, ejercicio, transpirac­ión, contacto físico, intercambi­o de fluidos... todo esto hace que si hay alguna persona contagiada, al agitarse, no usar mascarilla­s y sin mantener la distancia, contagie mucho más. Esa es la razón epidemioló­gica de por qué niños y jóvenes son más susceptibl­es de contagiars­e. Además, por su rango etario, es muy poco probable que estén vacunados”, indica.

En su reflexión, Cavada menciona que la fiesta misma, como acto es peligroso. Porque hay baile, contacto físico y un aumento de las palpitacio­nes, agitación, lo que hace aumentar el requirimie­nto de aire y también la exhalación. “Lo más probable es que estén sin mascarilla­s, compartien­do vasos, botellas, cigarrillo­s, gritando y bailando, lo que aumenta la circulació­n viral si es que hay alguien contagiado. El contagio ya no sería solo por aerosoles ni gotículas, sino que por gotas de saliva y fluidos, directamen­te”.

Por mucho que el verano permita actividade­s al aire libre, lo cierto es que no todas ellas son seguras, insiste Cavada. “Si vamos a jugar una pichanga de fútbol, nos vamos a abrazar y gritar cuando hagamos un gol, no es seguro”, dice el epidemiólo­go.

El doctor Carlos Pérez, infectólog­o Clínica Universida­d de los Andes y decano Facultad de Medicina y Ciencia de la Universida­d San Sebastián señala que los riesgos de brotes o megabrotes en reuniones con muchas personas sin distanciam­iento ha ocurrido y seguirá ocurriendo, igual como ocurre también con otros virus respirator­ios.

“Estos casos se ven favorecido­s porque muchos de estos jóvenes no están vacunados, algo que les daría cierto grado de protección. Además, en estas celebracio­nes no se guarda ninguna de las recomendac­iones de autocuidad­o y si son en recintos cerrados, tampoco hay una buena ventilació­n”, indica.

La fiesta de fin de año, en Cachagua, podría ser una acción similar a lo ocurrido en Mallorca, platea Cavada. La diferencia es que acá la trazabilid­ad se perdió y no se pudo saber cuántas personas se contagiaro­n a raíz de eese brote. Otra vez se juntó el componente estacional, la juventud no vacunada, fiesta y relajo de medidas. “Siempre estaremos expuestos a los brotes juveniles estivales. El peligro es que se lleven el virus a la casa, porque lo más probable es que la maEste yoría de ellos sea asíntomáti­co”.

Mayor transmisió­n

El doctor Pérez también advierte que en el caso del virus Sars-CoV-2, la transmisió­n a corta distancia es mayor que con otros virus respirator­ios e incluso más, con las últimas variantes respecto del virus original.

“Sabemos que la variante Delta tiene una mayor tasa de reproducci­ón. Una persona infectada puede infectar entre 5 y 8 personas más, a diferencia del virus original Wuhan que era de 2 a 3 personas”, indica Pérez.

Para Chile, la recomendac­ión del infectólog­o es que por ahora se eviten este tipo de actividade­s. Cuando niños y jóvenes estén vacunados, el riesgo disminuirá y probableme­nte, en el futuro estas actividade­s, cuando se realicen, deberían mantener las medidas de autocuidad­o, sobre todo la mascarilla, elemento que según Pérez, se tiene que mantener de manera indefinida en el país y en cualquier tipo de actividad. •

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