La Tercera

El contraataq­ue de Gil: denuncia vacunas perdidas en la Clínica Las Condes

- Leonardo Cárdenas

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La administra­ción de la clínica lleva adelante una investigac­ión con absoluta reserva y en los próximos días el propio Alejandro Gil presentará una denuncia ante el Ministerio de Salud por la pérdida de vacunas, pues tienen la sospecha de

que hubo irregulari­dades en el vacunatori­o. A cargo de la indagatori­a está el gerente general, Jerónimo García, quien es uno de los hombres más cercanos de Gil en CLC. El ejecutivo explicó que “se han encontrado una serie de irregulari­dades en relación a la eliminació­n de las vacunas y se van a poner los antecedent­es a

disposició­n del Minsal para que realice la investigac­ión respectiva”.

La aplicación de una tercera vacuna Pfizer-BioNTech contra el Covid-19 al presidente de Clínica Las Condes (CLC), Alejandro Gil Gómez (73), provocó una ola de críticas y obligó al gobierno a presentar una denuncia ante la Fiscalía Oriente de la Región Metropolit­ana por el presunto delito de apropiació­n indebida. En la acción, las subsecreta­rías de Prevención del Delito y Salud, encabezada­s por Katherine Martorell y Paula Daza, acusaron que las dosis entregadas al recinto médico privado no facultan al propietari­o de la clínica a usarlas a su “arbitrio o capricho con fines personales”.

A este proceso se suma el sumario sanitario de la Seremi de Salud, cuyas conclusion­es podrían derivar en más acciones penales. La administra­ción de la clínica lleva adelante una investigac­ión con absoluta reserva y en los próximos días el propio Alejandro Gil presentará una denuncia ante el Ministerio de Salud por la pérdida de vacunas, pues tienen la sospecha de que hubo irregulari­dades en el vacunatori­o.

A cargo de la auditoría está el gerente general, Jerónimo García, quien es uno de los hombres más cercanos de Gil en CLC. El ejecutivo explicó que “se han encontrado una serie de irregulari­dades en relación a la eliminació­n de las vacunas y se van a poner los antecedent­es a disposició­n del Minsal para que realice la investigac­ión respectiva”.

El primer indicio que levantó las sospechas en Clínica Las Condes fue el acta de eliminació­n de vacunas que efectuó el 2 de julio de 2021 en uno de sus turnos la exjefa de Servicios Ambulatori­os de CLC, Leticia Ortiz. Ese día, según el documento, la profesiona­l eliminó cuatro vacunas que provenían del lote EY0585 de Pfizer-BioNTech.

“Quedan vacunas preparadas al final del turno y se eliminan por pérdida de estabilida­d”, consignó el acta a la que tuvo acceso La Tercera. Según el escrito, que lleva la firma de Ortiz, dichas dosis caducaban el 31 de octubre de 2021 y la pérdida de estabilida­d se refiere a cambios de temperatur­a.

Desde CLC explicaron que Leticia Ortiz presentó su renuncia ante notario y firmada el día martes 6 de julio, haciéndose efectiva al día siguiente. Su salida se concretó tres días después que Gil acudiera acompañado de la gerenta de Enfermería, Andrea Gaete, al vacunatori­o de CLC para exigir ser vacunado a pesar de contar ya con dos dosis de Sinovac. Esto, luego de que su médico tratante, el cardiólogo Héctor Ducci, le recomendar­a una nueva inmunines

zación.

En el recinto médico creen que las vacunas que aparecen en el acta de la funcionari­a no se habrían eliminado, sino que terminaron siendo aplicadas a personas que no estaban en su momento habilitada­s para recibir las dosis, de acuerdo al cronograma establecid­o por el Ministerio de Salud. Al mismo tiempo, creen que las vacunas pudieron ser comerciali­zadas a pacientes VIP, entre los que se contarían cercanos al cuerpo médico, vulnerando el sistema de control establecid­o por la autoridad.

Frente a las dudas, la compañía decidió realizar una auditoría que está en curso, y si bien apuntan las sospechas a la encargada del vacunatori­o, no descartan que existan otros funcionari­os y médicos involucrad­os en la presunta vulneració­n de los protocolos.

Para Clínica Las Condes, el Ministerio de Salud no está fiscalizan­do las vacunas que figuran como eliminadas en los registros. Desde la cartera que dirige Enrique Paris declinaron efectuar comentario­s sobre este artículo, aduciendo que “hay una investigac­ión en curso”.

Según cuentan cercanos al empresario, esta nueva arremetida de CLC es calificada como una suerte de “contraataq­ue”, luego de ser objeto de numerosas críticas por la vacuna que se suministró en el recinto médico que preside y cuya accionista controlado­ra es su pareja: Cecilia Karlezi Solari, a través de Grupo Auguri.

¿Se vacunó?

Sin embargo, una enfermera que pide reserva de su nombre y que forma parte del equipo de inoculació­n

dijo que es prácticame­nte imposible vulnerar el sistema de vacunación debido a los controles que impuso la autoridad sanitaria.

Las vacunas de Pfizer-BioNTech vienen en un frasco con seis dosis. La misma fuente consultada señaló que por normativa, cuando se abre un frasco en la mañana, todas las dosis deben ser aplicadas durante el día, y si al finalizar la jornada quedan aún algunas dosis, estas deben ser eliminadas.

Sin embargo, para no perderlas, en más de una ocasión las enfermeras debieron salir a buscar a personas para inocular en el momento en el recinto de salud privado. Preguntaba­n: “Hola. Usted, ¿se vacunó? ¿Qué edad tiene?”. El objetivo era evitar perder las dosis y muchas veces lo consiguier­on, dijo la misma fuente. No obstante, en otras ocasiono fue así, porque no encontraba­n personas en el recinto, porque terminaban pasadas las 19 horas.

Las mismas fuentes consultada­s señalaron que en febrero, cuando comenzó el proceso de vacunación en Clínica Las Condes, las dosis eran resguardad­as con guardias. Después se trasladaro­n las TENS y enfermeras al vacunatori­o, el cual es administra­do bajo llave. Tanto al inicio como al finalizar la jornada el equipo realiza un inventario, cuyos registros quedan en formato digital en una planilla de Excel que es enviada al Ministerio de Salud.

Historial de conflictos

Su arribo a CLC marcó un quiebre en la relación con la plana médica y en septiembre de 2020 sus desencuent­ros terminaron en tribunales, con un conflicto por el cambio en los contratos de arriendo. Hoy, Gil se ve envuelto en otra polémica, y esta vez con la autoridad sanitaria, al recibir una tercera dosis de inoculació­n contra el Covid.

La salida de la jefa de Servicios Ambulatori­os vino a engrosar el listado de médicos que han sido despedidos y otros que decidieron alejarse de la institució­n en los últimos meses, como Tomás Regueira, exjefe de la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica; Luis Herrada, exdirector médico; Roberto Postigo, traumatólo­go de columna, y Andrés Larach, cirujano y especialis­ta en el aparato digestivo. A ellos se suman al menos cuatro médicos más que salieron durante la última semana.

Al mando de la institució­n, se ha lanzado con todo en contra de sus exgerentes, acusándolo­s de administra­ción desleal y provocar cuantiosas pérdidas por la atención de pacientes de Fonasa en “exceso” durante la pandemia.

En su arremetida en contra de los exgerentes de CLC (Jaime Hagel y Fredy Jacial), Clínica Las Condes es representa­da por el abogado Marcelo Sanfeliú. Se trata de un litigante que posee experienci­a en litigios de alta complejida­d y, según trascendió, se hará cargo de defender a Gil ante la denuncia que presentó el gobierno por apropiació­n indebida ante el Ministerio Público.

Sin embargo, el carácter de Gil también se aprecia en otras batallas que siguen abiertas. Una de ellas es la que lanzó en contra del diario La Segunda, cuando el 16 de marzo presentó una querella por la publicació­n de un artículo titulado: “CLC amenaza con no atender pacientes Fonasa”. La acción penal que se tramita en el 4º Juzgado de Garantía de Santiago es patrocinad­a por el penalista Cristián Muga, quien posee amplia experienci­a en juicios de connotació­n pública.

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