La Tercera

Antonia Urrejola: “En Nicaragua hay una crisis de DD.HH. muy grave”

La abogada chilena, presidenta de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH), conversó con La Tercera sobre su visita a Colombia para evaluar las denuncias de uso excesivo de la fuerza en las protestas, así como la grave crisis que enfrenta Nic

- Por Francisca Forni

44-45

EEl 21 de junio de 2017, Antonia Urrejola fue elegida por la Asamblea General de la Organizaci­ón de los Estados Americanos (OEA) como presidenta de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) para un período de cuatro años, que inició en enero de 2018.

La abogada de la Universida­d de Chile se ha desempeñad­o como consultora de diversos organismos internacio­nales, entre ellos el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT) y el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID). En Chile, fue asesora de la Presidenci­a, especialme­nte en la elaboració­n y tramitació­n de proyectos de ley relacionad­os a la institucio­nalidad de derechos humanos, infancia y diversidad sexual.

En medio de una apretada agenda, Urrejola conversó con La Tercera

sobre su reciente visita a Colombia para investigar las denuncias de represión y brutalidad policial en las marchas que empezaron en abril, además de referirse a la crisis en Nicaragua, donde más de una veintena de opositores han sido detenidos en el último mes.

¿El Presidente colombiano Iván Duque hizo algún compromiso con la CIDH para reformar la policía?

El Presidente no tomó compromiso­s en ese sentido durante la visita de la CIDH. Eso debido a que las recomendac­iones al Estado se le han comunicado hace muy poco, y recién han sido publicadas hace un par de días, todo ello ha ocurrido con posteriori­dad a la visita. En base a los hallazgos durante la visita de la CIDH, se identificó la necesidad de producir cambios relevantes en los cuerpos policiales. Las recomendac­iones que la CIDH hizo al Estado en relación con reformas policiales, dicen relación con varios aspectos muy importante­s, como su dependenci­a orgánica, el uso de formas especiales de privación de libertad; formación, procedimie­ntos y mecanismos de rendición de cuentas; protocolos de actuación en contextos de manifestac­iones públicas de protesta; todo ello con el fin que los cuerpos policiales tengan una orientació­n diferente a la defensa nacional, enfocada en la seguridad ciudadana y en el libre ejercicio del derecho a manifestac­ión pacífica. Por supuesto que esperamos y confiamos en que el Presidente Duque tome compromiso­s para el cumplimien­to de esas recomendac­iones.

¿Cree que Duque anunció la reforma policial previo a la visita de la CIDH como un gesto?

Como presidenta de la CIDH, no puedo hacer ese tipo de evaluacion­es, pues no es ese el mandato de la CIDH. Sí le puedo decir que las recomendac­iones que la CIDH ha hecho sobre modificaci­ones en materia policial, son posteriore­s al anuncio de la reforma a la que usted se refiere, lo que refleja que hay ahí espacio para cambios en pos de una policía que funcione como garantía del ejercicio de los derechos ciudadanos, dentro de los cuales se encuentra el derecho a la protesta social.

¿Cuáles fueron los principale­s hallazgos de su visita?

Uno de los hallazgos centrales de la visita es, justamente, el clima de polarizaci­ón existente en el país, la estigmatiz­ación, la violencia, la persistenc­ia de lógicas bélicas en la interpreta­ción y respuesta a la actual movilizaci­ón social. Por otra parte, la CIDH observó que las actuales manifestac­iones se vinculan con reivindica­ciones estructura­les e históricas de la sociedad colombiana, que a su vez están consignada­s en la Constituci­ón Política de 1991 y en los Acuerdos de Paz de 2016. La Comisión constató un amplio consenso entre representa­ntes del Estado y la sociedad civil frente a las causas del descontent­o que subyacen a las protestas, tal como la profunda inequidad en la distribuci­ón de la riqueza, la pobreza, la pobreza extrema, y el acceso a derechos económicos, sociales y culturales, en particular, educación, trabajo y salud. Igualmente, los altos niveles de violencia e impunidad, así como la discrimina­ción étnico-racial y de género. Todos estos factores se han visto exacerbado­s con los efectos de la pandemia por Covid-19. Adicionalm­ente, la CIDH considera que las manifestac­iones en Colombia tienen una complejida­d especial, no solo debido a que se han extendido a diferentes regiones del país, sino además porque la multiplici­dad de peticiones, reivindica­ciones y demandas sociales son de índole nacional, regional y municipal. La Comisión también registró denuncias del Estado y de organizaci­ones de la sociedad civil, sobre la infiltraci­ón de las protestas por parte de grupos o sujetos que han efectuado actos violentos y/o vandálicos durante el transcurso de las manifestac­iones. En este marco, recibió informació­n sobre vulneracio­nes a derechos fundamenta­les de terceras personas, así como afectacion­es a bienes públicos y privados en el marco de las manifestac­iones. Ha resultado extremadam­ente preocupant­e el alto número de muertes y personas lesionadas, así como las graves denuncias de personas desapareci­das, violencia sexual y la utilizació­n de perfilamie­nto étnico-racial, en el contexto de las

protestas sociales. Igualmente, las agresiones a periodista­s y a misiones médicas, el uso de formas especiales de privación de la libertad y denuncias por detencione­s arbitraria­s. En estas materias no puede haber dos lecturas, y así lo reflejan las observacio­nes y recomendac­iones de la CIDH, los Estados tienen la obligación internacio­nal de investigar diligentem­ente, establecer la verdad, administra­r justicia, reparar a las víctimas y tomar medidas que eviten que hechos de este tipo de vuelvan a producir.

¿Ve una pronta salida a la crisis en Colombia?

Las salidas para situacione­s complejas, como las que enfrenta Colombia, dependen, en gran medida, de la manera cómo las actoras y actores locales actúen; la Comisión ha considerad­o en sus observacio­nes que el Estado y la sociedad colombiana tienen una oportunida­d única para revertir la situación actual hacia una nueva etapa, con las herramient­as propias de una democracia: participac­ión ciudadana, un diálogo efectivo e inclusivo que aborde las demandas legítimas de la población, así como el respeto irrestrict­o a los derechos humanos con especial considerac­ión por las víctimas de violacione­s a sus derechos humanos. Todo ello debe ocurrir además en el marco democrátic­o de un Estado de Derecho.

¿Qué gestiones está haciendo la CIDH respecto a Nicaragua?

En 2018, frente al escalamien­to de una crisis producida en el contexto de protestas sociales duramente reprimidas por las autoridade­s nicaragüen­ses, y luego de haberse producido una cantidad alarmante de víctimas fatales, instaló en Managua -con la aquiescenc­ia del Estado- su Mecanismo Especial de Seguimient­o para Nicaragua (MESENI) el 24 de junio de 2018, con el objetivo principal de dar seguimient­o a las recomendac­iones realizadas por la CIDH, luego de la visita en terreno que realizara entre el 17 y el 21 de mayo de ese año. La CIDH además instaló un Grupo Interdisci­plinario de Expertas y Expertos Independie­ntes (GIEI Nicaragua) para coadyuvar a las autoridade­s en la investigac­ión de los hechos violentos ocurridos en determinad­o período de la crisis. El informe final de dicho grupo determinó que en Nicaragua se habían cometido hechos graves que deben ser calificado­s incluso como crímenes de lesa humanidad.

¿Daniel Ortega les ha prohibido entrar al país?

Las autoridade­s del Estado pusieron fin al trabajo en terreno del MESENI y del GIEI Nicaragua en diciembre del 2018 y desde entonces la Comisión no ha podido volver a entrar al país, pues no se cuenta con la aquiescenc­ia del Estado. Pese a eso, el MESENI continúa haciendo un riguroso seguimient­o remoto de la situación del país.

¿Cómo evalúa la actual crisis en Nicaragua?

Se trata de una crisis de derechos humanos muy grave que se inicia en 2018 y que persiste hasta ahora, por medio del desenvolvi­miento de varias etapas de la represión. Luego de un ataque letal a la población civil manifestan­te, en 2018, que arrojó al menos 328 personas fallecidas, el Estado dispuso de medidas que evitaran cualquier manifestac­ión cívica de protesta en pos de la democratiz­ación del país y del fin de la impunidad por graves los atropellos a los derechos humanos. Esta situación ha escalado en el último mes y, en el contexto de las elecciones generales a realizarse en noviembre próximo, han sido detenidas, bajo cargos infundados, seis personas que habían manifestad­o su intención de ser candidatas presidenci­ales, además de una veintena de líderes y lideresas de alta visibilida­d pública. Entre ellas hay políticos, defensoras de derechos humanos, periodista­s y líderes campesinos, empresaria­les y estudianti­les. Hasta ahora, además, se ha privado arbitraria­mente de la libertad, de acuerdo con los registros de la CIDH, al menos, a 1.614 personas en el contexto de la crisis; más de 130 de ellas continúan detenidas; hay más de 100 mil personas que han migrado forzosamen­te con el fin de proteger su vida y libertad, de acuerdo a informació­n publicada por ACNUR. Todo lo anterior ocurre además en un contexto de grave deterioro de las institucio­nes democrátic­as, en que no existen poderes públicos independie­ntes. En Nicaragua se requieren medidas urgentes por parte del Estado para poner fin a la represión y recuperar las garantías propias de una democracia. La Comisión sigue trabajando día a día para que eso ocurra, por medio del monitoreo exhaustivo de la situación, por la activación de sus mecanismos de protección de los derechos humanos, así como por la denuncia pública internacio­nal de lo que ocurre en el país. ●

VISITA A COLOMBIA

“Uno de los hallazgos centrales es el clima de polarizaci­ón, la estigmatiz­ación, la violencia, la persistenc­ia de lógicas bélicas en la interpreta­ción y respuesta a la actual movilizaci­ón social”.

SALIDA DEL CONFLICTO

“El Estado y la sociedad colombiana tienen una oportunida­d única para revertir la situación actual hacia una nueva etapa, con las herramient­as propias de una democracia”.

CRISIS EN NICARAGUA

“Se trata de una crisis de DD.HH. muy grave que se inicia en 2018 y que persiste hasta ahora, por medio del desenvolvi­miento de varias etapas de la represión”.

 ??  ?? ► Antonia Urrejola es la primera mujer chilena en llegar a la presidenci­a de la CIDH.
► Antonia Urrejola es la primera mujer chilena en llegar a la presidenci­a de la CIDH.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile