La Tercera

“NO SOY UN HUÉRFANO EN LA DERECHA”

- MARIO DESBORDES

Sin posibilida­des de levantar una candidatur­a parlamenta­ria en caso de perder las primarias de Chile Vamos, el exministro y expresiden­te de RN apuesta por formar un nuevo think tank que promueva las ideas de la derecha social, porque -está convencido- en ese esfuerzo no está solo.

Por Gloria Faúndez H. | Foto: Mario Téllez

No lo duda un segundo: “Un gobierno mío se parecería más al de Lavín que al de Briones o Sichel”, responde el abanderado de RN y el PRI, Mario Desbordes (52 años, tres hijos, RN). El exministro no oculta su simpatía por la carta de la UDI en las primarias de Chile Vamos, aunque asegura -candidato al fin y al cabo- que “estoy trabajando para ganar”.

Parece contraintu­itivo el interés por levantar una candidatur­a presidenci­al: hay sobreexpos­ición, sectores muy polarizado­s, molestia con los políticos, los dos últimos mandatario­s no lo han pasado bien. ¿Por qué querer ser Presidente?

Esto no estaba en mis libros hasta hace año y medio, menos, probableme­nte. Pero durante el estallido, después de todo lo que nos tocó hacer, empezó la posibilida­d. ¿Por qué? Estamos en un proyecto que creemos que es positivo para la centrodere­cha: plantear una alternativ­a complement­aria a la más tradiciona­l de los últimos 30 años. Con todo lo que me tocó hacer en los últimos dos años ya he demostrado -al menos- que tengo algunas de las habilidade­s que se necesitan.

Pensando en sus pretension­es presidenci­ales, ¿cuál fue el peor error político: entrar al gabinete cuando su nivel de aprobación era alto o la fallida postulació­n a la presiden

cia de RN?

En lo de la postulació­n no tenía alternativ­a. Dije que iba a ser reñido y terminó siendo tan reñido que estamos prácticame­nte en un empate técnico. Si uno saca calculador­a política, todo el mundo me dijo -sobre entrar al gabinete'no hagas eso’. Pero en un momento de crisis en el país y con un Presidente que me lo plantea en términos tan categórico­s y humanos, no había mucho margen. La verdad es que no soy muy dado a decir 'mira, si hubieras hecho algo distinto'... ya se hizo. Punto.

Cuando se elabora un programa se pone un sello personal, ¿cuál es la propuesta más personal que uno puede encontrar en el suyo?

La que me gusta más en términos de futuro es el Plan Nacional del Agua. Hay gente que te dice 'no llega el camión aljibe, no tengo agua para beber, para mis hijos', 'yo tenía este campo, era un vergel hace 10 años y ahora estoy en la ruina, porque no hay agua para las plantas, para los árboles'. Para Chile es una emergencia de tamaño mayor y no hemos aquilatado lo grave que es el problema. Y nuestro Plan Nacional del Agua es lejos el más completo de cualquier otro candidato. Mis contendore­s, los tres, son reticentes al tema del CAE, y eso lo voy a pelear si es que pierdo la primaria.

¿Qué idea de sus contendore­s mira con interés?

Ignacio ha hecho propuestas muy buenas, como la rebaja de pasaje para adultos mayores en Santiago y también ha planteado un par de ideas en materia tributaria que me parecen interesant­es. Joaquín ha planteado dos o tres cosas -ahora de memoria no me acuerdo- que en su minuto he dicho 'mira, me parecen bastante buenas'. Con Sebastián, la verdad es que no he visto en profundida­d sus propuestas.

Un eventual gobierno suyo, ¿sería igual que el de Lavín, Briones o Sichel?

Creo que el mío se parecería más al de Joaquín. De eso no tengo duda. Con Joaquín compartimo­s muchas cosas. Hasta la primaria conversába­mos más o menos seguido. Ahora ya no, porque cada uno está haciendo su esfuerzo. Con el de Ignacio me siento cercano en otras cosas. Con el de Sebastián, honestamen­te, lo veo más parecido a un programa de centrodere­cha histórico, a lo que yo hubiera esperado de la UDI o de Libertad y Desarrollo hace cinco o seis años. No le veo sus énfasis sociales todavía.

¿Qué es lo que menos le acomoda de ser candidato?

No soy muy bueno para la sobreexpos­ición. Soy medio tieso como candidato, no soy muy dado a ser florero de mesa. Prefiero dirigir equipos y me he sentido cómodo trabajando y apoyando a otros. Pero se compensa con la parte positiva: la recepción de la gente ha sido extraordin­ariamente buena.

¿Ha sido una campaña particular­mente complicada?

Ha sido difícil por el Covid. Hubiera querido estar en la calle, me he restringid­o no yendo a comunas en cuarentena. También he recibido una andanada de ataques extraordin­ariamente duros desde la derecha más extrema, que no eran normales antes, y de cierto sector de la élite. Desde traidor a izquierdis­ta es lo más suave que me dicen. No lo había visto antes. El Presidente Piñera me dice que sí, que a él le había tocado. Sergio Onofre Jarpa me decía que le pasó lo mismo cuando apoyó la reforma laboral y la tributaria de Patricio Aylwin.

No me diga Nueva Zelandia, por favor. ¿Cuál es el modelo de país que lo inspira?

Se me va enojar el embajador chino, pero de lo que he conocido personalme­nte, el modelo que más me gusta es Taiwán. Es una sociedad con per cápita parecido al nuestro, pero con un nivel de desarrollo alto, armónico, con buenos criterios en materia de desarrollo. Una economía abierta, pero que no te permite ser dueño de una empresa naviera y una empresa de transporte terrestre; no te permite ser dueño de la empresa Acer y de un centro comercial; no te permite ser dueño de una isapre y de una clínica. Todo eso está restringid­o. Tiene una política social impresiona­nte, los adultos mayores trabajan voluntario­s en el Metro, en los museos. De los europeos, sin conocer Alemania, soy muy fan del modelo alemán. La canciller Angela Merkel, para mí, es el mejor político del mundo. Leo harto a Ludwig Ehrard, uno de los padres del modelo. Guardando las proporcion­es, Alemania debería ser nuestro modelo a seguir a largo plazo, pero Taiwán a corto plazo, porque tiene parecido con nosotros.

¿Cómo se relaciona con las redes sociales?

No me meto a Twitter hace rato. Facebook, poco y nada. Me gusta Instagram. Tengo el mío y el de candidato, que son distintos. Sin tanta exposición familiar, porque las amenazas de muerte han sido muchas. TikTok me ha empezado a entretener, sigo a cocineros -me gusta cocinar-, sigo a un doctor chino de cultura que enseña tips para el dolor de cabeza.

¿Y cómo se lidia con las amenazas de muerte?

Me había tocado estar del otro lado del mesón. Fui edecán de un intendente amenazado de muerte en época en que el Frente Manuel Rodríguez era muy potente todavía, el 92, 93: Gabriel Jiménez, en Talca. Tenía que hacer las avanzadas, revisar los lugares donde iba. Luego me tocó como carabinero andar una semana y media con don Sergio Onofre Jarpa, después del asesinato de Jaime Guzmán. Hace muchos años no me había tocado estar del lado del amenazado. Había tenido amenazas, pero nada del otro mundo. En el estallido, la primera andanada de amenazas fue de grupos de izquierda dura y después me llegó la andanada de amenazas de la extrema derecha.

¿Intenta mantener normalidad en su vida a pesar de ser candidato?

Voy a la feria, voy al supermerca­do todos los fines de se

mana. Voy solo y a la gente le llama la atención. La semana pasada me topé con otro candidato: andaba con seis personas.

¿Cómo ha vivido su familia la campaña?

Mi señora me apoya harto, tengo un matrimonio espectacul­ar. Ahora, si de ella hubiera dependido, yo no hubiera sido candidato, no hubiera sido ministro. Ella preferiría que estuviera dedicado a la oficina de abogado, a ganar plata tranquilo, no tener problemas, estar el fin de semana en la casa. Tenemos una hija de ocho años que es la que más sufre la ausencia del papá. Mi hija mayor se anduvo entusiasma­ndo con esto de la política, anda feliz en campaña: “Papá, mándame más propaganda”. Mi mamá sufre, se mete a las redes sociales y mira los trolls. No entiende que son máquinas y no gente real la mayoría de las veces.

¿Quién le simpatiza más de sus contendore­s?

Joaquín. Le tengo aprecio personal y estima hace muchos años. Mi hermano Pablo, que murió, era UDI y siempre me hablaba maravillas de él en lo humano. Con Ignacio nos conocemos poco, tuve el gusto estar en su casa, tiene una familia preciosa, una mujer simpatiquí­sima. Y con Sebastián no nos conocemos más. No he tenido la oportunida­d.

¿Su pronóstico de las primarias?

Si vota muy poca gente, la primaria la va a definir Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. Si vota mucha gente -esto está abierto-, creo que voy a ganar, estoy trabajando para eso. Creo que el segundo va a ser Joaquín, y tercero y cuarto, una pelea entre Ignacio y Sebastián. Ignacio ha hecho una campaña de menos a más, se ha dado a conocer, ha estado mucho mejor en los últimos debates. Así que gano yo, y el resto va a estar estrecho. Joaquín, por supuesto, viene con un vuelo más fuerte.

¿Va a estar disponible para asumir cargos de campaña cualquiera sea el ganador de las primarias de Chile Vamos?

Por supuesto, es una responsabi­lidad de todos nosotros. Espero que los otros tres estén en la misma dinámica. No creo que pase a integrar un staff de campaña de algunos, pero vamos a estar ayudando en lo que necesiten

¿Cómo se imagina el “día después” del 18 de julio?

Gane o pierda, desaparezc­o una semana. Si no, mi señora me mata. Del lunes en la tarde al sábado en la noche voy a tener el celular apagado, gane o pierda. Si gano, volviendo ese domingo, armar comandos, equipos, convocar al resto. ¿Y si pierdo? A contar del lunes subsiguien­te a la primaria, ¿en qué ayudo?, ¿en qué soy útil? Lo que está claro es que jamás voy a hacer una travesía por el desierto. No van conmigo, me voy a quedar acá dando la pelea, pase lo que pase en la primaria, salga primero o cuarto.

El impulso de su campaña ha sido la apuesta por una derecha social, según sostiene, distinta…

El papá del concepto es ‘Cote’ Ossandón. Hay que hacer un centro de pensamient­o, buscar un referente nuevo, sencillo, más pequeño probableme­nte, que logre formar nuevas generacion­es en la doctrina social cristiana o solidaria. Este es un proyecto mucho más amplio que Mario Desbordes. Soy uno más. Hoy me toca visibiliza­rlo, pero somos muchos. No puede haber política pública sin una mirada humana. Por eso en mi equipo económico hay economista­s y sociólogos, economista­s y antropólog­os, economista­s y otras profesione­s del mundo humanista. Esa es la gran diferencia con las otras corrientes de centrodere­cha.

Parece tener el sino del político que aplauden los contrincan­tes, pero no los propios…

La mitad de la bancada UDI apoyó el 10%. No soy tan huérfano en la derecha. La élite más dura estuvo en contra por una cuestión ya visceral, ni siquiera técnica.

¿Exorcizó sus problemas con sus correligio­narios en Renovación Nacional?

Tengo problemas con pocos correligio­narios.

Pero poderosos…

Ellos están muy equivocado­s, están llevándono­s a un despeñader­o si siguen creyendo que hay que atrinchera­rse en el 20%, si siguen creyendo que hay que volver la mirada al dogma del 89-90, de este purismo...

¿Qué tan complicado es ser candidato oficialist­a con un gobierno que tiene baja popularida­d?

Soy uno de los que menos me complica, porque dije las cosas en su momento. Por eso tengo credibilid­ad al otro lado, con el mundo independie­nte. Probableme­nte a los demás candidatos les cueste más. Este es mi gobierno, pero fui crítico cuando había que ser crítico y eso es importante.

Se ha quejado del favoritism­o que despierta Sichel…

En el gobierno hay apoyos a todos los candidatos. En algún minuto creo que hubo, sobre todo en el Segundo Piso, algún ánimo de favorecer ciertas candidatur­as. Es evidente cuando uno ve la recaudació­n de fondos, pero a estas alturas da lo mismo. No es mucho lo que va a poder influir ni el gobierno ni nadie en el resultado de la primaria. Los errores, los aciertos, ya están. Queda una semana y puede pasar cualquier cosa, por supuesto, pero ya no van a influir factores externos, los fácticos, estos señores tan duros y poderosos ya no definen las cosas. Mira, no culpo de esto a Sichel, pero nos invitan a tres de los candidatos a la Divina Comida de Chilevisió­n y se emite sólo el programa de Sebastián Sichel poquitos días antes de la inscripció­n de primarias, y a los otros dos nos dicen que vamos a salir después de la primaria, porque somos candidatos... Que un diario le haga un libro a un candidato un mes antes de la primaria... Insisto, no culpo a Sichel, pero me parece demasiado.D

* “Jamás voy a hacer una travesía por el desierto. Me voy a quedar acá dando la pelea, pase lo que pase en la primaria, salga primero o cuarto”.

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