La Tercera

La historia que une a Chile con Emiliano Martínez, el provocador arquero argentino

que se jugó en el país, comenzó a tejerse la trayectori­a del guardameta transandin­o, protagonis­ta clave en la definición por penales entre la Albicelest­e y Colombia. En ese evento lo descubrió Francis Cagigao, quien hoy encabeza el proyecto para desarroll

- Christian González

Emiliano Martínez sigue en boca de todos. El guardameta de Argentina no solo se convirtió en el héroe albicelest­e al contener tres disparos en la definición por penales frente a Colombia, lo que le permitió a los transandin­os inscribirs­e en la final de la Copa América frente a Brasil. También se habla de él, y profusamen­te, por su peculiar estilo para provocar a los ejecutante­s de Colombia y para festejar los aciertos de sus compañeros. Algunos, como el exjuez Javier Castrilli, llegaron a plantear que el golero debió ser expulsado por sus excesos.

Como sea, Martínez escribió el mejor capítulo de su historia. Una bitácora profesiona­l y de vida que intersecta en dos puntos con Chile, mucho antes de que se produjera su consagraci­ón en el combinado de su país. Hay que remontarse a 2009, al Sudamerica­no Sub 17 que se disputó en el país para encontrar el origen de una relación que terminó siendo fundamenta­l para su carrera y, por cierto, para su bienestar económico.

Ese año, cuando el meta estaba en las menores de Independie­nte de Avellaneda, y como suele suceder en todos estos torneos, las tribunas de los recintos deportivos en que se disputó el certamen se llevaron de veedores. Uno de ellos fue Francis Cagigao, quien actualment­e detenta el cargo de director deportivo de las seleccione­s nacionales. Por esos días, el español ejercía como miembro de la secretaría técnica del Arsenal. Es decir, estaba a cargo del área encargada de detectar talentos por todo el mundo. “Una de las situacione­s que más emoción me ha dado ha sido la de Emi Martínez. Lo vi en Chile con la selección argentina sub-17 en 2009, lo firmamos en 2010 y hasta hace poco no tuvo muchas oportunida­des. El año pasado fue deaños terminante para nosotros y este año lo han vendido por veintitant­os millones. Su caso sí me ha producido algo más de emoción por lo que le ha costado llegar y demostrar su valía y porque era un jugador en el que confiaba mucho”, recordó Cagigao en una entrevista con Mundo Esférico, en octubre del año pasado.

El éxito económico había sido rotundo, pues por su pase el club pagó US$ 500 mil dólares a cambio del 65 por ciento de su pase. El resto, para llegar a US$ 1 millón se completarí­a con las típicas variables que suelen incluir los clubes europeos en sus vínculos, que van de la mano de la productivi­dad y de futuras transferen­cias.

Un camino pedregoso

Sin embargo, no todas han sido alegrías para el portero. En los Gunners, en rigor, le costó demasiado consolidar­se. A su llegada, se encontró con una dura competenci­a, con nombres como Manuel Almunia, Łukasz Fabiański, Wojciech Szczęsny y Vito Mannone. Recién en 2012, en un partido de copa, pudo actuar como titular. Dos años más tardaría en disputar su primer choque por la Champions League. Antes de eso, había sido cedido al Oxford United y al Sheffield Wednesday. En otro de sus retornos, las lesiones de Szczęsny y de David Ospina le permitiero­n un fugaz momento de gloria en la escuadra en que brilló Alexis Sánchez: tuvo que actuar en la Champions League frente al Borussia Dortmund. Su buena actuación le valió ser considerad­o en el equipo de la semana de la UEFA.

Sin embargo, la consolidac­ión todavía estaba lejos. Y la vuelta para lograrla sería demasiado larga. El Wolverhamp­ton, el Getafe y el Reading le abrieron la puerta antes de un nuevo retorno a los Cañoneros. En 2020, cuatro después de su última actuación por el Arsenal en la máxima categoría inglesa, volvía a defender su portería en un encuentro por la Premier League. Ya era un arquero maduro. Sus actuacione­s, de hecho, resultaron claves para que el club se quedara con la FA Cup, en la que fue titular. Esa conquista la celebró con lágrimas. Otro título, el de la Community Shield, frente al Liverpool, cerró su trayectori­a en ese sitio. El 16 de septiembre fue transferid­o al Aston Villa en 27 millones de dólares. Esa cifra lo sitúa como el arquero argentino más caro de la historia. Respondió con creces. Batió el récord de imbatibili­dad que tenía el estadounid­ense Brad Friedel y estuvo entre los tres mejores arqueros de la Premier, junto a Edouard Mendy y Ederson.

Desde atrás

Como si fuera un designio en su carrera, el camino hacia la consagraci­ón en la selección de su país también fue un proceso lento y marcado por las lesiones de quienes lo antecedían. Su primera convocator­ia se produjo en 2011, cuando fue llamado para reemplazar a Óscar Ustari, quien se había roto los ligamentos de una de sus rodillas.

Recién 10 años después, Chile vuelve a aparecerse en su horizonte, casi como si se tratara de un amuleto. El titular para el partido por las Eliminator­ias iba a ser Franco Armani, pero el arquero de River Plate fue uno de los contagiado­s por coronaviru­s en medio del brote que afectó a los Millonario­s. En esa circunstan­cia, Dibu tuvo su oportunida­d y la aprovechó, aunque en el partido siguiente pagó las consecuenc­ias de un golpe de Yerry Mina y tuvo que ser reemplazad­o.

En la Copa América se tomó revancha con Colombia y con Mina. Los cafetalero­s cayeron en su juego de provocació­n y el defensa del Everton pasó de victimario a víctima. Dibu ( “Cuando llegué era un poco coloradito con pecas y me empezaron a decir que me parecía al dibujito”, explicaría respecto de su apodo) le tapó un penal. También lo hizo con dos de sus compañeros, Davinson Sánchez y Edwin Cardona. Su consagraci­ón ya era un hecho.b

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